Luca se levantó de su cama. Había sido una noche muy larga. Miró a Carolina, que todavía dormía, se dio cuenta de lo hermosa que era. Siempre se sorprendía, parecía cada día más linda. Se bañó y cambió rápidamente. Bajó a la cocina a prepararle el desayuno del día de los enamorados cuando se percató de que había olvidado por completo un ligero problema. Agarró su celular.
-Hola, ¿Mami?
-¡Luca! Sí, ¿Qué pasa?
-Vení al country. Rápido.
Colgó. Ella iba a ir. Se moriría si pasaba algo y ella no estaba ahí. Giró sobre si mismo y vio a su novia con cara de dormida. Se le acercó y tocaron sus labios lentamente. Luca pronunció:
-Buenos dias princesa, feliz día.
Pero ella no contestó, estaba demasiado pensativa en algo.
-¿Pasa algo, bebé?
-No, no. Es sólo que estoy medio deprimida por lo de papá.
-Tranquila amor, él sabe lo que hace -se sentó a su lado con el desayuno que había preparado -. Ahora despejate que tenemos un día lleno de cosas para nosotros.
Carolina sonrió un poco, y luego miró a los ojos de Luca.
-¿Podemos cancelar todo y quedarnos tranquilos en casa? Dormir un rato más... no sé, un día tranquilo.
Luca había pasado días pensando todo lo que tenía preparado para ella. Sin embargo dijo:
-Dale, vamos a dormir un ratito más.
Ambos sabían que no iban a dormir. Entraron al cuarto y se besaron lentamente, Luca ya sentía cómo terminaría eso, juego tras juego hasta llegar a lo que los dos querían.
Horas más tarde, Pilar (la madre de Luca) los levantó para comer. ¡Se habían quedado dormidos! Luca había olvidado avisarle a su padre sobre que Pilar iba a venir, pero por la sonrisa de ella en cuanto bajaron a la cocina, supo que todo había salido bien. Se sentaron los cuatro a almorzar en silencio.
-¿Durmieron bien? -preguntó el padre de Luca arqueando las cejas.
Los cuatro echaron a reír. Sonó el timbre, y todos se miraron raro, pero Luca se levantó y fue a abrir la puerta. Un hombre, una noticia, una lágrima. Un corazón roto.
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Cartas de Amor
RomanceLuca abandona todo para conseguir el amor que no se animó a confesar pero, ¿Será suficiente?