70(FINAL)

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5 años después.

Álvaro

Camino por el amplio salon hasta llegar a las puertas que dan al jardín. Las abro viendo como Kael corre por el césped persiguiendo a Malvavisco, el pobre perro huye de él aún sabiendo que en algún momento le cogerá.

Veo como Silvia se encuentra medio tumbada en el columpio colegadero sin apartar su vista del libro que sostiene entre sus manos. Me acerco a ella lentamente.

—¿Otra vez leyendo ese libro?—Pregunto viendo la portada mientras cojo sus piernas para poder sentarme.

—Me gusta demasiado. Me recuerda a nosotros.—Sonríe para después fijar su vista en su vientre levemente abultado.

—¿En que piensas?—La miro mientras acaricio sus piernas.
—En todo lo que nos ha pasado. Da para escribir un libro.—Rio ante su respuesta

—Quizás no es mala idea.—Esta vez es ella la que ríe.

—¿Sabes? Creo que se vendería bien.—Estira su mano hasta posarla suavemente en mi mejilla—No me arrepiento de nada. Todo eso valió la pena, para que ahora tu y yo estemos juntos.—Me acerco a ella besando levemente sus labios.

—Pobre Malvavisco—Susurra riendo al oir el pequeño chillido del perro.

Nos giramos viendo como Kael ha conseguido cogerle en brazos y esta haciendole veintemil cosas al pobre animal.

—Kael—Le llamo haciendo que levante su vista del animal para que nos mire a nosotros. Le hago una señal para que venga.

—¿Que?—Nos mira con sus ojos verdes, como si fuera el niño más inocente del mundo.
—¿Que te ha hecho Malvavisco para que le hagas todo eso?—Le pregunto suavemente.

—Nada, solo estamos jugando.

—¿Jugando? ¿Como cuando le teñiste el pelo de verde?—Kael empieza a reírse posiblemente acordandose de ello.

—Fue idea suya, en el fondo le gustaba—Dice como si nada haciendo que Silvia ría.

—Anda ven aquí y hazle mimitos a mami—Silvia deja el libro a un lado, mientras Kael se tumba a su lado y comienza a darla besitos.

—Bueno pues ya que no me necesitáis, me voy—Digo levantándome mientras oigo la risa de Kael.

—¡En el fondo sabes que te queremos! ¡Pero muy en el fondo!—Grita Silvia desde su sitio.

Me giro para mirarla, viendo como Kael rie en sus brazos y Malvavisco corretea feliz por el jardín.

—Al fin tengo lo que siempre quise... Mi familia.

Silvia.

—Mami...

—¿Dime cariño?—Paso mis dedos por su frente quitando su pelo de ahi.

—Papi y tú os queréis mucho, ¿verdad?

—Pues claro.

—¿Y a mi? ¿Me queréis a mi?—Kael me mira fijamente.
—Tú eres lo mejor que nos ha pasado. Papá y yo te queremos más que a nuestra vida.

—¿Y cuando el venga, me seguiréis queriendo?—Pregunta mientras pasa sus deditos por mi vientre.

—Claro que si. ¿Porque no ibamos a quererte?

—No se...

—Deja de pensar en eso ¿vale? Nunca vamos a dejar de quererte, nunca. Por muchos hermanitos que tengas.—Sonrie mirándome.

—¿Me vas a contar alguna vez tu historia con papa?

—Algún día, cariño. Algún día te lo contaré.—Beso su frente para después acomodarse mejor en mis brazos.

Cierro la puerta de nuestra habitación, viendo como Álvaro sale del baño solo con una toalla alrededor de la cintura.

—¿Ya se ha dormido, Kael?

—Si. Ha caído rendido—Me acerco a él pasando mis brazos por su cintura—Es increíble como por muchas cosas que le haga, Malvavisco solo duerme si es con él.

—En el fondo sabe que Kael le quiere.—Sonrio dejando un pequeño beso en su pecho.

—¿Sabes? He estado pensando en lo de escribir el libro.

—¿Así?—Asiento sin despegar mis ojos de los suyos.

—Lo que me falta es el título. Aunque creo que tengo el título perfecto.

—¿Y cual es?—Dice colocando un mechon de pelo tras mi oreja.

Solamente tú.—Paso mis dedos por su torso—Porque siempre fuiste tú, Álvaro. Solo tú.

Álvaro sonríe para después besarme. Le sigo el beso que cada vez se va volviendo más intenso hasta que el sonido de mi móvil nos hace separarnos.

—No lo cojas...—Álvaro susurra en mis labios.

—Puede ser importante—Dejo un último beso en sus labios para después caminar hasta la mesita de noche.

Miro el teléfono que me llama pero no le conozco.

—¿Si?

—Silvia—Me sorprendo al oir su voz. Por fin...

—Susana...—Álvaro me mira al escuchar su nombre.

—Silvia... Necesito tu ayuda...

Solamente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora