CAPITULO 25

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Luca esperó hasta el recreo largo, porque sabía que el tema iba a durar bastante. Cuando sonó el timbre buscó rápidamente a Lourdes y se la llevó aparte. Había estado las dos horas anteriores repasando cómo decirlo para no lastimarla.

-Luli. Mirá, creo que las cosas este último mes no anduvieron del todo bien, creo que ya no me amas como antes, que ya no te importo. Que soy un segundo lugar, y con todo lo que hice, no quiero ser segundo. Por el bien de los dos, necesitamos...

-¿Un tiempo? -lo cortó Lourdes.

-No, los tiempos en las relaciones no existen, no en las verdaderas. Tenemos que... terminar. Simplemente cortar todo lo que estábamos viviendo. Va a ser difícil para mí, porque me acostumbré a depender de vos. Pero lo vas a lograr Luli, si ya ni te importo, lo vas a vivir normal. No quiero ser el malo, pero es por el bien de los dos.

Lourdes no contestó, lo miró con ojos brillosos, pero comenzaron a lagrimear. Se abalanzó sobre los brazos de Luca. No podía aguantar las lágrimas. Le pasaba lo mismo a Luca, pero se mantuvo firme y fuerte. La consoló y la acompañó a la preceptoría donde podría hablar con el preceptor un rato, y así calmarse. Lourdes intentó besarlo pero él se lo impidió. No, habían termiando, nada de besos. Entró al curso y se sentó junto a Martín. Se había autocambiado de banco pero era muy raro que lo notaran. Y si alguien lo notó, hizo la vista gorda, porque el resto del día la pasó al lado de su mejor amigo. Acordaron ir a la casa de Martín apenas terminara el colegio. Eso hicieron, pero antes de irse, Luca se acercó a Antonela (la mejor amiga de Lourdes), le explicó todo y le dijo que la consuele. Ella entendió los motivos y estaba del lado de Luca, así que fue a buscar a su amiga.

Llegaron a la casa de Martín y se pusieron a jugar con la PlayStation 3 hasta que sonó el timbre.

-¡Mierda! -dijo Martín -Me olvidé que hoy venía Sofi a casa.

-No pasa nada -dijo Luca -. Me voy y arreglamos otro día.

-¿Estás loco? Vos acabás de cortar con Lourdes, vos estás mal. Vos te quedas acá. Le digo que venga otro día o que venga con nosotros.

Fue a abrir la puerta, pero no era sólo Sofía. Estaba acompañada por Carolina.

-Me lo dijiste todo por chat, bobo. Y como iba a estar acá Luca, le traje a una buena compañía...

-¡Ja, ja, ja! Pasá, amor -la besó -. Que sorpresita que se va a dar Luca.

Fueron hasta el cuarto de Martín, donde estaba Luca.

-Mirá quién vino, soltero...

Luca giró la cabeza. Estaba Carolina. No lo creía, pero así era.

-Me dijeron que estás soltero -dijo Carolina -. Espero no haber sido yo y mi estupidez de ayer el motivo.

Luva la miró detenidamente. Ella se sentía verdaderamente culpable. Se le notaba en la cara.

-No fuiste vos, vos siempre me hiciste bien. Fueron otros motivos.

Su cara cambió, pero Luca sabía que no la había convencido del todo.

Miró a Martín y a Sofía.

-Si nos perdonan, nos vamos a la plaza a charlar. Así de paso los dejamos solos...

Los cuatro rieron. Luego se despidieron y dejaron a Martín y Sofía solos. Martín cerró la puerta y preguntó antes de voltear.

-¿La trajiste para que Luca se fuera?

-Tenía planes para hoy, y Luca me los arruinaba. -La voz de Sofía era distante, y cuando Martín volteó, ella no se encontraba en la sala. Caminó por la casa hasta entrar en su propio cuarto y la vio, acostada en la cama, mirándolo a los ojos -. Si querés, les decimos que vuelvan...

Martin sonrió y se mordió el labio. Cuando Sofía quería, era muy provocativa.

-No, dejalos. -dijo mientras se acostaba al lado de ella y le daba un largo beso, para luego colocarse encima de ella- Ellos van a estar bien.

Luca y Carolina se sentaron en un banco.

-Terminé con ella porque ya no la amaba, y ella ya no se preocupaba por mí.

-Mentira, ella se preocupó cuando desapareciste.

-Le dije que el veintisiete quería estar solo. El único día en que no se tenía que preocupar, se preocupó.

-Bueno, es media boba la nena. Tenerte y desperdiciarte así...

-Sí, era mi mejor amiga, ahora con todo esto arruinamos la relación y la amistad.

-Me tenes a mí.

-Sí, pero también tengo miedo de perderte.

-No me vas a perder, yo si te voy a saber amar.

- No me lo estas poniendo fácil.

-¿Debería hacerlo?

-Te amo.

-¿Ves? Te salió, era fácil. ¿Por qué tantas vueltas?

-Ja. No lo se.

-¿Y? ¿El romanticismo dónde está? ¿Y mis flores?

-No traje flores, ni cartas. Pero te traje mi corazón.

Se acercaron de a poco, como si lo que iban a hacer estaba mal, o era peligroso. Lentamente los labios de Luca se acercaron a los de Carolina, mientras él rodeaba con sus brazos la cintura de la chica que amaba. Cerró los ojos. No vio nada, no lo necesitaba. Lo importante es lo que sentía. Y sentía algo más fuerte que con Lourdes, sintió algo más fuerte que cualquier otro sentimiento. Sintió amor. Amor del bueno. Pasaron un rato juntos y luego volvió a la casa. Estaba en la puerta cuando se percató de que había algo en el suelo. Lo agarró, un sobre. Una carta. Era de Lourdes, para él. Ella sabía cuanta importancia tenían las cartas para él. Hacía mucho que no escribía una. Su corazón palpitaba fuerte, sentía que algo malo iba a pasar. Entró a la casa, subió a su cuarto y se puso a leer.

Cartas de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora