Primero una noche, después una eternidad ೃ YOONMIN

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intente seguir, pero en punto donde lo deje me pareció perfecto. shdidnskkds no soy segura con este tipo de capítulos, pero éste me volvió loca de la mejor manera

la verdad es que respetó muchísimo si no quieren leerlo,,

porque al final sé que no a muchas les gusta leer a quien ven de activo como el pasivo, lo ENTIENDO muy bien; me pasa mucho, pero traten un poquito de abrirse a éste. En serio me esmere mucho; por lo general no demoró demasiado al escribir capítulos, pero me tomo como dos horas lograr acabarlo. Me quedaba mirando el techo y pasando de playlist para encontrar la inspiración, porque jODER, LO AME TODO EL MALDITO CAPÍTULO 

Jimin juntó su cuerpo al contrario, sintiendo la incipiente erección entre sus muslos y lo escucha gemir, ronco y profundo. Tal como aquella noche había hecho, solo para él y por él. Y se acerca más a su delgado cuerpo, solo para escucharlo gemir de nuevo, más claro, cercano y fuerte. Yoongi presiona sus párpados, conteniéndose y cuando abre los ojos lo mira por un largo rato.

-Te necesito -susurró Jimin, inclinando su frente hasta dejarla sobre la contraria. Estira sus dedos, y toca la muñeca de Yoongi. Enterrando con proufundidad cada una de sus palabras, sinceras.

Éste aspira profundo, miro a su alrededor. Todo estaba oscuro de no ser por la pequeña luz pálida y tenue que venia desde la ventana. Era tan poca, aun así, pero veía perfectamente a Jimin. Tal vez no, y solo creía ver su rostro de tantas veces que lo había visto y se lo había aprendido. No importaba, miró sus ojos y sonrió.

-Aquí me tienes, entonces -respondió en un susurro. ¿Por qué hablaba tan bajo? No tenia idea, tal vez por la cercanía, sus nervios de demostrar su voz temblorosa si hablaba más fuerte o porque quería, de pronto, que pareciera un secreto de ellos dos.

Jimin alzó una de las comisuras de sus labios antes de inclinarse, tomar su nuca, y volver a juntar sus labios. Ésta vez fue él quien incitó ambos cuerpos al borde de la cama. Inquieto, y se detuvo cuando sintió rozarla con sus muslos. Se dejo sentar, lenta y cuidadosamente, sin despejar sus labios; Yoongi se quedo inclinado, apropiándose del tiempo para acomodarse con lentitud. Su cuerpo rodeo el del menor, con sus piernas y sus brazos envolviéndolo en todo lo que era él. Lo sintió removerse con impaciencia debajo de él y se rio guturalmente, separándose solo un poco.

Aun así, lo único que consiguió fue que Jimin mordiera su labio risueño. Lo miro con los ojos bien grandes, con cariño y calor. Negó con la cabeza, mientras la punta de sus dedos tocaban el cuello de Jimin, adentrándose lentamente por la camiseta de dormir de éste; sonrió al verlo abrir la boca, jadeando. Se inclinó hacia él y mordió su labio de vuelta, arrastrándolo hacia él un poco antes de mantenerlo entre sus labios.

Y al ver a Jimin a los ojos, llorosos y suplicantes, cada parte que creía afanosa dentro de él se hundió. A ese lugar donde nadie que no fuera el menor había tocado; ese muy profundo y inédito. Un escalofrío le recorrió desde la punta de los pies hasta la nuca. Jadeo, aferrándose en un abrazo al cuerpo de Jimin, viendo hacia la cama desatendida y sintiendo como cada uno de sus sentidos se volvían fragmentados por su olor.

Jimin enrosco entre sus dedos los cabellos de Yoongi, ladeando la cabeza de éste para besar su cuello. Su piel suave y tibia, con un sabor a jabón y ese olor que solo el llegaba a tener. Con cada pertenecía de su vida en ese momento dentro de una cuna en las manos de Jimin.

De pronto sintió como pertenecía a todo él, en sus brazos y, lleno de impaciencia y ternura, quiso llevarlo a tocar las estrellas.

Toco la cintura de Yoongi, su mano dentro de su pijama azul, y sintió entonces el cosmos en la punta de sus dedos.