Capítulo 32

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Saul Aguirre:

-Es una idea increible que Alan se haya ofrecido unirse a la fundación. -comentó Valeria, mientras le pasaba algunos papeles a Mónica.

-Valeria... -entro Lorena, sus ojos conectaron con los mios y tan rápido como lo hizo los alejo. Desde aquella vez en el hotel no habiamos vuelto a cruzar palabra y habiamos evitado todo tipo de contacto. -Lopecito te esta esperando abajo con la niña. -Valeria sonrio, los ojos le brillaron y pasandole todos los papeles a Mónica de golpe salió, un segundo después le siguió Lorena. Mónica me volteo a ver. Aleje la mirada incomodo, pero mi madre tenía razón ya era hora de tomar el toro por los cuernos. Me puse de pie y el cuero de la silla bajo mi trasero crujió.

-Mónica... -la llame y garraspee para aclarar mi voz. Ella levanto la cabeza y me miro. -Se que no hemos tenido mucho tiempo para hablar... Desde que nos...

-Saúl, no tienes que darme explicaciones. No tenemos nada en común de que hablar que no sea mi madre y esta fundación. -me interrumpió y observe como acariciaba con ternura su abultado vientre. Sonreí verdaderamente feliz al ver lo cambiada y hermosa que estaba.

-Yo solo quiero pedirte perdón...

-Saúl, vuelvo y te lo digo no tenemos nada de que hablar. Ya por fin en estos días nos entregan los papeles de nuestro divorcio, estoy muy feliz con la espera de Matías... -se señalo el vientre con ilusión. -Lo estoy intentando con Alan y tu y mi madre estan muy felices. No es necesario cruzar palabras. Simplemente olvidemos que esos meses en nuestro pasado exitieron y continuemos con nuestro camino sin mirar atrás. Vivir en el pasado no es bueno. -me dedico una dulce y sincera sonrisa.

-Se que lo que te hice, les hice estuvo mal y jámas me alcanzara la vida para avergonzarme y odiame por ello.

-Debes aprender a perdonarte y amarte a ti mismo... Solo así podrás ser feliz y hacer feliz a mi madre. Sino podrás perderla. -comentó y fruncí el ceño.

-¿A qué te refieres?¿Tu sabes algo? -ella negó y vi como esquivo la mirada con incomodidad.

-Mónica... -la llamo.

-¡No! -alargo la "o" y me dedico una media sonrisa. -Es solo un decir.

-Por fin los encuentro... -murmuro Regina entrando a la oficina con un par de bolsas de papel. -Vine porque estuve intentando una nueva comida y quise traerles para almorzar. Acomldo las bolsas sobre el escritorio de Mónica.

-¡Mmm huele delicioso! -exclamo Mónica. -Muero por probarlo.

Escucho mi móvil timbrar y lo busco con la mirada sobre mi escritorio.

-Un momento... -les aviso a las mujeres y ellas asienten al tiempo tal que me inclinó sobre el escritorio y tomo mi celular.

-Saúl Aguirre... -digo al descolgar.

-Saúl, soy Matamoros. Altagracia tuvo un accidente y esta muy mal vamos camino al hospital. -mis ojos se abrieron de golpe y me tambalee sobre mis pies, a la vez que el óxigeno se me cortaba de golpe.

-¿Qué clase de accidente? -a duras penas y pude preguntar.

-Se cayo por las escaleras. -respondió y sentí como mi mano libre comenzaba a temblar. -Altagracia te necesita, apurate. -dicho esto me colgo.

-¿Pasa algo? -preguntó Regina y la alarma se hizo presente en su voz. Voltee a verla.

-Altagracia tuvo un accidente. -dije y vi como Mónica también se tambaleo y Regina la sostuvo con firmeza de los hombros. -Debo ir al hospital... -comente.

Más allá de La DoñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora