-¿No pudiste encontrar nada? –preguntó con interés Yoongi, acercándose al moreno y apartándolo del resto un poco.
Namjoon suspiro, antes de negar con la cabeza.
-No pueden darle a cualquier persona datos sobre niños que estuvieron hace años ahí –murmuró, viendo de lejos a Jimin. Volvió a enfocar, segundos después, su atención en Yoongi, tratando de sonreír-. Lo siento hyung, de verdad lo intente pero ellos...
-Bha, está bien Joonie –aseguro, sonriéndole a su amigo, quien suspiro aliviado-. De todas maneras gracias por ir, la otra vez hace dos semanas no fue... como planeábamos.
Namjoon se rio enternecido por el dulce recuerdo. Lo cierto es que una vez haber atravesado las puertas del orfanato, lo primero que habían hecho había sido ir a ver a los niños jugar en el patio, sorprendiéndose como eran tan felices y lo demostraban. Yoongi, cuando murieron sus padres, no pudo ser feliz, pero entonces conoció a un chico, una chispa de felicidad que se volvió su hermano, y quien no ha dejado de sonreír aun cuando tenga ansias por llorar. Hoseok era así.
Pero, bueno, ellos no creyeron que unos minutos de estar dentro, ya se encontraban siendo arrastrados por los pequeños invitándolos a jugar. Sí... tres horas en el orfanato solo jugando con ellos. Había sido divertido, pero para cuando les dijeron que las visitas se terminaron, ellos no habían investigado absolutamente nada.
Y después aunque quisieran, no podían ir, porque tanto Jimin como Taehyung estaban muriendo de ansias. Corriendo de un lado a otro, empacando las cosas con anticipación porque, de verdad, ya tenían muchas ganas de irse a su nueva casa.
La semana anterior, habían ido él y Hoseok a hablar con los padres de Taehyung, porque el menor tenía miedo de decirles que se iría a vivir con Hoseok. Aunque bueno, lo único que paso fue que Hoseok recibió un apretón de manos del señor Kim diciéndole que estaba orgulloso de eso, y antes de salir, la madre de Taehyung ya tenía la mayoría de las cosas de su hijo en una maleta. Estaba un tanto feliz de que ya no habría tanto desorden en piernas como lo era Tae. Así que la siguiente semana, Taehyung estuvo todos los días, todo el día con ellos. Y... era como un niño, Dios, no se dejaba de mover como bacteria feliz.
Y luego estaba ese día, con un clima perfecto de octubre para comenzar a mover las cosas a su nuevo hogar.
-¡Chicos! –Jin, que estaba junto a Taehyung, grito, haciéndole señas a ambos que se habían alejado-. ¡Taehyung no quiere dejar la caja y Hoseok fue a comprar comida! ¡A mí no me hace caso! –Exclamó, con su ceño fruncido-. ¡Yah, Taehyung, deja eso!
-¡Quiero ayudar! –fue la simple respuesta del castaño.
Yoongi se acercó hasta el, sin esperar de nada para quitarle de las manos la caja grande a Taehyung, dejándola en el piso mientras escuchaba una protesta en respuesta. Siseo, tomando su mano y llevándolo a la parte trasera del camión, sacando una caja más liviana y dejándola sobre sus manos-. Ayuda con eso, dile a Jimin que ustedes dos se encargaran de colgar los cuadros y eso. Por algo Namjoon y Jin se ofrecieron a ayudar Tae.
-Pero...
-Se que quieres ayudar –interrumpió, atisbando el ceño fruncido de su amigo-. Pero es importante cuidar de mi sobrino y mi bebé, ¿de acuerdo?
-Bueno... -y se fue, pateando una piedra en el camino, yendo hacia Jimin y llevándolo hasta el interior de la casa-. Vamos ChimChim, nosotros haremos esto.
-Oh, yo quiero en la sala.
-Yo en... ¿el estudio?
Jimin asintió. Taehyung dejo la caja en el piso, sacando unos cuadros y llevándolos hasta otra habitación.
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Primero una noche, después una eternidad ೃ YOONMIN
FanfictionLa historia la escribí en 2017, en ese entonces yo todavía no pasaba una etapa radical en la que maduré sobre muchos aspectos así que la historia es un poco... desesperante, y llega a encabronar muchísimo, así que de ante mano una disculpa fkakf. Y...