CAPITULO 20

1 0 0
                                    

Luca estaba dirigiéndose hacia el aula. Tenía que atravesar todo un pasillo lleno de chicos. Lo hacía siempre, pero esta vez era especial. Todos lo miraban como si algo malo hubiera pasado. Comenzó a caminar. No llegó a dar tres pasos cuando se escuchó el primer "Cornudo". A partir de ahí, todos se empezaron a burlar y  a reírse de él. Se puso mal. Pero siguió avanzando haciendo como si nada pasara. Al terminar el pasillo, se puso a llorar. Le mandó un mensaje a Lourdes diciendo que quería estar sólo por unos días y luego entró al aula. Se le notaba en la cara la tristeza y el enojo. No habló con nadie y se sentó. Así trasncurrió la semana, parecía una rutina burlarse de él por lo que Tomás había hecho con Lourdes. Él aún no creía como Lourdes se le había entregado. Pero ya había pasado. El enojarse con ella no cambíaria el hecho.

El viernes pasó de una manera especial. Luca llegaba destruido por todas las burlas y por la pelea con Martín, que lo había separado no solo de su mejor amigo, sino también de Kevin, Nicolás y Agustín. Llegó a la escuela sabiendo lo que le esperaba, pero era diferente, en el pasillo estaba la razón de todas las burlas, la persona que buscaba verlo mal: Tomás.

-Miren quién viene, el cornudo que perdona todo.

Luca se había cansado de hacer como que no escuchaba nada.

-Ja, ¿Celoso porque yo me quedé al final con Lourdes?

Tomás sonrió para un costado, esa cara era de malvado, de alguien quien buscaba hacer mal a alguien.

-¿Celoso? ¿Yo? Celoso debés estar vos. Yo ya logré lo que quería. La hice mía antes que vos y le dejé la marca de mis besos en su piel.

Tomás vio que la cara de Luca era de un sufrimiento, entonces prosiguió.

-Ella no te ama, tarde o temprano te va a cambiar por mí, como lo hizo las otras veces.

-¡Mentira!

-Creé lo que vos quieras, pero ella me ama a mí. Cuando me acosté con ella, gritó mi nombre, no el tuyo.

Luca le quería pegar, pero no se animó porque se sentía.. un inservible. Él le había dado todo su amor, sin embargo ella prefería la pasión antes que todo lo que él le podía dar. Sintió que era el segunddo lugar, que en realidad todo lo que decía Tomás era verdad.

-Sos un inútil, siempre lo fuist...

No llegó a terminar la palabra, le habían pegado un puñetazo en la cara. Todos miraron sorprendidos mietras Tomás sufría los puñetazos que su adversario le embocaba. Lo dejó solamente cuando su cara empezó a sangrar y sus gritos de dolor se empezaron a oír  en todo el colegio. Luca miró sorprendido. Ni él lo hubiera podido hacer mejor.

- Y nunca, nunca, vuelvas a insultar a mi amigo.

Martín tenía las manos ensangrentadas (de la sangre de Tomás) y una cara de pocos amigos. Sin embargo, miró a Luca y dijo:

-Nunca te tuve que haber dicho eso. Es decir, si querés salir con esa chica y ser cornudo por siempre, yo.. yo te voy a seguir apoyando. Al fin y al cabo, para eso estan los mejores amigos.

Algunas personas se empezaron a burlar de Luca porque Martín le dijo cornudo, pero se callaron cuando Martín dijo:

-¿Alguien más quiere quedar como él?

Señaló a Tomás, que seguía tendido en el suelo gimiendo de dolor, y la sangre de sus manos salpicó la pared. Las burlas se callaron al instante. Luca se acercó a su amigo.

-Perdón por gritarte a vos también, de verdad.

Se abrazaron. Hasta que escucharon una voz que decía:

-¿Quién hizo ésto?

Los mejores amigos se giraron para ver de quién era la voz. El preceptor. En cuanto vio la mano de Martín gritó:

-¡Rodríguez, a regencia, ya! Estás en un buen lío.

-¡Espere! -gritó Luca -Es un tema delicado, pero podemos explicarlo.

-No se meta señor Santos, este problema es de Rodríguez, no de usted.

Dicho esto se dio vuelta para retirarse. Hasta que recibió una patada en la espalda.

Estaban los dos sentados esperando al regente. Martín miró a su amigo.

-Sos lo más estúpido que vi en mi vida. ¿Pegarle al preceptor?

-Era la única forma de terminar en regencia y poder explicarle todo al regente. Además, lo habrías hecho por mí. Es decir, le pegaste a Tomás por mí, ¿Y esperabas que yo no te acompañara a regencia?

-Sí, bueno... ese Tomás no es el que mejor me cae.

-Señores Rodríguez y Santos -anunció el regente -. Pasen, por favor.

Se miraron entre ellos, iba a ser una larga charla. Se habían metido en un lío enorme.

Cartas de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora