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Silvia

Abro la puerta encontrandome al otro lado dos policías. El de la derecha, un hombre mayor, me mira de pies a cabeza como analizandome. Mientras que el de la izquierda, un hombre mucho más joven, me observa nervioso.

-Nos han avisado de que aqui, en este domicilio, se ha producido un asesinato.¿Es cierto?

Observo al hombre de mayor edad sin saber que decirle. Barajando la posibilidad de decirle que no, que se ha equivocado, que aquí no hay ningún cadáver, pero la imagen de mi niño viene a mi cabeza, haciendome ver que ya no hay vuelta atrás.

-Sí...

-¿Podemos pasar?-Me hago a un lado sin decir nada, dejando que los dos hombres entren al apartamento.

-Esta en el salón-Mi voz es un simple susurro.

Camino hasta alli seguida de los policías, cuando llego a la puerta del salón veo como Álvaro observa la calle a través de la puerta de la terraza. Al escucharnos se gira mirándonos, fijando su vista en mi.

Aparto mis ojos de él, cuando veo como los policías caminan hasta detrás del sofá, de donde sobresalen los dos pies.

-Él...-El hombre mayor observa el cadáver con sorpresa, como si supiera quien es.

-¿Le conoce?-La pregunta de Álvaro me pilla por sorpresa.

-Si. Dígamos que Alex era un conocido habitual de comisaría. Aunque hacia meses que no le veía.

-Esos meses estaba en Alemania, timando a la gente y obligandoles después a devolverle el dinero prestado con altos porcentajes de interes. Yo misma lo sufri y al ver que no podía pagar, me obligó a casarme con él.-Digo sin apartar mi vista del hombre.

-Vaya, eso es nuevo. Aquí más bien era conocido por vender cosas poco beneficiosas para el ser humano.-El hombre mira el cuerpo sin vida de Alex, para después volver su vista a nosotros.-Lo que me pregunto es que hacia aquí en Madrid y como es que ha acabado con dos tiros en el pecho.

-Queria matarme, a mi y a mi hijo. No me quedo más remedio.

-¿Me esta diciendo que su marido quería matarla?

-Si. En Alemania me golpeaba día tras día. Hasta que conseguí huir gracias a su hermana, quien por cierto esta en el hospital por su culpa.

-¿Y usted es?-El hombre mira a Álvaro esperando una respuesta.

-El padre de mi hijo-Respondo rápidamente haciendo que tanto Álvaro como el policia me miren con cara de sorpresa.

-Osea, huyo de Alemania porque su marido la maltrataba, vino a España y se va a vivir con el padre de su hijo...

-Ya le he dicho que Alex me obligo a casarme con él.

-¿Y le mato en defensa propia, no?

-Si.

-Se da cuenta de que su declaración hace aguas por todos lados.

-Lo sé, pero es la verdad.

-¿Y qué me dice a mi que no le mato para asi poder estar con su amante? Mire, puede que Alex fuera un hijo de puta, pero no le veo maltratando a una persona y mucho menos queriendo matar a alguien.

-Usted no le conoce. Yo llevo nueve meses con él, le he sufrido en mis propias carnes. ¡No me diga lo que es capaz o no de hacer porque no tiene ni puta idea!-Levanto cada vez más la voz, perdiendo los nervios.

-Señora, sera mejor que no me levante la voz. Chaval, esposala.-El chico joven camina hasta mi.

-¿Es necesario?

-Es una asesina, y lo de que lo hizo defensa personal aún esta por ver.

El chico pone las esposas alrededor de mis muñecas, empujandome suavemente hasta la puerta. Giro mi rostro observando a Álvaro antes de que desaparezca de mi vista.

Solamente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora