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Un año después

Daegu, Corea del Sur.





Jimin.

-¿Hyung?

Me pegue las manos al pecho, sintiendo como de verdad el corazón me latía con una fuerza impresionante. Suspire y abrí la puerta, donde Taehyung estaba resplandeciente con un traje gris ahumado, una camiseta blanca acompañada de una corbata azul marino. Todo él se veía implacable, desde su cabello ahora rubio hasta sus zapatos de charol brillantes.

-H-hola –logre balbucear, pero no pude ocultar el nudo que tenía clavado en la garganta. Un nudo de nervios que desde la mañana estaba ahí, buscando una liberación que no entendía-. Creó que...

-Estás precioso Chimin –dijo, alargando su mano para acunar mi mejilla. Cerré los ojos, suspirando con fuerza e inclinando la cabeza hacia sus largos dedos, que se detuvieron cuando mis hombros comenzaron a elevarse con rapidez-. Hyung, se te ve nervioso. Solo respira, muy profundamente y quita esas lágrimas que pueden caer de tus ojos, ¿sí?

Asentí, dándole una de esas sonrisas que él siempre dijo eran preciosas. Me tomo de las manos, sacudiéndolas antes de sonreírme, de esas que yo decía también eran preciosas. Cerró la puerta detrás de mí, mientras que tomándome de la mano, fuimos caminando por el pasillo. Nuestros pasos a penas y eran escuchados, la alfombra amortiguaba cada pisada y mis nervios eran lo único que se podía escuchar entre nosotros. Respiraba repetidas veces, abasteciéndome insuperablemente del aire fresco que nos rodeo una vez dimos con la recepción del hotel donde nos hospedábamos.

Taehyung me repetía en voz baja que estaba siendo paranoico, y tal vez lo estaba siendo pero no le tome importancia. Me detuve a mitad de la enorme sala, mirándolo de reojo. Él estaba sonriendo, mofándose de mi nerviosismo y un poco más lejos de nosotros, se dejo oír la risa nada discreta de Jin, quien se acercó a nosotros a paso rápido. A ambos casi se nos descoloca la mandíbula cuando lo vimos, él siempre había sido símbolo de belleza, pero en ese traje salmón y con cada parte de su rostro tan natural lucía simplemente despampanante.

Y al vernos bien, se quedo exactamente igual que nosotros.

-¡¿Dónde están esos niños que se visitaron se súper héroes el Halloween pasado?! –exclamó, haciéndonos recordar el hecho de hace algunos meses, un poco vergonzoso al tiempo-. ¡Parecen chicos sacados de una revista de moda! ¡¡AHHH!! Taehyungie, Jiminie, se ven hermosos.

-¡También tú hyung! –exclamó mi amigo, sosteniendo mi mano con fuerza.

Durante los minutos que pasaron, Jin hyung se había dado cuenta de que estaba nervioso. Y con su voz, suave y afectuosa, me dijeron que estaba todo bien.

A ese entonces ya eran dos personas que me lo decían, pero por alguna razón no funcionaba. Era un cosquilleo en todo el cuerpo, como gritándome algo. Quería creer que era, "Maldición, ¡estás haciéndolo bien!" porqué, definitivamente, sentía que lo estaba haciendo bien. Mejor que nunca. Aun cuando mis manos temblaran al mismo tiempo que mi mandíbula.

-Myeong y Sunhee están con Jungkook –nos aviso Jin, riéndose cuando ambos fruncimos el ceño-. Oigan, no es culpa del niño que terminara él siendo el tío favorito de sus hijas.

Sí, aunque lo intentamos, fue Jungkook quien sostuvo ese título por el cual tanto quisimos Taehyung y yo. Solo aparecía con su sonrisa y esos dientes raros y nuestras bebés nos olvidaban por completo para prestar toda la atención del mundo a su tío Kookie.

-¿Estás listo Jimin? –preguntó Jihyun, minutos después encontrándose a mi lado. Taehyung y Jin hyung se habían ido cuando el apareció, diciendo que esperaban no me dejara caer a mitad del camino.

Primero una noche, después una eternidad ೃ  YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora