Capítulo 3

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-Ya vete -sonrió cuando Trigve me vuelve a besar y yo lo empujo. -Se te va a hacer tarde para tu viaje. -lo miro a los ojos y él hace un puchero como niño pequeño.

-Te llamare -me guiño un ojo y beso mi mejilla. -No te olvides de darle mi regalo a Luna cuando despierte. -y yo no pude evitar rodar los ojos.

-Solo tiene diez meses -le informe

-Si, diez meses que se cumplen hoy y como cada mes quiero que tenga su regalo. -yo volví a reír y bese castamente sus labios. -Así lo hare, ahora vete o llegaras tarde. -lo empuje hasta la puerta y él me lanzo un beso antes de cerrarle la puerta en las narices.

-Son tan cursis que me harán llorar miel. -se burlo Matamoros y yo lo fulmine con la mirada. El levanto las manos en son de paz y sonrió cuando su telefono sono.

-¿Bueno? -lo vi alejarse, mientras hablaba y yo me acerque hasta la mesita y tome mi cafe antes de dejarme caer en la silla. Mi mirada se perdio por un momento es los claros colores de la mañana, las personas caminando y algún que otro vendedor ambulante haciendo sus negocios.

-Doña -la solenme voz de Matamoros llamo mi atención y yo voltee a verlo. -Tengo noticias. -su tono me preocupo. Por lo que fruncí el ceño y espere que continuara. -Su sobrina, Isabela esta desaparecida. -informo y yo sentí como la taza se resbalaba de mis manos hasta caer al suelo y hacerse pedazos. Me puse de pie nerviosa.

-¿Estas seguró? -le cuestioné y asintió con la mirada triste.

-Tengo que viajar a México -corrí hasta él desesperada. -Tengo que encontrarla. Dile a Laía que prepare a Luna y sus cosas y necesito que compres cuatro boletos de avión para el primer vuelo a México ya. -le ordene con los ojos bañados en lágrimas.

No, mi sobrina no. Desde que llegue a Paris no he vuelto a hablar con ellas, pero eso no significa que no haya estado al pendiente. Aunque me odiaran y me despreciaran, yo siempre voy a amarla y a cuidar de ellas. Corró hasta mi habitación y me cambio de ropa, me arreglo un poco y tomo el celular para llamar a Trigve.

-Bueno, ¿belleza que pasó? -lo escucho atravez de la linea.

-Trigve, voy a regresar a México. Mi sobrina esta desaparecida. -le digo mientras guardo algunas cosas en un par de maletas.

-¿Qué? No espera, voy contigo.

-Pero ¿ y tu viaje? -cuestionó con el ceño fruncido.

-Eso puede esperar. Paso por ustedes en media hora. Nos vamos en mi avión. -no me da tiempo a responderle cuando me cuelga. Al rato llega Laía a ayudarme a empacar. Y media hora después escuchó a Trigve hablar con Matamoros en la sala, mientras yo cambio de ropa a Luna. Mi pequeña me mira y me pasa su flor de plastico favorita, yo sonrió, beso su frente, tomo el peluche que Trigve le regalo al nacer y salgo a su encuentro.

-Ya estoy lista. -les informo y luego de Trigve besar mis labios. Toma en sus brazos a Luna y comenzamos a salir.

*****

Después de diez horas de viaje Trigve me ve temblar de ansiedad y coloca su mano sobre la mía.

-Todo va a estar bien, ya casi llegamos -me comenta y yo lo miro. Para luego voltear mi vista hacia Laia quien sostiene a una dormida Luna en sus brazos.

Dos horas después por fin tocamos suelo méxicano, después de casi dos años, aquí estoy; mas no por las razones que me hubiera gustado. Acompaño a Laía y a Luna a un hotel y las establezco. Mientras yo aprovecho a cambiarme de ropa antes de ir a la delegación a informarme del caso. Por más que trato que Matamoros se quede con ellas esta empeñado en acompañarme por lo que dejamos a un amigo de total confianza para Matamoros cuidandolas. Un par de minutos después aquí estoy, respiro profundo, cuando siento a Matamoros darme animos con la mirada y a Trigve apretar mi mano.

Más allá de La DoñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora