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Yoongi parpadeó, sintiendo como los ojos de el resto se posaron sobre él; había retrocedido nervioso, golpeándose con un mueble.

-Oh, yo… iré a bajo -murmuró, sacudiendo la cabeza.

Antes de poder poner un pie fuera de la habitación, la voz de Woong lo interrumpió.

-Nosotros nos vamos -aseguró, haciéndole una seña a su hijo para que se despidiera; Dae asintió, dando un brinco hasta dejar un beso en la mejilla de Jimin y después corrió a tomar su mano-. Dae quería venir antes de irse con su mamá. Así que… tengo que llevarlo con ella.

-¿Nos vemos el próximo sábado, Dae? -preguntó Jimin, recargándose en la cabecera. Vio a Dae asentir, y un segundo después, él lo imitó-. Bien, cuidate mucho.

Woong y Dae caminaron a la puerta, ambos sosteniéndose de la mano, sonriendo hacia Jimin un momento para después mirar a Yoongi.

-Nos vemos después.

-¡Adiós Sunbae! -exclamó.

-No me gusta ese honorífico -torció sus labios cuando el niño sonrió más grande-. Hyung está bien, Dae.

-¡Adiós Hyung!

Al momento de que iban bajando las escaleras, Yoongi alcanzó a escuchar como Dae murmuraba a su padre:

-Es como un Osito frío y adorable.

Se quedó de pie mirando hacia las escaleras, antes de sentir unos dedos envolver su brazo con lentitud; Jimin lo miraba triste, y aunque quisiera, no era algo que él pudiera cambiar.

Jimin había cambiado su mirada de un momento a otro, al parecer recién darse cuenta de la situación en la que ambos estaban. Esa situación que aun no tenia remedio para él, porque no se había puesto a pensar en que hacer para solucionarla. Hacerla cambiar… mejorarla.

Pero, de haberse puesto a pensar, ¿qué hubiera hecho él?

Era porque Yoongi estaba enamorado, y Jimin parecía andromeda. Lejano, lleno de estrellas en la piel. Pero justo estaba ahí, a su lado. Sosteniendo su manga con una mueca, y un centelleo en sus pupilas.

-¿Tienes más hambre? -inquirió; Jimin negó y él soltó una risa cuando lo vio bajar la mirada-. Oh. Entonces, ¿tienes hambre, bebé?

Jimin toco su estomago, frotando con sus dedos. Su panza, con casi seis meses era adorable en él. A veces, en la noche, alzaba su camiseta hasta dejar descubierta su piel, y solo se quedaba mirándola. Sus ojos brillando como el baile de la noche, mientras arrullaba con una canción de cuna. Y Yoongi fingía dormir, pero solo se quedaba escuchándolo, con los ojos cerrados. Y un pensamiento lejano, Selene y Endimión eran ellos dos. Pero era diferente, tan diferente que su idea solo era ridícula después.

-El bebé tiene hambre -asintió, dando pasos fuera de la habitación.

Bajaron después las escaleras, mientras Taehyung con un su almuerzo sin acabar, levantó la mirada una vez entraron en la cocina.

-Hola Tae.

-¡Jimin! ¡Adivina qué!

Jimin miró a su amigo, sonriendo un momento por el entusiasmo de su rostro. Apoyó sus manos sobre la mesa, subiendo las cejas.

-¿Qué?

-¡Mañana Hobi y yo iremos a ver a nuestro bebé! -casi gritó, con un montón de felicidad en su voz. Bajo sus manos hacia su vientre, presionando gentilmente con una sonrisa de enamorado-. Una lentejita, ¿verdad?

-Lenteja Jung -asintió Jimin, sacudiendo el cabello del castaño-. ¿Han pensado en nombres?

-Hobi no quiere saber el sexo del bebé, y por eso según él tampoco debemos de buscar nombres. ¿no es ridículo?

Primero una noche, después una eternidad ೃ  YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora