Cartas de Amor

CAPITULO 31

-¿Hola?

-Soy Luca. Abrí rápido.

Se abrió la puerta y Luca se metió sin más preámbulo. No le gustaba ese lugar, pero tenía una duda y sólo él sabía responderla.

-¿Stella Artois?

Tomás parecía muy tranquilo. Como si hubiera estado esperando a Luca hace mucho. ¿Sabría su secreto? No, no era posible.

-Usualmente no tomo. Pero hoy es la excepción -respondió Luca.

Tomás sirvió dos vasos altos de cerveza y se sentaron en los sillones.

-Contame... ¿Qué te trae por acá?

-Yo vengo saliendo con Caro. Sin embargo, creo que estoy interesado por... Sofía.

Tomás sonrió de costado.

-Que es la novia de tu mejor amigo, ¿No?

-Sí. Además de eso, es la mejor amiga de Caro.

-Si ella quiere, háganlo. Lo prohibido siempre es divertido. No te ofendas, Pero mirame a mí y a Luli. La pasamos genial.

-Bueno... tampoco abusemos...

-Ja ja ja, sin Martín acá, los dos sabemos que estás muerto.

Tenía razón. Se notaba a simple vista que desde la última paliza había entrenado un montón. Luca se preguntó si era para vengarse de Martín por la vergüenza que le había hecho pasar, pero su amigo seguía siendo más fuerte, y sabía pelear de verdad. Pero por las dudas no preguntó y se quedó en silencio.

-No lo voy a hacer -dijo Luca al fin.

-Es mentira, sino no hubieras venido acá.

-Lo estaba pensando. Está muy buena Sofía.

-Sí, está buenísima.

-Entonces... ¿Vale la pena perder un amigo como Martín por una noche?

-No, por una noche no. Pero por la mejor de las noches sí.

-Ok. Gracias por todo.

-De nada mi buen amigo. Y usá bien mi regalo de cumpleaños.

Le guiñó el ojo, pero Luca no lo pudo ver porque ya estaba saliendo de aquel lugar. Le parecía horroroso.

Caminó rápidamente a su casa pero cuando llegó se encontró con el peor panorama que hubiese imaginado. Carolina se gritaba con Daniel mientras que Pilar estaba muy angustiada llorando en el sillón. No escuchaba bien lo que decían hasta que se dispuso a entrar. Grave error.

-¡Y vos, sos una basura!

No habían pasado ni dos segundos y ya lo habían insultado. Miró buscando a su ofensor y encontró a Carolina (muy enojada) mirándolo fijamente.

-¿Qué hice?

-¿Cómo que qué hiciste? ¡Sos un idiota! -le espetó a Luca.

-Le tenés ganas a su mejor amiga... -le recordó Daniel.

-¡Que es la novia de tu mejor amigo, y te querés meter con ella!

Luca entendió al instante. Al hablar con Tomás, el primo de Carolina, era obvio que éste le iba a contar. Conque era cierto lo que le dijo. Se iba a terminar yendo con Sofía.

-Puedo explicarlo...

-No, no podés. ¡Y vos tampoco Daniel así que no hables más! ¡Ya estuvimos hablando seriamente, y no quiero escuchar una palabra más!

Y sin más, se fue de la casa. Luca corrió tras ella y le explicó todo. Lo hizo rápido temiendo que lo mandase a cagar antes de poder terminar. Vio que la ira de su novia disminuía y que recobraba su cordura.

-Él no me dijo nada. Yo, yo vi cómo la mirabas y te trataba mal a ver si hacías lo que prometiste nunca hacer.

-Ella está muy buena y todo, pero no es como vos. Nunca te cambiaría.

Se besaron. Todo estaba arreglado. O eso parecía, porque de repente, llegó Daniel y (agarrándolo del brazo) se llevó a Luca diciéndole:

-No quiero que salgas más con esta pendeja. No te conviene. Es peor que Lourdes.

Y así se quedó. Le sacaron todos los medios de comunicación y lo llevaron al country en Luján para que no la viera más. Había una razón. Carolina dijo que lo habían hablado seriamente.

-Papá, ¿Qué pasó con Caro?

-Ella....

Miró a su alrededor y dijo:

-Vamos adentro. Es una larga historia.

-¿Qué pasó?

-Ella quiere destruir mi matrimonio. Y no podía permitirlo.

-¿Cómo?

-Ella... ella...

-¿Sí?

-Ella le dijo a Pilar que intenté seducirla, y no sé qué más. Y tu mamá...

Por eso habían ido ellos dos solos al country.

-¿Le creyó?

-Más que eso, me pidió el divorcio.