Capítulo 17

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Hola, hola y bueno aquí estoy con un nuevo capítulo. Tengo que serles sincera, escribir este capítulo no fue fácil... Uff varios minutos después de leerlo y corregirlo y aun sigo llorando. Pero quiero aclarar algo, cuando yo escribo es como si me desconectara, dejo de ser yo y paso a ser el personaje y a imaginarme las escenas como si estuviera ahí. Por lo que muchas veces ellas practicamente se escriben solas. Por más que haga un esquema siempre termino rompiendolo y fluyendo en el camino y a donde el personaje me lleva. Ellos me guian a mi...

En fin... Ya me dejaran saber en sus comentarios su opinión.

Este capítulo se lo quiero dedicar a mi chica bella del #TeamDoñaPatrona @AdeBrown quien hoy esta de cumpleaños. Felicidades, Adela. 😘

Capítulo 17:

Saul Aguirre:

Miro por tercera vez el reloj en toda la noche y ansioso volteo a ver hacia la entrada de la vecindad, Altagracia no ha llegado y comienza a preocuparme. Esta tarde la sentí preocupada y ansiosa, pero como siempre; por más que le pregunte y le insistí no me quiso decir nada. Miro de nuevo hacía la salida y veo a Matamoros, mi ceño se frunce y lo veo entrar con dos guardias y ubicarlos al mismo tiempo que le da instrucciones.

-¡Matamoros! -lo llamo y el voltea a verme y a pesar de ser casi de noche continua con las gafas oscuras puestas. -¿Y Altagracia? -le preguntó. -Dijo que estaría contigo, ¿Donde esta?

-La Doña decidió irse sola. -respondió y ví como le dirigía una mirada a mi hija y le dice algo a uno de los guardía.

-¿A donde fue? -pregunte y se que algo va mal. Esta ansioso y ha mirado su telefono movíl varias veces.  -¿Donde esta Altagracia? -grite perdiendo la paciencia. El telefono de Matamoros vibro y el respondió. Lo escuche mumurar algunas palabras molesto para luego colgar, darse media vuelta y prepararse para marcharse. Lo sostuve con fuerza del brazo y lo detuve. -¿Donde esta Altagracia? -sisie y ahora más que nunca se que algo va mal. Los dos guardías que estaban cerca de nosotros sacarón sus armas y me apuntarón, mas yo continue con mi mirada en Matamoros.

-¿Saul que sucede? -escuche la voz preocupada de mi madre a mis espaldas.

-Bajen las armas. -ordeno Matamoros. Para luego quedarse en silencio, resoplar y quitarse las gafas. Se llevo el dedo pulgar e indice hasta el puente de su nariz y lo masajeo por varios segundos. Cuando regreso su mirada a mi, se veía preocupado, cansado y nervioso. Me cuesta verlo así, siendo él tan frío y libre de cualquier sentimiento.

-Trigve tiene a Mónica y La Doña ha ido a rescatarla. -me dice y mi rostro se desencaja.

-¿Y la dejaste sola? -exclame sorprendido. -¡La dejaste sola! -grite y me abalance sobre él. Escuche el grito alarmado de mi madre, mezclado con el de los demás, mas no me detuve.

-La Doña así lo ordeno por la seguridad de Mónica. Además no está totalmente desprotegida su camioneta y su celular están siendo intervenidos. -respondió -Acabo de recibir las últimas noticias de donde esta y tal parece que no se ha movido de ahí en las ultimas tres horas por lo que voy hacía allá.

-Voy contigo -dije firme y lo ví dudar.

-Saul, no -escuche la preocupada voz de mi madre. Voltee a verla y traía a Luna en sus brazos quien jugaba con la cadenita que le regale el día de su cumpleaños. Me acerque hasta ellas y bese la frente de mi madre para luego mirarla a los ojos.

-Cuida de Luna, estaré bien y regresare con Altagracia y Mónica sanas y salvas. -ella asintió con los ojos llorosos por la preocupación y yo me incline a besar la rubia cabecita de mi niña. Acto seguido voltee a ver a Matamoros  y junto a un grupo del equipo de seguridad de Altagracia  nos pusimos camino al lugar.

Más allá de La DoñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora