Luca. Sé que lo hice mal, lo hice pésimo y merezco que pase esto. Sin embargo, no me merezco perderte, no quiero perderte. Sos demasiado para mi vida y sos lo mejor de ella. No pierdo las esperanzas de que vuelvas. Y anhelo que me respondas esta carta diciéndome que va a estar todo bien y que todo va a ser como antes. Sos el amor de mi vida, ahora lo puedo ver. Y si volvés junto a mí, va a ser para siempre. Con mucho amor del bueno, de ése que nunca muere. Lourdes.
Martín terminó de leer la carta. Que perra inmunda, pensó. Le arruina la vida a mi amigo y ahora no lo deja en paz. Se había despertado antes que su amigo y había encontrado esa carta tirada en el piso.
-Ella no me ama, ¿No? Sólo quiere mis besos. ¿O realmente cambió?
Luca se había despertado y lo había visto leyendo la carta.
-Perdón Luca, es que la vi y me agarró tentación de leerla.
-Te la iba a mostrar en cuanto despertara -dijo Luca -. Así que es lo mismo.
-¿Le respondiste?
Luca señaló el escritorio. Martín se acercó. Había una carta a medio terminar sobre ella. La tomó en sus manos y leyó.
Lourdes, dejame en paz. Si nuestro futuro es estar juntos, así va a ser. Pero algo es seguro, nuestro presente es estar separados. Probá con otros chicos, aprendé a no meterte en cosas malas y más adelante veremos. Sé que volviste a hacerlo con Tomás, y que fue para desahogar penas. Pero tenés que entender que así no se superan las cosas. Quiero que vuelva la Lourdes de antes, de la que yo me enamoré. Si no vuelve ella, tampoco voy a volver yo. No voy a jugar el papel de idiota. No voy a ser un juguete. Si supieras por lo que pasé...
-¿Vas a terminarla?
-No. No creo poder confiarle mas cosas. La voy a dejar así.
-Terminala, te va a hacer bien.
Luca se sentó y escribió.
...sabrías que no puedo darte más oportunidades. No después de todo lo que hice por vos. Me arrepiento de todo, nunca tuve que hacer tanto por vos, no lo valés. Nos veremos en un futuro, si Dios quiere. Chau, Luli.
-Cuando vayas para tu casa, ¿Se la dejás en la puerta?
-Cómo no -contestó Martín -, igual ya me tengo que ir. Son las cinco de la tarde.
-¿Dormí hasta las cinco?
-Sí, toda una princesa durmiente. Nos vemos, Luca.
-Chau, Martín.
Martín dejó la carta en la casa de Lourdes y tocó la puerta. Así la verían más fácil. Luego, se dirigió a su casa. Sabía que ese juego de las cartas no iba a terminar bien.
Luca llamó a Carolina para consolarla de la muerte de su primo. Aprovechó para preguntar si Tomás era su primo.
-Lo es -respondió -. Pero vos salís conmigo, no con él. Por favor, no me cambies solo por esa razón.
-Nunca te cambiaria. ¿Mañana querés que vaya a tu casa?
-Vení, mis papas se van a ir a lo de mis tíos para consolarlo pero creo que no se molestan si venís.
-Ok. Una cosa más, me mandó una carta Luli.
La voz de Carolina cambió.
-No las leas, no le hables. No es por mala, pero ella te hace mal.
Se despidieron y cortaron. "Ella te hace mal". Obvio, pero aun así, él era incapaz de ignorarla. Una parte de él la seguía amando, y la otra parte la seguía odiando. Aun así, fue a la casa de Lourdes. Debían charlarlo mejor y aclarar las cosas.
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Cartas de Amor
RomanceLuca abandona todo para conseguir el amor que no se animó a confesar pero, ¿Será suficiente?