CAPITULO 22

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Las cosas parecían ir bien para los dos. Luca y Lourdes volvieron a ser novios mientras que Martín y Sofía seguían viéndose como "amigos". La golpiza a Tomás hizo que éste se saliera del camino, ya que nadie volvió a molestar a Luca ni a Lourdes por lo sucedido. Pero aún había un tema que le preocupaba a Luca: lo que hizo con Tomás. Es decir, nunca lo había probado hacer con él, pero sí con Tomás. ¿Era verdad lo que decía? ¿Ella lo amaba a Tomás? No, no era así, ella estaba obligada por el secreto de su padre. Sin embargo sentía que, para poder superar a Tomás, debía hacerlo él. Esta idea no lo convenció mucho, él no quería hacer nada que ella no quisiera.

Martín se sentó en el banco y miró al cielo. Sintió dos brazos que lo abrazaban y no pudo evitar la sonrisa. Amaba que ella hiciera eso.

-¿Sabías que te amo?

La chica sonrió y le dio un beso en el cuello.

-Lo sé, lindo, lo sé.

Martín la miró a los ojos, le encantaban esos luceros que brillaban como el Sol. Se podría quedar toda la vida mirándolos y ser feliz. Pero bajó la mirada y dijo:

-Tenemos que hablar.

En la cara de Sofía se veía a primera vista la preocupación. Martín sonrió un poco antes de hablar, era un gesto nervioso que tenía desde chico.

-No podemos seguir así...

-A mí no me molesta... -dijo preocupada Sofía. ¿Iba a terminar todo con ella? No podría soportarlo.

-Tenemos que ser más, si vos querés, me gustaría que los dos fueramos...

Un beso lleno de pasión fue su respuesta. Martín lo tomó como un sí. Atrás de un árbol festejaba en silencio Luca, le había dicho a su amigo que se arriesgara a ser más con Sofía y le salió bien. Le dió un poco de celos, porque ni él podría haberlo hecho mejor, él se ponía demasiado nervioso, Martín había conservado la calma. Ahora él se podía dedicar completamente a Lourdes. Martín estaba en buenas manos.

Las siguientes semanas pasaron con tranquilidad. Hasta el día veintisiete de noviembre. Lourdes no encontró a Luca ni en su casa ni en la de Martín. Se asustó y salió a buscarlo. No contestaba el celular. Pasaron las horas y él no volvía. Martín, Sofía y Carolina acompañaron a Lourdes en su búsqueda. Estaba lloviendo, pero a Martín le pareció que lo que caía por las mejillas de Lourdes no era agua de lluvia. Luca y ella tenían cuatro meses de novios (desde la última vez que volvieron), y él todos los días le hablaba o la pasaba a buscar. Pero ese día no pasó nada de eso, él había desaparecido. Martín tenía la sensación de que el estúpido de Tomás tenía que ver en todo esto. Por eso, cuando lo vio caminando tranquilo bajo la lluvia lo encaró contra la pared.

-¿Qué le hiciste a mi amigo, idiota?

-Eh.. tranquilo, esta vez no hice nada de nada. ¿Ahora no se puede caminar? -Le respondió Tomás.

A Martín le pareció que Tomás estaba mintiendo, así que se preparó para encajarle el golpe de su vida, pero Lourdes le agarró el brazo.

-Está siendo sincero -le dijo a Martín -Lo conozco, está diciendo la verdad. Me gustaría verlo llorando en el piso de vuelta, pero él dice la verdad. No hay razón para pegarle. Sigamos buscando, por favor.

A Martín no le caía bien Lourdes, y ella lo sabía, pero aún así dejó libre a Tomás y continuaron la busqueda en silencio. Luca la había cuidado tan bien, y ella era incapaz de mantenerlo un día sin perderlo. Sofía noto ese sentimiento en su cara, porque la abrazó y le dijo:

-No tenés la culpa. No sos vos, además, ya lo vamos a encontrar.

-Sí, gracias. -le contestó Lourdes.

Carolina se le acercó.

-¿Hoy es veintisiete? -le preguntó.

-Sí...

Carolina reflexionó unos minutos.

-Sé dónde encontrarlo -les dijo al grupo -Vengan, síganme.

Cartas de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora