Jimin estuvo apunto de decirle algo cuando una voz procedente de la sala le cortó todo el habla y la respiración.
-¿Ya llegó Yoongi y el muchacho? -era la suave voz de una mujer. Hasta esa sonaba elegante, ligeramente alegre pero no por eso dejaba de darle escalofríos.
-Sí omma, están en la cocina -era Jungkook-. ¿Quieres que...?
-No, está bien mi amor. Sun tiene que tomar un baño y tu padre también.
-No ha sido mi culpa que el pájaro se le ocurriera abrirse de...
-¡Appa! -reprochó Jungkook, riéndose-. Bien, les diré que, ¿bajen después o...?
-Hum, en una hora. En la sala -mencionó la mujer, y sonaba ahora un poco más seria-. ¿Cómo es el chico?
Jimin se tensó por completo, pensando en que, si bien Jungkook podría decirle que llegó con el estúpido suéter de Yoongi de un kumamon, también podría decirle otra cosa completamente contraste con el que hubiera notado. Quizá algo malo y que llegará a hacerle pensar a la señora Min que era alguien malo.
-Parece buen chico.
Yoongi sonrió y apretó su mano, como si hubiera sido algo realmente majestuoso que Jungkook hubiera dicho esa cosa sobre él.
-Es... lindo. Creo que Yoongi de verdad está interesado con él.
Se le fue regando la sangre por todo el rostro, y Jimin lo miró con los ojos como platos.
-¿Por qué? -la mujer sonaba ahora demasiado curiosa.
-¡Solo esperen a mirar sus ojos!
Yoongi se apresuró a negar con la cabeza. Escuchando a escondidas la conversación de su madre y su hermano no creía que iba a terminar con el completamente sonrojado, y con Jimin aún más confundido que Tae cuando estaba en la escuela.
-Suena bien. Oye, mocoso -dijo, y fue un pequeño momento donde Jimin se rió. Ahora sabía de donde Yoongi llamaba a todos los menores de esa manera-. ¿No te dije que te pusieras el traje?
-¡Omma!
Jimin escuchó como el muchacho iba rezongando mientras iba subiendo por las escaleras, con su madre detrás de él. Y una vez las voces fueron demasiado lejanas como para escucharlas, se giró hacia Yoongi de inmediato. Pero el mayor había escondido el rostro entre sus manos y se había sentado en el banco frente a la barra de granito de la cocina.
-Hablaba completamente como mentira.
-Yoongi...
-No le hagas caso, Jimin. Alucina cosas.
-De acuerdo -murmuró, nervioso. Yoongi levantó la cabeza y de inmediato formó una sonrisa, tan enorme que sus encías se marcaban.
-¿Quieres algo? ¿Una fruta? ¿Ramen? ¿Cereal? ¿Chocolate?
-¡Ramen y chocolate! -soltó demasiado emocionado.
Yoongi contorsiono el rostro en una mueca de asco, pero después se empezó a reír. Se acercó hasta uno de los gabinetes y sacó dos paquetes de Ramen picante, dejándolos sobre la barra.
Después abrió uno mucho más alto, por supuesto usando un pequeño banco que usualmente quien lo usaba era la pequeña de la casa. Ahí, donde estaban todas las golosinas inalcanzables para muchos.
-Tu chocolate -se lo extendió, con una sonrisa.
Jimin abrió la envoltura mientras se sentaba en un banco, viéndolo a la distancia.
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Primero una noche, después una eternidad ೃ YOONMIN
أدب الهواةLa historia la escribí en 2017, en ese entonces yo todavía no pasaba una etapa radical en la que maduré sobre muchos aspectos así que la historia es un poco... desesperante, y llega a encabronar muchísimo, así que de ante mano una disculpa fkakf. Y...