Solamente tú

35

Silvia

El llanto de mi niño hace que por fin respire. Cojo con cuidado el pequeño cuerpo, pegandolo a mi pecho. Apoyo la cabeza en la pared, y cierro los ojos llenando los pulmones de aire.

—Mi niño, Mi mendieta...—Le miro aún con la respiración agitada.—Mi bebe—Las lágrimas comienzas a caer por mis ojos. Las palabras de Alex vienen a mi cabeza Ahora no te haré nada, pero cuando este niño nazca, prepárate.

Giro la cabeza mirando el reloj de encima de la tele, viendo que ya no queda nada para que Alex regrese. Noto como las piernas comienzan a fallarme,dándome cuenta de que he perdido mucha sangre.

Poco después oigo la puerta abrirse, para después cerrarse.

—Álvaro...—Mi voz suena debil. Veo como Álvaro entra por la puerta.

—Joder—Se acerca a mi rápidamente.

—Álvaro... Mi amor, perdóname

—¿Silvia que dices?—Me mira para después mirar a mi bebe. Nuestro bebe.

—Sacame de aquí...Álvaro, por favor

—Silvia, soy Susana.

—Por favor... Perdóname por haberme ido de Madrid, por haberte abandonado...—Comienzo a llorar más fuerte.

—Silvia estas delirando.

—No debería de haberlo hecho, no me dejes aqui con Alex...

—Será mejor que llame a una ambulancia—Veo como saca el móvil del bolso.

—No. No me lleves al médico...—Niego con la cabeza—Llévame de vuelta a España, llevanos contigo.

Noto su mano en mi frente.

—Joder, estas ardiendo—Susana cuelga el teléfono—¿Donde coño esta Alex?

—No me dejes con él—Estiro la mano agarrandola del brazo, dándome cuenta de que no es Álvaro—Por favor.

—¿Porque dices eso, Silvia?—Susana me mira sin entender nada. Miro al niño que duerme tranquilamente en mis brazos.

—No quiero que nuestra vida sea un infierno, ayudame a salir de aquí.—Cierro los ojos para después mirarla—Hazlo por él.

—Silvia, lo que voy a hacer es llevarte al hospital. Has perdido mucha sangre y este pequeño necesita una revisión—Susana coge a Kael.
—Susana...

—La ambulancia ya esta de camino. No te va pasar nada.

—Prometeme que... Que lo llevaras a Madrid con su padre... No le dejes con Alex—Mi voz es cada vez más baja y lenta.

—No me gusta nada lo que mi hermano te ha hecho.

—Tu le ayudaste...

—Pero no para esto. Dejarte sola sabiendo que en cualquier momento podías ponerte de parto—Susana mece suavemente a Kael cuando se mueve un poco.

—Es tan bonito—Mis ojos se quedan fijos en mi hijo, viendo como duerme.—Claro, que teniendo el padre que tiene no me extraña.

—Nunca me has contado como es su padre—Susana me mira. Se que lo hace para que no me duerma.

—Es... Es la mejor persona que he conocido nunca, pero le deje ir por tonta.—Cojo aire llenando mis pulmones—Es guapísimo y... Sé que Kael sera igual que él.

—Seguro

—¿Sabes? A veces puede tener un carácter de mierda y soltarte cualquier borderia, pero en realidad no es así. Es un tipo de corazonada para que nadie le haga daño... Conmigo la quito y... Yo le falle—Las lágrimas no dejna de caer por mis mejillas—Me duele mucho la cabeza...

Oigo como suena el timbre, haciendo que Susana se levante de mi lado. A los pocos segundos hay varios medicos en el salón.

Miro a Kael en brazos de un médico para después cerrar los ojos, sabiendo que está bien.