Solamente tú

40

Álvaro

Observo los billetes de avión que tengo entre mis manos. Han pasado dos días desde que intente hablar con Silvia y la preocupación ha ido creciendo cada vez más hasta hacerseme casi imposible no estar llamandola cada dos minutos. Pensaba que tenia asumido su ausencia, que habia conseguido olvidarla con Laura. Pero me equivocaba, Silvia sigue tan viva en mi corazón como los primeros días y aunque me cueste asumirlo eso va a seguir siendo así hasta el final de mis días.

Me levanto del sofa al escuchar como la puerta principal se abre. Veo como Laura sonríe al verme.

—Ya estoy en casa—La voz de Laura suena risueña, como cada día.

—Hola...—Me acerco a ella colocando mis brazos alrededor de su cintura pegandola a mi. La beso suave, alargando este momento.

—Vaya, veo que necesitas estar solo todo el día, para que me recibas así—Laura sonrie en mi boca, basándome de nuevo.

—Ven, tengo una sorpresa.—Agarro su mano y tiro de ella hasta el sofá.

Me siento en él tirando de ella, haciendo que caiga sentada en mis piernas. Cojo los billetes de encima de la mesita de cristal.

—¿Dos billetes de avión?—Laura me mira sin entender porque he comprado los billetes.

—Bueno, esta semana hacemos un año y he pensado que podríamos ir a Alemania de viaje para celebrarlo.—La miro con una sonrisa.

—¿Alemania?—Laura coge los billetes de mi mano borrando la sonrisa de su rostro

—Si ¿pasa algo?

—¿No es allí donde se fue Silvia?—La pregunta de Laura hace que yo también borre la sonrisa.

—Bueno, Silvia puede estar allí pero yo voy contigo ha celebrar lo feliz que me haces. Me da igual si Silvia esta allí o no. Yo te quiero a ti y eso no va a cambiar—Cojo la barbilla de Laura haciendo que me mire.

—¿Y si la ves? ¿Y si decides quedarte con ella?

—Eso no va a pasar. Laura... Silvia se fue hace 9 meses, dejándome solo y hundido. Y tú fuiste quien me ayudaste a salir de ahi, con tu cariño y tu amor. Y no sabes cuanto te amo por ello. Por seguir a mi lado y no dejarme a pesar de como soy a veces.—Pongo mi mano en su vientre. Laura me mira nostálgica para después poner su mano encima de la mia—No sabes cuanto desearía que ese niño estuviera aquí, creciendo en tu interior y poder formar una familia contigo.

—Pero eso ya no es posible...—Laura baja la mira.
—Aún podemos intentarlo de nuevo—La guiño un ojo haciendo que Laura me dé un pequeño golpe mientras se sonroja levemente.—¿Entonces qué? ¿Nos vamos a Alemania?

Laura me mira asintiendo con la cabeza. Sonrio acercandola a mi en un beso.

—Prometeme que aunque la veas no me vas a dejar...

—Nunca, Silvia ya perdió su oportunidad y nada va a hacer que cambie de opinión.

—No se, yo...

—Laura, te lo prometo—Cojo sus manos entre las mías, llevandomelas a los labios, dejando un beso en ellas.

—Te quiero muchísimo, Álvaro. No soportaría perderte...

—Nunca lo harás.