Se despertó dolorida; y no sólo físicamente, sino mentalmente también. El secreto del padre era mucha carga para ella y, por confiar en la persona equivocada, estaba sufriendo. Tomás se había aprovechado de ella, demasiado.
El sol brillaba radiante como siempre. La plaza estaba llena y los amigos de Luca estaban preparando todo para su amigo. Martín los había convencido para esa operación. Consistía en hacer que Luca y Carolina se encuentren. Para eso llamaron a Carolina (Martín consiguió el número) y le contaron la situación resumida. Luego invitaron a Luca a jugar a la pelota. Tenían todo calculado para que ellos dos se encuentren.
Cuando Luca llegó al parque no vio a ninguno de sus amigos. Pero vio a una chica de unos 19 años muy bonita. Pelo rubio y lacio, con un lado rapado y todo peinado para ese lado; ojos que, aunque eran marrones, brillaban como un atardecer; un cuerpo con bastantes curvas y un aura de diversión que la hacía parecer perfecta para cualquiera. Para cualquiera menos Luca. Luca la veía muy bonita, pero no era Lourdes, ella no tenía igual. La chicq se acercó a él con paso firme mirándolo fijamente. Cuando estuvo cerca, le sonrió.
-Luca, ¿No? -dijo esa hermosa chica.
-Eh.. sí, ¿Cómo sabés mi nombre?
-Pues... No se, mi profesora particular me habló de vos, ademas tus amigos se encargaron de contarme mucho de vos. Por cierto, soy Carolina.
Carolina. Luca rebuscó en el bolsillo y no pudo el papel que le había dado Luciana, alguien se lo había quitado. Era ella, tal como la describió su profesora. Estaba sorprendido.
-Entonces, un gusto conocerte Caro.
-¿Querés ir a tomar un helado?
Luca se quedó pensativo.
-Mirá -dijo Caro -, sé que estás pasando un momento difícil. Pero yo no te obligo a nada conmigo, tampoco lo quiero, esto es una locura de Luciana y de tus amigos, sólo te quiero conocer más. Tengo el presentimiento de que nos vamos a llevar muy bien.
-Ok. Vamos a la heladería de allá, yo invito.
Era desconocida. Pero había sido gentil con él, así que no se molestó en tener que pagarle un helado. Estuvieron horas y horas hablando sobre sus vidas y otras cosas que surgieron en el momento. Oscureció. Luca se ofreció a acompañarla a su casa. Su padre le había enseñado que no tenía que dejar solas a las chicas de noche. Llegaron a la casa de Carolina.
-Gracias por el helado, y por acompañarme. Te hablo por WhatsApp?
-Sí, o te hablo yo, como quieras. Y de nada, era lo mínimo que podía hacer por vos.
-Nene, deja de ser tierno que yo no soy Lourdes.
Y echó a reír.
-Tal vez seas mejor que ella... en algunos aspectos -dijo Luca.
-Nos pusimos sentimentales, Luqui?
-No, sólo recordaba que ella me engañó y que no es tan perfecta...
-Mentira, es re linda. Y se equivocó. Va a volver, te lo prometo.
-Si vos decís... me voy para mi casa, nos estamos hablando.
Se dieron un abrazo y Luca se dirigió a su casa. No caminó ni cinco pasos cuando Martín, Kevin, Agustín y Nicolás lo interrumpieron gritando: "Winner", "Latin lover", "Matador" y cosas estúpidas de ese estilo. Ellos lo organizaron todo y, aunque él no quería conocer a Carolina, le encantó la idea de juntarse. Le cayó super bien. Quería verla de nuevo.
Tomás estaba fumando en la esquina de su casa mientras pensaba. Él sabía que había pasado la raya obligando a Lourdes a hacer lo que hizo. Se preguntó si tendría consecuencias graves para él.
Lourdes salió de su cuarto. Sabía lo que tenía que hacer. Agarró su mochila y se fue muy decididamente a la escuela. Había tomado la decision. Iba a encarar a Tomás y le iba a cortar el juego que estaba haciendo con ella.
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Cartas de Amor
RomanceLuca abandona todo para conseguir el amor que no se animó a confesar pero, ¿Será suficiente?