CAPITULO 21

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-Me imagino que no tienen nada que decir -dijo el regente.

-De hecho... Sí, sí tenemos -Repuso  Luca -. Una larga historia.

Le contaron todo lo vivido hasta el momento, con lujo de detalles (tal vez demasiados)hasta que el regente los miró y dijo:

-Que sea la última vez que lastiman a alguien en este colegio, sus problemas personales no son problema de la institución.

-¿El bullying le parece un problema ajeno a la institución? -Martín se levantó de la silla, él hacía eso cuando se enojaba- A mí me parece que no, y por lo tanto, si nosotros nos vamos con una sanción, ese Tomás se va con tres.

-Baje el tono de voz, no soy su amigo.

-¡Y tampoco sos mi papá! -le gritó -Y yo te hablo como se me da la gana.

-¡Afuera! -ordenó el regente -Afuera los dos, luego veré qué hago con ustedes y toda su situación.

Luca se llevó a su amigo antes de que matara al regente.

-¿Por qué le gritaste así?

-Se lo merecía...

-¡Es el regente!

-No me importa. Nos trata mal, lo tratamos mal.

Luca nunca había visto así a su amigo, por lo que guardó silencio. Este tema los había vuelto verdaderamente locos.

-Eu, escuchá. No te preocupes por mí, yo voy a estar bien. Andá con Sofi, juntate, divertite. Te lo merecés.

-¿Me estás echando de tu vida? -dijo Martín.

-No, te estoy dando un descanso. Los dos nos lo merecemos, vos más que nadie. Si tengo algún problema te llamo.

-Ok.

Sonó el timbre. Martín se fue a su casa y Luca llamó por telefono a Lourdes para ir a su casa. Martín llamó a Sofía para juntarse. Arreglaron para esa misma tarde en la plaza. Martín salió una hora antes para no llegar tarde. La esperó hasta que la encontró sentada en el banco de al lado. Ella también había estado esperando. Se saludaron y se rieron de la situación. Martín sentía algo en el pecho, algo raro, su forma de hablar y sus chistes no salían como siempre, estaba nervioso. Ella debía ser el motivo. Tenía que averiguarlo. ¿Cómo lo haría? Luca le había dicho que el amor se sentía en un beso, un cosquilleo, algo que no podés describir. Entonces la besó. Sin anticipación ni nada, sólo la besó. Pensaba que iba a sentir miles de sensaciones o mariposas en el estómago. Sin embargo, sólo sintió dos labios tocándose con los suyos y una lengua tocando la suya. Nada diferente a las demás chicas que había besado.

-Guau, je... ¿Por qué me besaste?

Sofía lo miraba, no estaba enojada por el beso, sino sorprendida. Aún así no borraba esa sonrisa del rostro.

-Supongo que... me estaba aburriendo el tema de conversación y quería hacer algo más divertido.

Ella lo besó con más pasión, jugando con su pelo mientras sus lenguas hacían una especie de danza.

-Sí, es más divertido que hablar sobre el colegio. -dijo Sofía cuando se separaron, todavía con sus manos en el pelo de Martín.

Echaron a reír. Las cosas iban mejorando. "Ojalá que a Luca le pase lo mismo", pensó Martín. Después de una hermosa tarde de besos y charla se fueron. No podían ser nada, porque recién se conocían, pero Martín sabía que esto que pasó no iba a quedar en la nada.

Llegó a su casa contento y llamó a Luca. Despues de un breve resumen, le dijo:

-Dijiste que al encontrar al amor de tu vida ibas a sentir algo. Para mí ella lo es, pero al besarla no sentí nada.

-Amigo -contestó Luke -, ¿No sentiste su latir?

-Sí. ¿Y qué?

-¿Sentiste el tuyo?

-Creeme, lo vivo sintiendo.

-¿Y no te diste cuenta de algo raro?

-Gracias -dijo Martín.

Cortó. Por supuesto, era obvio. Ella lo amaba, él la amaba y todo en una sola señal. Dos corazones latiendo. Latiendo al mismo tiempo.

Cartas de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora