CAPITULO 1

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-¡Vamos! ¡Muéstramela! Quiero ver lo que dice.

Luca se encontraba confundido. Lourdes era su mejor amiga, desde luego, pero no podía mostrarle esa carta. Era algo muy personal.

-Lo siento Luli, pero no creo que puedas...

-¿Resistirlo? Por favor, he visto cosas peores que una carta de amor.

Eso era cierto. Ella había pasado por el divorcio de sus padres, por la muerte de su tía y por la desaparición de su hermana.

-Está bien -aceptó Luca -. Te la voy a mostrar. Pero yo te avisé que no querrías leerla.

Ella tomó la carta en sus manos. A Luca le parecían perfectas, pero según ella, se las había arruinado de tanto jugar al handball. Ella era hermosa, medía un metro y sesenta y siete centímetros, tenía el pelo castaño claro, y sus ojos... sus ojos celestes cielo eran realmente una obra de arte. A Luca le parecía muy bonita. Aún no podía entender como una chica tan linda pudiera ser su amiga. Él, el chico menos atractivo del mundo (a su parecer), que con su metro y ochenta centímetros, no servía ni para el volleyball. Era muy afortunado de tenerla cerca.

Lourdes comenzó a leer la carta. Esta decía así:

Buenos Aires, 15/03/1978

Querida María:

Una historia de amor siemre es linda. Pero esta es hermosa.

Se conocieron como cualquiera conoce a alguien. Pero se amaron como a nadie en este mundo. Fue amor a primera vista, simplemente perfecto. Tan perfecto que a los tres meses se casaron y hoy, veinticinco años más tarde, tienen una hermosa familia. Quisiera ser como ellos, que los dos fuéramos así. Pero ya no estás al lado mío, y sé que no vas a volver.

Con el amor que te tuve, que te tengo y que te tendré,

Ricardo.

-¿Eso le escribió? ¡Que romántico! -dijo Lourdes, mientras a Luca le caían un par de lágrimas.

-Pero de nada le sirvió -logró decir.

-Porque ella se...

-Sí, ella lo había engañado. Pero no pudo soportar el sufrimiento de Ricardo y entonces se suicidó.

-¡Qué mala suerte! -se quejó Lourdes -¿Y a él que le pasó?

-Se suicidó al lado del amor de su vida.

Lourdes hizo una mueca. Se notaba que estaba triste y arrepentida por leer la carta.

-Fue en el lugar donde se conocieron. ¿No? -se animó a preguntar.

Luca parecía sorprendido por la pregunta, pero contestó: -Sí, el lugar que vió nacer y morir ese amor.

Los dos hicieron una pausa incómoda. Llovía un poco, pero a ninguno de los dos pareció inquietarle.

-Fue el lugar donde vivieron muchos años. ¿No?

-Sí, el lugar es hermoso. Tengo una fotografía. ¿Quieres verla?

-No, gracias -la rechazó Lourdes -. No creo que pueda soportarlo.

Luca la entendía perfectamente, a él le había costado mucho superar toda esa tragedia. Miró a Lourdes a los ojos. Cada vez que él la veía, ella estaba más linda. Sin embargo, le pareció que en su interior había una lucha para decir algo que, seguramente, no tendría que decir.

De repente y sin aviso, preguntó: -¿Cómo lo superaste, siendo el hijo que el amante de Maria le dejó?

-Con el tiempo. Quince años de puro sufrimiento por ser el culpable de dos muertes.

El tiempo... parecía una excusa perfecta para cualquiera que preguntase. Pero no para su mejor amiga.

-¿Sabes algo? -dijo con tranquilidad -No solo el tiempo cura las heridas. También las curan las amistades, las medicinas, el amor...

Luca tardó unos segundos en entender lo que había dicho su amiga. Luego, hablo su corazón.

-Eres tan linda cuando dices esas cosas tiernas.

Lourdes se ruborizó. Estaba acostumbrada a que muchos le dijeran cosas lindas, pero no que su amigo se las dijera. Miró a Luca. Se dio cuenta de que estaba vencido, parecía como si acabara de decidir su muerte.

Él bajo la cabeza y le dijo: -Por eso es que te amo.

-¿QUÉ?

-Que ella lo engañó -repuso Luca -Ella lo engañó con el amante.

Se sentía como un idiota. Al fin había podido declararle su amor a Lourdes y se había hecho para atrás en el último segundo. Lo había echado a perder. Sin embargo, Lourdes parecía divertida con toda la situación.

-Ja ja ja, yo también te amo bobito lindo.

A Luca le latía con fuerza el corazón. Le había dicho bobo, es verdad; pero también le había dicho lindo. Ella lo amaba.

Y sin pensarlo dos veces, la besó. La besó como si nunca se volviesen a ver. Y así fue...

Cartas de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora