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Silvia

Entro en casa, subiendo rápidamente las escaleras y entrando en mi habitación. Saco la maleta de debajo de la cama y la subo encima, abriéndola.

Camino hasta el armario abriendo las puertas, y comenzando a sacar todas mis cosas de su interior. Comienzo a meterlas en la maleta rápidamente, sin pensar en lo que estoy a punto de hacer, porque sino iria corriendo a lanzarme a los brazos de Álvaro, sin importarme nada.

Cierro la maleta con bastante esfuerzo, la bajo de la cama, dejándome caer en esta. Me giro quedando frente a frente con la foto de encima de la mesilla.

En ella salimos Álvaro y yo riéndonos mientras que me agarra por la espalda y me coge separandome del suelo varios centímetros. Cierro los ojos antes de cogerla y acariciar su rostro por encima del cristal.

Pongo mi mano encima de mi vientre, mientras beso la foto.
—Sé que tú no tienes nada que ver en esto, pero no puedo volver contigo.—Paso mi mano por mi rostro deshaciendome de las lágrimas.

—Silvia...—Marta abre la puerta despacio—Acabo de llegar. ¿Quieres algo de comer?

—No—mi voz es un susurro—No tengo hambre.

—Silvia, ahora sois dos. Piensa en él o ella y haz un esfuerzo.—Marta se acerca y se sienta a mi lado. Coge con cuidado la foto de mis manos y la mira.—¿De verdad quieres acabar con todo esto? ¿Tirarlo todo por la borda?

—Sí, ya no hay marcha atrás—Digo sin apartar mi vista de la foto.

—No la hay porque tu no quieres.—Marta me mira para después levantarse—Voy a hacer algo de comer. Te quiero sentada en la mesa en media hora.

Sonrío y me levanto y camino hasta ella.

—Mejor te acompaño—Marta me sonríe antes de salir las dos por la puerta.

(15.00h)

Subo a mi habitación y tras coger la maleta y meter la foto en el bolso, vuelvo a bajar al salón.

—¿Porque no me has dicho que te ayudase? Sabes que no puedes coger peso en tu estado.—Marta me reprende con la mirada.

—Bueno no creo que me pase nada por coger una maleta.—Marta me mira triste—Me tengo que ir...

—Te voy a echar mucho de menos—Marta me mira con ojos llorosos.

—Yo también—Me acerco a ella y la abrazo fuerte, dejando salir las lágrimas.

—Te llamaré todos los días,¿vale?—Asiento con la cabeza separandome de ella—No te vas a librar tan fácilmente de mi.

—Espero que vengas a ver a mi bebe cuando nazca

—No lo dudes—La doy un beso y me separó de ella.—Ha llegado la hora—Me vuelve a abrazar antes de salir por la puerta.

(16.30)

Acabo de terminar de facturar las maletas y unico que puedo hacer ahora mismo es sentarme a esperar.
“Los pasajeros del vuelo con destino a Alemania pasen por la sala 3”

Me levanto con el bolso colgando del brazo, pero una voz hace que pare. Me giro despacio encontrandome a Álvaro detrás de mi.

—¿Qué haces aquí?—pregunto incrédula.

—No te vayas...—Álvaro me mira sin apartar sus ojos de mi.

—Álvaro...

—Por favor, Silvia... No me dejes tú también... Por favor

Miro a Álvaro sin saber que hacer.

¿Me voy ignorando lo que siento por él y alejandole de su hijo o me quedo aquí con él?

Solamente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora