Primero una noche, después una eternidad ೃ YOONMIN

02

dos meses después.

-¡Yoongi hyung!

Apretó los ojos mientras enterraba más profundamente la cara en la almohada.

-¡Yoongi hyung!

Tomó el borde del enorme edredón al  subirlo hasta cubrir el cuerpo por completo y se hizo un ovillo de mentiras.

-¡Yoongi hyung!

Bien.

Suspiró mientras lanzaba todo lejos y se puso de pie. Comenzó a gruñir sinsentidos a la par que se calzaba sus pantuflas y bajaba la camiseta que, hasta hace unos minutos, dejaba a la vista todo su pecho.

-¿Cómo haces para subir hasta arriba? -murmuró Yoongi, mientras estiraba la prenda blanca-. Ni que te subiera yo solo...

-¡Yoongi hyung!

En ese momento el aludido se preguntó porque tuvo que haber aceptado hace años la propuesta de su mejor amigo por irse a vivir amigos juntos a un departamento siendo que era taaaaan molesto. Al menos lo era para el gusto del mayor, quien era el principal afectado de los ruidos molestos de Hoseok.

Apresuró su caminata por el pasillo que conectaba a la pequeña sala cuando su dongsaeng volvió a gritar más fuerte, esta vez agregando que era realmente urgente.

Lo vio parado frente a la puerta, con el ceño fruncido y las manos en jarra, mientras veía hacia la calle.

Yoongi se acercó por detrás y entonces Hoseok volvió a gritar....

-¡Olgazan Min!

... justo en su oído.

-¡Yah! Estoy aquí idiota -exclamó molesto empujando el rostro del menor mientras él se reía con fuerzas-. ¿Por qué me molestas un sábado a las...? -se fijó en el reloj de la pared y apretó la mandíbula-... ¡¿ocho de la mañana?! ¡¿Eres tonto o qué Hoseok?!

-Pero no soy yo quien te molesta -respondió el menor, y tan rápido como lo hizo fue que abrió los ojos-. ¡O sea no! ¡Nadie te molestará! Pero... bueno, quizá tú lo tomes como una molestia.

-¿Qué cosa? -preguntó girando sobre sus talones para ir a la cocina, pero...

-Min Yoongi.

De nuevo esa voz.

Yoongi carraspeó nerviosos cuando la mirada frente a él volvió a disiparse hacia los cuadros de su sala de estar.

El muchacho dio un respingo sentándose completamente recto sobre el sofá, apretándose las manos entre sí con nerviosismo y temor, aguantando su temblorosa mirada sobre él.

Hoseok salió de la cocina con tres latas de coca-cola, dejándolas sobre la mesa ratona y sentándose en el piso. Frente a las latas, abriéndolas y extendiéndole la primera al chico tímido.

-Gracias - apenas murmuró.

Hoseok sonrió mientras le pasaba la otra a Yoongi, y después, plácidamente se acomodó sobre el piso mirando a ambos muchachos con diversión y dio el primer sorbo.

-Bien... -Yoongi aún estaba cohibido de la presencia del otro, justo en su departamento-. ¿Entonces tú estás aquí por...?

-¡A-ah! Sí, lo siento. Es que... -se pasó una mano por la cara antes de soltar un suspiro pesado-... no se cómo decirlo.

-Solo escupelo.

-Bueno yo... -dio un brinco con desesperación-. ¡¿Me presta su baño?!

-Ah... -Hoseok borró la sonrisa de golpe, y miró de reojo a un molesto Yoongi-. Al fondo, es la única puerta.