El otra vez..

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Despertaste para ir a la escuela, no tenías ganas. Te metiste a bañar, te pusiste el uniforme y de costumbre uno de tus hermanos te esperaba en la puerta para acompañarte hasta la salida del bosque.

¡Te quiero! ¡No hables con extraños! ¡Estudia! ¡Preparare tu maleta para que te vallas con los demás en la tarde!  - Se despidió tu hermano de máscara negra.

Al escuchar eso último un escalofrío recorrió tu cuerpo, no estabas preparada para volver a la mansión en donde tus hermanos de quedaban con varias personas mas iguales a ellos.
Caminaste a tu escuela y entraste a clases como normalmente lo haces, terminaron las primeras 4 horas y el receso había comenzado. Compraste unas papas fritas con verduras a un lado y tu botella de agua, conversaste con algunos de tus amigos, pero.. volteaste al bosque la sentir una mirada penetrante sobre de ti, lo ignoraste y seguiste riendo con tus amigos.

Entraste a la clase de Biología y en tu mente vino la frase que habías escuchado anoche antes de dormir.. valla que se te erizo la piel por recordarlo. La maestra te regaño por estar distraída y te mando a dirección.

Era la última hora de clase y el director no estaba así que te fuiste a tu siguiente clase la cual era **inserta la materia que mas te guste**  Valla que amabas esta clase, pusiste atención en todo y al final el maestro/a  reconoció tu esfuerzo y te aplaudió felicitándote por el buen trabajo que hiciste. La campana sonó y saliste con tu mejor amigo, hiciste la misma rutina de ayer con el y te despediste deseándole felices vacaciones. Al caminar a tu casa estabas nerviosa de volver a ver a tus amigos desde que eras pequeña, algunas veces tenías pesadillas con uno de los muchos que vivían en esa mansión.

Llegaste y tus dos hermanos te esperaban con tu maleta. Sonreiste sin que notarán tu nerviosismo y saliste con ellos para que te guiarán a la mansión donde te quedarías otra vez.
Cuando ya estabas parada enfrente de la mansión, un hombre alto, delgado, sin rostro y con traje al cual conocías por Slenderman te resivio tomandote por el hombro con uno de sus tentaculos. La más adorable de la casa salió corriendo abrazandote diciéndote que te extrabañaba. Tus hermanos se despidieron de ti y te dieron un tierno beso en la cabeza.

Slenderman te llevo a tu misma habitación mientras que la pequeña con nombre Sally no dejaba de abrazarte. Slenderman te dejo a solas para que te acomodaras.

¿Quieres jugar conmigo? - Pregunto la pequeña y tierna Sally.

Claro, solo primero ordenare mis cosas.. luego te busco. - Dijiste sonriendole a la pequeña.

Ella asintió y salió de tu habitación, al salir ella sentiste la mirada penetrante de la escuela, pocos segundo después paro y lo ignoraste por segunda vez mientras organizabas tus cosas en el armario y en el cajón. Dejaste cargando tu celular en la cama y saliste a buscar a la pequeña.

Al caminar por la mansión te encontraste con tus amigos quienes te asustaron a proposito. Unos mas que otros. Cuando encontraste a Sally jugaste con ella la te y a las muñecas.
Alguien había tocado la puerta y Sally fue a abrirla mientras que tu peinabas a tu muñeca.

¡Tenemos a alguien mas para jugar! - Dijo emocionada la pequeña.

Volteaste a verla y te asustaste al mirarla al lado de alguien alto, con atuendo raro y sombrero, algo musculoso y cabello rojo algo largo. Miraste a la pequeña Sally y sonreíste nerviosa asintiendo.

Te presentaste con amabilidad a tu compañero de juegos. El hizo lo mismo besándote la mano, no pudiste evitar sonrojarte y apartar la mirada. Sally le ofreció una muñeca.

Mirabas repetitivamente a ese chico, se te hacia conocido.. pero no recordabas de donde. Solo sabias que era alguien de la infancia..

Al terminar de jugar, Sally se había ido a comer. Te quedaste sola con el chico asi que no dudaste en preguntarle algunas cosas.

¿Te conozco? - Preguntaste.

El te miro riendo y asintió sin decir nada.

¡Lo sabía! Perdona mi mala memoria.. pero, ¿de donde nos conocemos? - Preguntaste sonriendo.

El de levanto del suelo y te extendió la mano para ayudarte a levantarte. Agarraste tu mano y al sentir su tacto sentiste que ya habías tocado esas manos en alguna parte.

Bueno.. digamos que, desde niños. - Sonrio.

¿Desde niños? Recuerdo muy bien mi niñez..- Dijiste mientras te esforzabas por recordarlo.

Al cabo de unos minutos, lo miraste.

¿Tu eres Jason..? ¡El niño que le caía bien a todos! - Dijiste molesta.

Sip, ¡el mismo! ¿Me extrañaste muñequita? - Dijo coqueto mientras se acercaba a ti.

¡Alejate! N-No se me olvida todo lo que me hiciste en el jardín de niños.. - Dijiste nerviosa.

¿Que te hacia? Según yo.. me la pasaba muy bien contigo.. - Dijo sonriendo sin parar de acercarse a ti.

Me.. ¡me quitaste a mis amigos! Y.. ¡todavía me.. me hacías varias cosas! - Retocediste varios pasos hasta chocar con la pared.

No apartabas tu mirada de el, esperando a que no te hiciera nada cerraste los ojos asustada. Lo único que sentiste fue un beso en la mejilla que hizo que abrieras los ojos sorprendida y confundida lo miraste.

Tranquila, jamas te haría daño.. si hice todas esas cosas fue para llamar tu atención. Vamos, todos estos años he esperado este momento.. - Dijo mirándote mientras te acorralaba.

Miraste a otro lado molesta y avergonzada a la vez, esperabas a que se fuera.

No pusiste esa cara al recargar tu cabeza sobre mi pecho mientras te quedabas dormida.. - Sonrio pícaro mirandote.

Lo miraste confundida y esperaste una respuesta.

«Mi preciada muñeca» (Jason The ToyMaker y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora