53

5.9K 906 200
                                    

Sus pequeñas piernas no eran tan delgadas como para hacerle creer que, si no cuidaba a su hermano menor, en algún momento se romperían. Sus brazos eran fuertes y largos, listos para envolver su cuerpo, con ese pecho ancho y fuerte en el que Jimin podía estar aferrado. Y de pronto, al verlo, se dio cuenta de que los papeles se invirtieron. Cuando eran más pequeños, Jimin era más grande y alto, y su hermano tan pequeño que lo tenía siempre en la protección bajo su brazo pero... en ese momento, teniéndolo frente a él, se daba cuenta de que el otro había crecido tanto, más que él mismo. Y, Dios, le gustaría ser su turno de ser cuidado.

Pero no importaba en ese momento quién protegería más a quien. Quería que fuera algo mutuo, y que fuera para siempre. Porque ahora que estaba frente a él, con la frente sudorosa y las mejillas húmedas, jadeante y con la chaqueta colgando únicamente por uno de sus hombros: no lo iba a dejar ir jamás. Ya no.

-Jihyun... -susurró, y como pudo se puso de pie. Mierda, lo sabía, sabía que aún teniéndolo frente a él no iba a saber que era su hermano. Porque su rostro había cambiado, madurado. Cada una de sus tiernas facciones ahora solo lo hacían ver increíblemente guapo, y era su hermano, después de tanto tiempo.

-H-hyung... No sabía que... -sacudió la cabeza, mientras las lágrimas se desprendían de sus mejillas y caían al piso- hyung.

-Jihyun -sollozó, corriendo hasta tenerlo entre sus brazos, estrechándolo con tanta fuerza que sentía el latir del corazón contrario golpear su pecho-. Bebé.

-Jimin, eres tú.

-Aquí estoy -besó cada una de sus mejillas, poniéndose después de puntas para alcanzar su frente-. Y ya nada nos va a separar.

-Hyung -sorprendentemente Jihyun no parecía reaccionar con calidad. Lo veía atónito, con la boca abierta. Jimin entendió que su hermano no había llorado así en su vida-. Dios, hyung, no sabía que tú eras-

-Así que mi hermano es realmente quien se esta robando el cariño de Dae -se río-. Muy lindo JiJi.

-¡Hyung! -exclamó, volviendo a abrazarlo. Su cuerpo enterito tembló cuando lo escuchó-. Te sigues riendo como un ángel.

-Pequeño...

-Jimin, ya eres tú el pequeño.

-No me hagas golpearte Hyunnie.

-No, no... siempre has sido más fuerte que yo -murmuró, acariciando el cuello de Jimin con la punta de su nariz-. Solo abrazame.

-¿Sabes? -acaricio su cabello, desde la raíz, meciéndose lentamente entre sus brazos. El menor asintió, sin moverse-. Lo haré ya toda la vida.

-Toda.













Cuando Jimin y Jihyun llegaron juntos a la casa de Woong, éste leía unas hojas de su trabajo, al principio preguntó en donde se habían encontrado, pero ladeó el rostro cuando los dos se miraron cómplices, como si acabaran de hacer una travesura.

-Por qué... ¿por qué parece que estuvieron llorando?

-Señor Shin Woong -Jihyun hablaba con una sonrisa divertida, enorme-. ¿Cuánto cree en las posibilidades?

-Uh... ¿Qué?

-¿Crees que las coincidencias existen?

Woong miró a ambos frunciendo el ceño.

-¿Qué? Pues un... no sé, sí. Supongo.

-¿Recuerdas que una vez te platique sobre mi infancia? -inquirió Jihyun, sentándose al lado de él.

Y le estaban dando tantas largas que solo conseguían confundirlo más.

-Sí, que fuiste a parar al orfanato con tu hermano, pero los señores Wang te adoptaron en poco tiempo y no has vuelto a ver a tu hermano desde entonces. No entiendo porque se hacen los misteriosos.

Jimin se rió, sentándose frente a ellos. Era imposible dejar de sonreír en esos momentos.

-También estuve en un orfanato, hyung.

-Wow, ¿en serio?

Jimin asintió, nunca le había dicho esa parte de su vida... Él jamás había preguntado, siendo sincero. Aun cuando, siendo franco, Jimin tuvo que haber ido a casa de ellos en vez de acabar frente a su puerta hace semanas.

-Mi apellido real es Park. Park Jihyun.

-Oh, pero entonces cuando te adoptaron cambiaste a Wang Jihyun y... -se interrumpió, boquiabierto. Miro a ambos, lentamente y de pronto parecía estar espectador en un juego de pin pon-. Y... mierda, ¿es en serio?

-Muy en serio.

-¡Pero si por eso se me hacían tan parecidos! -gritó, literalmente mientras se ponía de pie-. ¡No jodan! ¿¡De veras!?

-Que si hyung.

-¡No jodan!

-¡Hyung!

-¡¡No jodan!! ¡Son hermanos!

-Somos hermanos, hyung.

Woong se tomo el cabello entre los dedos, exasperado. Soltó todo el aire, y su postura se encorvó. Y mientras seguía procesando, camino a las habitaciones, repitiendo una y otra vez lo mismo:

-¡No jodan!

Jihyun y Jimin se miraron riéndose mucho. Sus ojos, de los dos, parecían de luna cada vez que lo hacían. El mayor se puso de pie, sentándose a su lado y abrazándolo con más fuerza que antes.

-Te amo mucho.

-Yo más -susurró. Y, como si acabara de notarlo, tocó con la punta de sus dedos el vientre de Jimin-. Tenemos que hablar sobre esto, hyung.

-Eh... -se sonrojó en una sobremanera, mientras sentía latir su corazón con mayor fuerza-. No.

-Oh, claro que sí.

-Jihyun por favor...

-Quiero conocer todo sobre tu vida hyung, hay que empezar por esto. Y considerando que te vi llorar la vez que llegaste aquí, y te has quedado aquí éste tiempo es mejor que no me digas su nombre. Pero quiero saber el reato.

-Oh cielo, si te dijera querrías golpearlo de igual manera.

Se dio cuenta de lo que había dicho, lamentablemente, muy tarde, y para cuando trato de negarlo Jihyun ya se había parado de golpe, con el rostro de pronto enrojecido.

-Jihyun...

-Bien, ahora si quiero saber su nombre.

-No te lo diré.

-¡Jimin!

-Sé que quieres golpearlo, pero no te dejaré.

-¡Jimin!

-Que no, no lo merece.

-¿Pero qué mierda dices?

-¡Esa boca! -exclamó. Bien, era la primera vez que lo veía después de tantos años, oírlo decir alguna mala palabra era sorprendente-. Y te he dicho que no.

-¿Y por qué no lo ha de merecer? ¡Ni siquiera estás con él!

-Ji-

-¡No me Jihyunees! Dime que... que pasó.

Jimin suspiro, y de pronto se dio cuenta de que si... estaba cansado de llorar sin parar.

Primero una noche, después una eternidad ೃ  YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora