CAPITULO 16

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Tomás estaba petrificado. Lourdes le había cortado. Es decir, ella quería que él se borrara de su vida. No quería verlo mas. Miró al suelo. Había perdido a la persona más linda con la que había salido. No era culpa suya, él le había dado todo, él fue el primero. No, fue culpa de Luca. Y estaba decidido a arruinarle la vida por eso. Pero antes, se dirigió hacia la comisaría. Había un asesino que denunciar.

-Hoy fue la mejor salida que tuve...

Luca la miró raro. La película había sido una de las peores, pero aún así, ellos se las habían arreglado para divertirse.

-¡La próxima vez elijo yo! -se quejó Luca -. Prefería ver "Barbie: el musical" antes que "A Roma con amor".

-Según todos, vos sos romántico -dijo Carolina conteniendo la risa.

-Sí, pero el amor no es como en las películas. Ojalá fuera así...

Carolina supo que había tocado un tema delicado.

-¡Puede ser así! ¿Por qué no? Tenés que tenerte más fe.

-¿Cambiamos de tema, por favor?

Carolina lo abrazó. Sabía que el nunca daría el primer paso porque estaba atado a Lourdes. Pero ella esperó pacientemente. No quería hacerlo sentir incómodo. Ella lo quería conocer, pero ya tenía ganas de darle un beso. Luca le parecía un chico bastante atractivo y muy buena persona. Aunque él sólo la veía como a una amiga para escapar de su realidad. A ella no le importaba mucho eso, ella lo pasaba bien y le sacaba una sonrisa a una persona que estaba sufriendo. Eso era bueno, la hacía sentir una muy buena persona.

-Me tengo que ir -soltó Luca -. Le prometí a mamá que íbamos a charlar un rato y que iba a ayudarla con la casa.

-Dale, después vení y limpiame la mía, que está hecha un asco.

-Ja ja ja, como quieras. Chau...

Se saludaron amistosamente y se fueron. Luca estaba rezando para que Carolina se creyera la mentira. ¿Él? ¿Ayudar en la casa? No servía ni para poner la mesa. Pero simplemente tenía que pensar en lo que estaba pasando. Lourdes era el amor de su vida, pero había elegido a Tomás. Sin embargo, si era la persona indicada, volveria. Se sentó en su cuarto y se puso a escuchar música hasta el horario de cenar.

Lourdes lloraba desconsoladamente. Un policía vino a interrogar como fue el crimen. Ese idiota de Tomás no mentía con la amenaza. Pensó denunciarlo por amenazarla y obligarla a hacer cosas que no quería, pero no lo hizo. Ella no era como él, ella era una buena persona. Aún así, su padre sabría que fue ella quien comentó el secreto. En cuanto saliera de la cárcel, ella estaría muerta. Pensó en que ese secreto lo sabían dos personas. Dos amores. Y comparó qué hizo uno y qué hizo el otro. Se dio cuenta de algo que se había dado cuenta antes, pero por hacerse la rebelde y la nena mala se había olvidado. Luca la amaba con el corazón, y el amor de Luca era verdadero. No como el de Tomás. Luca nunca le habría hecho esto. Le iba a pedir perdón de nuevo, pero esta vez de una forma especial. De una forma casi tan linda como cuando él le dejó la carta en Estados Unidos. Ella estaba decidida. Ella lo iba a recuperar.

Se pusó manos a la obra, preparó todo para el día siguiente. Llamó a una persona especial para que la ayudase. Si esa persona no colaboraba, nunca lo lograría.

-Martín... necesito tu ayuda.

-¿Lourdes? ¿Es sobre Luca?

-Sí, esta vez va a ser diferente... lo prometo.

-Lo mismo nos dijiste en Estados Unidos -Le dijo Martín, sabiendo que eso era como un puñal por la espalda para ella -. Mi mejor amigo sufrió mucho con vos. No voy a ser cómplice para que sufra más. Lo olvidaste a él, él te está intentando olvidar.

-...

Lourdes estaba muda. ¡Martín tenía razón, que estúpida había sido! Además, él estaba decidido a olvidarla. No lo podía creer. Había tenido de todo, y ahora no le quedaba nada. Cortó el telefono. No tenía ganas de discutir más con Martín. Intentó no llorar. No, no estaba todo perdido, aún quedaba algo. Agarró papel y lápiz y empezó a escribir.

Cartas de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora