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Álvaro

Recorro el brazo de Laura hasta llegar a su mano, tirando de ella suavemente hasta sentarla en la cama conmigo.

-Laura... Se que desde hace un tiempo nada entre nosotros es igual.

-No, no lo es. Nunca te olvidaste de Silvia, yo solo era...¿Un parche?-La voz de Laura cada vez suena más triste.

-No-Laura me mira reprochandome con la mirada que aún en este momento la siga mintiendo. Bajo la cabeza mirando nuestras manos-Puede que al principio si lo fueras, pero después...-Acaricio el dorso de su mano con mi dedo como a ella tanto la gusta-Después te convertiste en algo demasiado importante para mi.

-No lo suficiente para que te olvides de Silvia y dejes de buscarla después de 9 meses.-La voz de Laura suena llena de reproche.

-Y nunca podré hacerlo, a pesar de lo que se desde hace unos minutos.

-Es que ya esta todo dicho, Álvaro. Que más quieres explicarme, para mi esta suficiente claro. La quieres a ella y a mi solo me tienes aprecio-Laura se levanta de la cama-Muchas veces pienso que perder al niño fue un alivio para ti.

Las palabras de Laura se clavan como dardos en mi pecho. ¿Como puede pensar eso?

-No. Sil... Laura-Laura me mira sin poder creerse que haya estado a punto de llamarla Silvia.

-Mira Álvaro será mejor que lo dejemos. Ya no tenemos nada más que decirnos, y esto solo me provoca más dolor.

-Laura...

-¿Sabes que es lo que pasa, Álvaro? Que yo si me he enamorado de ti, yo si te quiero conmigo. Yo quiero a alguien que me quiera solo a mi, no que cuando menos me lo espere me llame por el nombre de su ex o que me lleve de viaje para buscarla.

-Laura, escúchame. Yo...-Laura levanta la mano haciendome callar.

-No me va a servir de nada escucharte, esto ya no tiene remedio. Se acabó.

Laura me mira una última vez antes de salir por la puerta. Observo el trozo de madera que me deja solo entre esas cuatro paredes, dándome cuenta de que me he quedado solo, sin nadie.

Silvia tiene a Alex y a su hijo y yo... Yo no tengo nada. Lo único importante que me quedaba era Laura y ahora... Me ha dejado solo, no tengo a nadie que me soporte, nadie que me quiera cerca y todo por mi comportamiento, por mi actitud.

Esta clarisimo que la culpa de todo la tengo yo como siempre. Si hubiera conseguido olvidarme de Silvia como ella lo ha hecho de mi, todo me hubiera ido mejor. Pero ya es tarde para eso.

Me tumbo en la cama pasando mis manos por mi rostro sin terminar de creerme aún todo lo que ha pasado en unos minutos.

Cierro los ojos viendo como Alex empuja el carrito, como me restriega por la cara que por mi ineptitud el tiene a Silvia y yo no. ¿Como pude ser tan gilipollas? ¿Porque no supe valorarla como debía y cuidarla como la prometi?

«Hasta hace unos días no lo tenía.» «¿De que iba a servir, Lucía? Hace 9 meses que no se nada de ella» Esas frases se repiten una y otra vez en mi cabeza.

Me incorporo rápidamente en la cama dándome cuenta de todo.

-Ese niño... Es mío...

Solamente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora