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Álvaro

Me quedo mirando fijamente la puerta sin poder moverme de mi sitio. ¿De verdad Silvia ha sido capaz de decirme algo así? ¿Para esto he venido hasta aqui?

Paso mis manos por mi cara, dandome cuenta de que tengo las mejillas empapadas.

Como he podido ser tan iluso. Silvia nunca me ha querido de verdad, solamente me queria para meterme en su cama cuando estaba sola, cuando necesitaba a alguien a su lado... Y yo como un gilipollas llevo toda mi vida enamorado de ella. Pero eso se va a acabar.

Camino decidido hasta llegar al ascensor. Cuando las puertas se abren, entro pulsando en piso número 6. Tres pisos más abajo de el de Silvia. Salgo y camino hasta la puerta, abriendola con la tarjeta.

Cojo la maleta del suelo y tras dejarla encima de la cama, la abro sacando el ordenador de dentro. Me siento en la mesa con él, me meto en la misma página donde compre el billete de avión y tras varios minutos compro otro billete para mañana mismo.

Cierro el ordenador dejandolo encima de la mesa. Bajo la maleta de la cama y me tumbo en ella, cerrando los ojos.

El sonido del despertador hace que abra lentamente los ojos dandome cuenta de que aún es de noche. Me giro en la cama para apagarlo, pero me doy cuenta de que no es el despertador lo que me ha despertado. Un golpe en la puerta hace que me fije en ella, para después levantarme.

Camino hasta ella, abriéndola al llegar. ¿Tiene que ser una broma verdad? No puede estar aqui. No puede venir después de lo que ha pasado como si nada.

-¿Qué quieres?-Me quedo mirandola pero antes de que hable la paro-Espera no me lo digas. ¿Acaso te has cansado de estar sola y quieres que te haga compañia? Ya me entiendes.

-Álvaro, yo... Hay algo que quiero decirte, es muy importante.-Silvia va a seguir hablando pero la detengo.

-Ya me lo has dicho antes Silvia. No me quieres cerca, no me quieres contigo, quieres que te olvide. Pues eso es lo que voy a hacer. Olvidarme de ti, hacer como si no existieras... Para mi estas muerta Silvia.

Silvia niega con la cabeza, mientras sus ojos se humedecen.

-Escúchame, por favor... No es eso. Lo siento Álvaro, no se que me ha pasado antes, no se porque te he dicho todo eso, pero... Yo...

-¿Tu que Silvia? ¿Tu que? Nada de lo que me puedas decir va hacer que te perdone, que cambie mis palabras. Nada va a hacer que se me olvide lo que me has dicho, y el daño que me has provocado con tus palabras. Ahora vete-La cara de Silvia lo dice todo.

-Álvaro de verdad, yo... Estoy...

-Vete y dejame en paz-Cierro la puerta dejandola con la palabra en la boca como ella ha hecho conmigo hace unas horas.

Camino por la habitación sin saber que hacer, notando como la ira corre por todo mi cuerpo.

-¡Joder!-Grito dandole un puñetazo a la mesa de cristal, rompiéndola en trozos.

Ignoro el escozor de mis nudillos, metiendome de nuevo en la cama, viendo como solo me quedan 5 horas para levantarme y largarme de este puto pais.

Volveré a Madrid y dejare de preocuparme por Silvia y por si esta bien. A partir de ahora Silvia para mi esta muerta y enterrada, como Victoria.

Solamente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora