12

12.3K 1.7K 1.1K
                                    

Yoongi había tenido la increíble y molesta idea de ir a visitar a sus padres durante la tarde en otoño; lo que era absurdo para Jimin. ¡Hacía mucho frío! Y lo único que él quería era irse y acostar a el catre que había sido antes de Yoongi, que tenía unas sábanas que parecían de seda, todo en grisáceos para dormir. Dormir mil horas y entrar en hibernación... después.

-Quita esa cara de ogro gruñón -murmuró Yoongi a la vez que estiraba la mano para prender la calefacción.

Jimin casi tiene las ganas de arrancarle la cabeza porque apenas, después de unos 15 minutos de viaje, y se le ocurría la tremenda e increíble idea de prenderla.

-No tengo cara de ogro gruñón.

-¿Entonces de qué?

Jimin se mordisqueó el labio inferior, dudoso.

-Ogro Yoongi.

-¿No tendría que ser Yoongi gruñón?

-Es que sería un insulto para el ogro...

-Idiota -murmuró serio. Pero Jimin se ríe, y el no puede evitarlo.

Una de las cosas que creía cada vez con más envare era de que Jimin tenía una de las risas las tiernas y contagiosas que había escuchado. Y, es decir, pocas tenían ambos factores.

Por ejemplo, para Yoongi la risa de Hoseok era contagiosa, pero se alejaba por mucho de tierna, era como más llena de vida y ruidosa. Taehyung tenía una risa tierna, porque tenía la costumbre de apretar los ojos cuando lo hacía. Seokjin tenía una risita antiestética y contagiosa, pero para Yoongi se volvía irritable después de mucho tiempo porque era así como muy rara. Namjoon tenía una risa más adorable a su gusto, porque era solo... así.

Y la de él era una risa silenciosa y macabra, según los demás.

Luego de como un viaje con un Jimin cantando unos 20 minutos a gritos cualquier canción que salía en la radio, 10 donde Yoongi se quejaba del embotellamiento que había en el centro de Busan, unos 15 donde también se quejaba de que Jimin estaba durmiendo y unos 20 insultando hasta a la mosca que pasas frente a él porque Jimin, finalmente, se había quedado dormido; llegaron a la enorme y preciosa residencia de los Min.

-¡¿Por qué no me dijiste que tus padres eran asquerosamente ricos?! -exclamó abriendo los ojos como platos. Tragó con dificultad y es que apenas se despertaba y ya tenía algo tan impresionante como eso.

Yoongi se encogió de hombros y rodeó el auto, acercándose hasta la cajuela. La abrió y se quitó el abrigo que le llegaba hasta debajo de las rodillas.

Entonces a Jimin casi se le cae la mandíbula al piso.

-¡¿Qué tienes puesto?!

-¿Un traje? -inquirió con hastío. Se pasó la mano por la cara y cuando se fijó en su traje una vez más, tuvo las ganas de irse de ahí y no ver a los estrictos y crispados padres que tenía-. Vamos.

-¡No! -retrocedió, tratando de cubrirse el estampado ridículo de la sudadera de Yoongi-. ¿¡Por que me dijiste eso de Kumamon idiota¡?

-Vamos -repitió. Pero Jimin volvió a negarse-. Jimin...

-¡Es que mírate y mirame! El traje dice que tus padres son ridículamente estrictos contigo, tú no eres de los que se impresionan por el aspecto ni buscan impresionar a nadie con el suyo. ¿Y el traje qué? ¡Tus padres me odiaran! Mira, su hijo todo un trabajador y universitario, que viene a visitarlos con un traje y con su, supuesto, novio; que se quedó sin terminar la universidad y trabajaba como barman pero ahora está apenas y tratando de conseguir en una librería, y que además se embarazo del chico perfecto que solo lo miró bonito. ¿¡Qué van a pensar ellos de mí!? ¡Soy un asco a comparación tuya! ¡¡Ni siquiera tengo familia!! Y vienes y me traes contigo con este ridículo suéter de kumamon y planeas que finja estar súper enamorado de ti cuando apenas y te conozco. ¿¡Qué pienso de mí mismo al decirlo!? ¡Soy un asco!

Primero una noche, después una eternidad ೃ  YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora