Todas la noches

919 64 11
                                    


¡Ah! ¡Zoe! - Dijiste asustada.

Lo siento, ¿me das dulces? - Dijo la niña mirandote con sus grandes y bellos ojos.

¡CLARO QUE SI! - Dijiste encantada dándole tu bolsa completa.

¡Gracias! - Agradeció la niña.

Kate estaba sentado en la cocina mientras que Jason le molestaba la coleta que llevaba puesta haciendo molestar al menor.

Dime, ¿Zoe te la hizo? - Pregunto Jason sonriendo.

Si..- Dijo fastidiado.

¿Y tampoco te pinto las uñas? - Rio el padre a carcajadas.

¡Jason! - Dijiste molesta.

Zoe se acerco a Kate y de su mochila saco 6 esmaltes de uñas.

¡Si quieres puedo pintarte las uñas! - Sonrió la niña.

¡Claro que no! - Alejo sus manos Kate.

¿Porqué no? ¡Prometo que quedaran muy lindas! - Sonrio.

¡Soy un niño Zoe! - Dijo Kate.

Ya tranquilo, no levantes la voz.. ¿porque no van a tu habitación Kate? Pueden estar jugando ahí un rato. - Dijiste.

¡Si! Y mamá y yo podemos hacer otras cosas. - Te abrazo Jason por detrás mirándote coqueto.

¡Hey! ¡Alto ahí loka! - Te separaste de el rápido.

Kate los ignoró y subió con Zoe a su cuarto, mientras que la niña viboreaba el cuarto del niño este se mantenía en su cama deseando que jamas llegará la noche para no volver a ver a su abuelo.

¿En que piensas Kate? - Pregunto la niña.

En nada.. - Dijo Kate serio.

¡Wow! ¿Que es ese cambio de humor? ¡Alguien necesita cosquillas! - Se abalanzó la morenita al pelirrojo.

Zoe se encontraba torturando Kate con cosquillas, haciendo que se riera hasta Camerún. Sin duda a Kate le molesta, pero a la vez le alegraba que su nueva amiga fuera tan... feliz y que lo hiciera sentirse de igual manera.

¡Vamos a jugar Kate! ¡Tienes muchos carritos! ¡Carreras! - Dijo la niña levantándose de la cama y tomando un pequeño carro amarillo.

Kate tomo el suyo de color morado y empezaron a jugar sin darse cuenta que había caído la noche.

¡¿Te digo que seria genial?! - Dijo la niña.

¿Qué? - Pregunto Kate.

¡Algún día tienes que venir a mi casa! ¡Podríamos nadar en la piscina y luego podríamos comer postres y ver televisión en la gran pantalla! - Dijo Zoe.

¿Me invitas a tu casa? - Pregunto Kate feliz.

¡Si! ¡Será divertido! - Sonrio.

Kate solo sonrió, dejando salir un pequeño ruborzillo que se asomo por sus mejillas.

Por cierto Kate, te dolieron tus tatuajes? - Pregunto curiosa.

Tatuajes? Yo no tengo tatuajes.. - Dijo confundido.

Claro que si, tienes aqui.. - señalo debajo del ojo - Y también tienes uno debajo del cuello. - Dijo Zoe.

Ah.. eso, a los 5 años me empezaron a salir, creo que son como ¿marcas? O lunares.. no lo se. ¿Se ven mal? - Pregunto.

No, de hecho te hacen parecer muy rudo.. - Se acostó en la cama.

Kate miro a la niña bostezar y acomodarse en la cama del niño mientras se tapaba con sus sabanas quedándose dormida. Kate prendió su luz de noche, acomodo una almohada en el suelo y miro con miedo el techo con varias luces en forma de estrellas y dinosaurios mientras deseaba no quedarse dormido.

Duro hasta las 3 de la mañana cuando no pudo más y quedo dormido.

Despertó en el inframundo y resivio un golpe por detrás haciendo que cayera al suelo.

¡¿Acaso crees que te voy a esperar?! - Dijo Zalgo molesto.

Kate se levanto con cuidado y apunto de llorar.

Vamos, tenemos trabajo que terminar.. si quieres pasar al siguiente ejercicio tienes que escalar el poste con la mochila. - Cruzo sus brazos el demonio.

Kate suspiro pesado, tomo la mochila y con dificultad quiso trepar raspandose varias veces con las espinas.

El demonio bufo molesto por los intentos fallidos del niño. Kate lo miro cansado y sobando sus manos, el demonio sentado en un gran trono comenzó a golpear sus uñas delicadamente en el regazo esto a Kate le dio una idea.

Recordaba que en la/el carrera/concurso su padre en la primera prueba había escalado la pared con ayuda de sus uñas.

Kate miro sus uñas y se dio cuenta que podía usarlas para trepar y no pincharse ni rasparse, el único problema ahora era el peso en su espalda, pero eso ya vería como solucionarlo ¿Tal vez con algo de impulso?

El niño encajo sus uñas en la madera y con esfuerzo comenzó a subir y llegar hasta arriba, poco a poco. Hasta que después de unos minutos que casi se convierte en una hora logro subir hasta la cima dejando escapar una sonrisa.

Ahora, baja. - Dijo Zalgo.

La sonrisa se borro al escuchar al demonio, miro hacia abajo y la altura en la que estaba lo hizo temblar haciendo que resbalara y callera dándose un golpe horrible en cabeza.

Fue mas rápido de lo que pensé.. ahora. ¿Que dirías si te dijera que cada noche sufrirás por varios ejercicios como este que te lastimaran y pondrán tu vida en juego? - Susurro en la oreja del menor.

Kate trago duro, miro hacia abajo y se lamento de a ver cerrado los ojos.

Pasaras todas tus noches conmigo.. tu abuelo favorito~ -Peñizco con rudeza la mejilla del menor.

«Mi preciada muñeca» (Jason The ToyMaker y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora