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La señora Min era una mujer algo bajita, un rostro cuidado aun a pesar de las pequeñas arrugas que tenía al contorno de sus ojos dulces. Le sonreía a Jimin ligeramente, con las palmas de las manos apoyadas en la sus piernas cruzadas y el cabello cayéndole en rizos sobre sus hombros. Desprendía un olor que a Jimin le recordaba a las tiendas de perfumes, porque era desconocido y, a la vez, cuando se acercaba a ella, de pronto se volvía tan familiar.

Jimin viéndola se sentía seguro.

Pero...

El señor Min era completamente distinto. Un rostro más duro y una expresión fría. Apenas y había hablado, y el menor sentía un sudor frío bajarle por la espalda al verlo de reojo y comprobar que en ningún momento dejó de verlo. Era mucho más alto que ellos (había algo que a Jimin le dio risa, y es que a excepción del hombre, los demás eran muy bajitos. Tanto como él). Incluso más que Jungkook. Cuando, minutos antes, estuvo parado frente a él se dio cuenta de que medía por lo menos un palmo más sobre su cabeza.

Y, aunque ya lo había oído hablar de forma risueña con Jungkook cuando estaba en la cocina, el tenerlo tan callado le daba mucho miedo. Y vergüenza.

-Y Jimin, ¿cuántos años tienes?

-Y-yo... 22 años -murmuró, bajando la mirada a sus manos.

Y la mirada del señor Min se endureció.

-¡Suga le gana con tres años a su novio! -exclamó Hyerim sentada sobre la afelpada alfombra hueso, tocándose las puntas de los pies.

-Yoongi -la madre del aludido lo miró de hito en hito.

-¡Eso no es casi nada! -exclamó, alzando los brazos en un gesto inofensivo-. Hobi le gana con dos años a Tae y...

-Pero ellos no son novios -se apresuró a decir JungKook, sentado a un lado de Hyerim, eran los únicos hermanos en la sala. Y miró a Yoongi, desesperadamente y el mayor se mordió los labios-. ¿Cierto, no?

-Bueno... Ellos vendrían para la cena y su noviazgo iba a ser la primicia en la que debían de concentrarse, nada más.

Jungkook bajó la mirada, jugando con sus dedos.

-¿Así que TaeTae hyung es novio de Hobi?

-Lo siento Jungkook -le murmuró Jimin, tratando de que solo el otro lo escuchara.

El castaño levantó la mirada y negó con la mirada. Una sonrisa pequeña se deslizó por sus labios.

-Está bien. Sabía que ellos se querían desde que... me gusto Tae. Está bien. Mi hermano de verdad lo quiere. Pero, espera. ¿¡Dijiste que vendrían en la noche!? -se miró las prendas que tenía desde la mañana, cuando había recibido a Yoongi y a Jimin-. ¡¡Necesitó cambiarme!!

-¿Ahora si me haces caso, mocoso? -preguntó la mujer, mirando a su hijo con una expresión divertida mientras que el se ponía de pie y miraba a todos lados, angustiado-. Ve a ponerte el traje y conquistar el corazón de Tae... aunque acostumbrate a la idea de que sea muy, de verdad muy, poco probable, ¿sí galletota?

A Jimin se le escapó una risa sincera al ver que tan directa y poco sensible era para decirlo, pero en cambio Jungkook también se rió. Echándose a correr escaleras arriba.

Pero fue solo algo que empeoró la situación. Hyerim se había quedado, de pronto, muy callada, jugando con sus zapatillas rosadas, y la señora Min se había quedado mirando a ambos con dulzura, lo cual, después de todo, era lo mejor ahí. Pero... Su padre, mierda, le volvió a revolver el estómago.

-¿Y en qué estudias Jimin?

-Oh... -se le secó la garganta, y sintió como alguien tomaba su mano. Miró rápidamente a Yoongi, quien le sonrió con demasiado nerviosismo-... estudio en la universidad, estaba por salir del segundo semestre pero... -sacudió la cabeza, mordiéndose los labios-. O sea, voy a taller de baile y además clases de idiomas. Planeo, trabajar en algo sobre idiomas; me gustaría estar en empresas internacionales aquí en Corea y ser de ayuda, pero también me gustaría tener mi propio estudio de baile e impartir clases.

Yoongi hizo nota mental de todo eso, tratando de ocultar la impresión en su rostro por describir todos esos planes que, seguramente, Jimin tenía planeado en un pasado pero ahora estaban borrados completamente en sus planes de vida.

Además, estaba seguro de que haría de todo por conseguir que Jimin siguiera alguno de esos pasos. De forma sencilla.

Junto a Hoseok podrían tener un gran tiempo juntos en su pasión por el baile.

Y sin dudas, aprender de Namjoon el inglés era una gran sonrisa en el pomposo rostro de Jimin. Recordaba también que Jin, hasta hace algunos meses, había conseguido un sobresaliente en sus clases de francés. Nadie se hubiera imaginado al muchacho hablando dulcemente con francés, pero eso solo lo hacia ver mas masculino y hasta, quizá un poco demasiado, sexy.

-Eso es muy impresionante, ¿no crees cielo? -le dirigió la palabra a su esposo, posando la mano sobre la suya, sonriendo con insistencia-. Mira, el chico es...

-¿Qué hay de tu familia? -interrumpió, hablando por primera vez a Jimin.

El pequeño ahora entendía a qué iba esa disculpa que le había dicho Yoongi antes de reunirse con ellos en la sala. A su padre, por supuesto, le importaba la situación de la familia. Y no hablaba precisamente de lo económico, porque francamente la familia Min no ponía lo material ante la honra. Eso. Le importaba que tan estable se encontraba, las relaciones que tenían y como era personalmente de modos. Su cortesía, educación y, sobre todo, el apego y protección que se brinda entre familia.

-Appa -murmuró Yoongi, sin saber si debía de decirlo o no.

-Señor Min -suspiró, levantando el mentón, con aplomo-. Usted puede entender la dificultad de estos asuntos perfectamente, siendo que su casa, con mucho respeto, esta llena de personas que se encontraron en las mismas situaciones que yo.

La ironía de que ambos fueran huérfanos le hizo sentir, extrañamente, una calidez reconfortante en su estómago. Magnífico.

-¿Y... tenías hermanos? -preguntó, con esa inseguridad que sorprendió a Yoongi y a su esposa.

-He perdido el contacto con mi hermano menor.

-Oye Jimin -Yoongi le susurró, acercándose para pasarle el brazo por los hombros-, está bien. ¿Recuerdas que te dije? Respira, las lágrimas se secan en el frío del viento. Respi...

-Hombre -lo cortó, involuntariamente por los efectos cambiantes de sus emociones- no he visto a mí hermano, mi única familia, hace siete años. ¿Cómo debo de sentirme? No me...

-Jimin.

-Perdón. Me callo.

-Estás como muy raro, cariño -dijo la madre de Yoongi hacia Jimin, escrutando con la mirada en su dirección-. ¿Tienes algo?

-N-no yo... -y sin poder evitarlo, llevó la mano a su vientre. Aplastando el saco de Namjoon y paseando sus dedos por la figura un poco las sobresaliente de su abdomen.

Pero la apartó al segundo que las miradas de los mayores se dirigieron hacia su mano, y después sintió toda su sangre helarse cuando el padre dejó de mirarlo como avergonzado de su propia actitud, para mirar a Yoongi con severidad y seriedad.

-¿Hijo?

-Appa...

-¿Hay algo que tengas que decir?

Jimin desvió la mirada a la pequeña Hyerim, que estaba completamente indiferente a la, de pronto, tensa situación. Tratando de cerrar los oídos para ignorar la pequeña platica que ahora solo involucraba a el padre de Yoongi y a éste.

-En seis meses... No... es decir... Jimin en seis meses... ¡No! Nada.

-¿En seis meses, qué?

-¿Habrán pasado seis meses? Uh, ¡será abril! si, eso, en seis meses es abril.

-Yoongi, ¿Qué pasará en seis meses?

Y entonces comentó el error de mirar a los ojos a su padre, congelándose por su mirada y sintiendo lentamente un temblor invadir cada centímetro de su cuerpo. La misma sensación que sintió al besar a Jimin, pero en un aspecto más turbio y nervioso en él.

-En 6 meses nosotros... -miro a Jimin, quien ahora lo miraba asustado, y los nervios subieron de golpe por todo él, pensando en su pequeño niño adorable y, también, en esa pequeña vida que tenía ahí dentro. En que se había vuelto Jimin para él en su vida y... lo que quería que fuera después. Entonces, perdió la conciencia de lo que decía-. ¡En 6 meses Jimin y yo nos casaremos!







Primero una noche, después una eternidad ೃ  YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora