Epílogo

7.4K 883 147
                                    

¿estoy lista? No, sinceramente no lo estoy 😳

Seis meses después.



Yoongi.

-Bien, tú ganas –murmuré dejando al fin sueltos los extremos de la corbata en la que me estaba liando los últimos minutos. No pensaba perder más tiempo en tratar de hacer ese estúpido nudo que, al final, no conseguiría hacer.

La puerta se abrió, y por el reflejo del espejo alcance a atisbar la mueca de descontento que hizo Jimin al ver como dejaba la corbata en el respaldo de la silla. Sonreí, pero no borré esa mueca que pintó su rostro.

-Min Yoongi –trató de advertir, pero al ver que mi rostro no cambio en lo absoluto se contuvo, suspiro con fuerza y se acercó, fue el mismo quien agarro la corbata, luego mi hombro y me hizo rotar sobre mis talones-. Debes de tener esto puesto, no puedes ir sin corbata, Hoseok te matará.

-No porque se esté casando quiere decir que tengo que usar una –murmure mirando sus zapatos, pero me obligo a alzar la mirada con su dedo índice bajo mi mentón-. Jimin, no puedo atarla, solo es eso.

-Pues entonces la ataré yo –dijo sonriendo. Paso un borde detrás de mi cuello, mientras su otra mano se colocaba en mi pecho. Hizo movimientos centrados y delicados, y en unos cuantos segundos, ya me encontraba con el nudo bien hecho y el resto de la corbata oculta detrás de los botones del saco-. Así se ve mejor.

-Se ve mejor en tus ojos –me mofe, alzando la mirada para comprobar cómo sus mejillas se sonrojaban, hasta sus orejas también-. Ah, no lo has olvidado.

-Cállate tonto –advirtió, tomo la solapa de su saco y entonces me besó. Y esos labios se movían de una manera que me hacían querer quitarle cada prenda de su impecable traje azul marino y besar todo su cuerpo. Pero, lamentablemente, no podía. Mi hermano estaría dentro de casi nada esperando en el altar a Taehyung, y yo no iba a dejarlo solo con sus nervios cuando se diera cuenta de que el tiempo cada vez se hacia más corto-. Taehyung está tan nervioso como yo el día de nuestra boda.

-Son las burbujas de saber que están tomando la mejor decisión de su vida –le dije. Sus labios barriendo los míos dulcemente, como si estuviera besándome pero realmente no lo hacía.

-No sé si eso fue algo lindo o algo demasiado egocéntrico –murmuró, enrosco sus dedos en mi cabello y se alejo un poco. Me miró sonriente, mordiéndose el labio inferior-. Prefiero que sea lo primero.

-Buena elección.

La puerta se volvió a abrir, Namjoon miro dentro de la habitación buscándonos y cuando nos encontró frente al espejo, sus hoyuelos se marcaron con una sonrisa.

-Hola.

-¡Monie hyung! –exclamó Jimin, corriendo para abrazarlo. Nam no tardó en envolverlo por los hombros, estrechándolo con fuerza-. Te extrañábamos.

-Pues no pensé que se quedarían aquí en Daegu estos meses –balbuceó él. Después de la boda, Jimin y yo habíamos tomado la decisión de estar acá más tiempo, lo que era ciertamente conveniente. Aun faltaban unos meses para que pudiera entrar a la universidad, y además Myeong parecía enamorada de aquí-. Jin y yo los extrañábamos a todos.

-¿Cómo está él?

-Casi se queda calvo al darse cuenta de que el tren iba retrasado para llegar. En serio, casi se echa a llorar al pensar que llegaría tarde a la boda de Hobi y TaeTae. Cito, oh Dios, mis niños jamás me perdonarán llegar a mitad de su boda, no, no, Nam me odiaran.

-Ay, siempre tan optimista –se mofó Jimin, sacudiéndose aun entre los brazos del más alto-. Qué bueno que ya están aquí.

-Jin llego como loco buscando a las pequeñas, dijo que los vería al rato –aviso, mirándome ésta vez. Sus ojos se encontraron emocionados, cada vez más brillantes al mencionar el nombre de Jin. Como si estuviera, de repente, reteniéndose a decir algo.

Primero una noche, después una eternidad ೃ  YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora