CAPITULO 17

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Se la dejó en la puerta de su casa y se alejó corriendo para que no la vieran. Le había escrito una hermosa carta. Pero como no sabía si era suficiente, le puso un par de chocolates. No era mucho, pero lo había hecho con el corazón y eso era lo que contaba. Necesitaba hacer que Luca le hablara, y así poder arreglar todo lo que ella había destruido.

Tomás agarró la carta y la leyó. Era muy sincera y muy romántica. Se comió los chocolates y rompió en mil pedazos la carta que su ex le había mandado a Luca. Se alejó sonriendo, ella pensaría que Luca la rechazó y después de algunos días (tal vez meses) él, Tomás, podría volver a tocar su cuerpo.

Martín lo observaba atentamente. Estaba en la cuadra de enfrente, a punto de cruzar para ir a la casa de su amigo, cuando vio toda esta escena. Le caía mal Lourdes, pero sin embargo la llamó.

-Lourdes, habla Martín.

-¿Qué pasa?

-Tomás acaba de romper una carta que estaba en la puerta de Luke. Tambien se comió unos chocolates que había en el sobre. Creo que era tuya...

-¡Ay, no! La hice con todo mi amor, y ahora esta en la basura -se largó a llorar desconsoladamente.

A Martín no lo conmovía ni en lo más mínimo.

-Dejá de llorar nena. Escucha, voy a convencerlo de que te llame, pero lo haces llorar vos a él una vez mas y te la vas a ver negra, ¿Ok?

-Ok.

-Chau.

-Martín... esperá.

-¿Y ahora qué?

-Gracias.

Martín no respondió y cortó, pero Lourdes sabía que era un "de nada" indirecto. Entró a la casa de su amigo y le comentó todo lo que vio. Luca reflexionó y miró a su amigo.

-¿Y vos que decís?

-Yo... A mí no me cae bien, pero creo que podrías darle una oportunidad más.

-Creo que si. Pero...

-¿Pero qué?

-¿Y Caro?

Martín no podía creer lo que estaba escuchando, Carolina se había metido en su corazón a tal punto que estaba dudando de volver con Lourdes.

-Ella entenderá -Respondió Martin -. Yo me encargo de eso, así como me encargué de juntarlos.

-No quiero perderla, quiero decir, dejame ser su amigo.

-Lo pedís, lo tenés.

Luca lo abrazó, era lo mejor de su vida. Sin Martín, estaría perdido. Lo miró.

-¿Hora del traje?

-No hay mejor momento para usarlo, es el cábala de las reconcilaciones.

Luca se preparó con el traje y se puso un moño nuevo. Por segunda vez en su vida, se veía decentemente vestido y atractivo. Martín le dio su aprobación y salieron juntos para la casa de Lourdes.

Cartas de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora