Epílogo

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(CAPÍTULO 18+)

Altagracia Sandoval:

-¿Entonces no vienes? -cuestione mirando a Monica atravez de la pantalla de la computadora.

-No... -bajo la cabeza y retorció sus dedos frente a ella. -Yo se que te prometí que siempre iría a todos los cumpleaños y navidades. Pero se nos hace imposible, Alan tiene muchos compromisos y mi gira de conciertos comienza en el país en unos días. -suspiro realmente apenada. -Perdón...

-Esta bien, cielo. Comprendo, quien no va a comprender es...

-¡Mamá!

-Renata -suspire e hice una seña hacía la puerta. Mónica embolso una mueca triste. -¡Estoy en el despacho! -eleve la voz.

-¡Mamá! -la puerta se abrió de golpe, dejando ver a una molesta y agitada Renata. -Luna tomo mi guitarra... -se quejo y suspire con cansancio.

-¿Y por qué Luna tomo tu guitarra si ella tiene una igual? -pregunte y la pequeña se cruzo de brazos y elevo el mentón con altivez.

-Porque dice que mi guitarra suena mejor... -volví a suspirar y escuche a Monica hablar nuevamente. Voltee a verla y vi que también le decía algo a Matías, el niño resopló y asintió. Monica sonrió y señalo a la camara.

-Saluda - dijo

-Hola abuela -dijo el pequeño mocoso con una sonrisa traviesa asomandose por la comisura de sus labios y sus verdes ojos como los mios, llenos de humor.

-¡Vuelves a decirme abuela y me vas a conocer! -exclame y el niño solto una leve risilla antes de darse la media vuelta y marchase con su balón de futbol en las manos. -Ese niño ama provocarme... -rezongue.

-¡Monica! -exclamó Renata haciendome a un lado para luego sentarse sobre mis piernas.

-Hola peque -respondió su hermana mayor con felicidad.

-¡Ya muero que sea navidad para verte! -su tono ilusionado me rompió el corazón y me incline sobre ella para rodearla con mis brazos y besar su mejilla.

-Renata, respecto a ese tema... -la niña alejo la mirada de la pantalla y volteo a verme. Lo que provoco que varios mechones de su castaño cabello le cayeran sobre la frente. -Monica...

-No podre ir este año para navidad... -respondió ella interrumpiendome. La niña abrió sus ojos cafés desmesuradamente y rápidamente volteo de nuevo la mirada hacía la pantalla.

-¿Como que no vienes? ¡Lo prometiste! -su voz quebrada, me puso los pelos de punta.

-Renata...

-Peque, yo se que lo prometí, pero se me hace imposible. La gira comienza en unos días...

-Pero unos conciertos no pueden ser más importantes... -dijo y la vi tragar en seco para deshacerse del nudo de su garganta.

-Renata, mi amor... -la llame y la niña volteo a verme con los ojos brillosos por las lágrimas contenidas. -Tu mejor que nadie debes entender lo importante que es esa gira para Mónica. -dije y estire mi mano para acariciar su mejilla y acomodar los mechones de cabello sueltos tras su oreja. -Tu mejor que nadie sabes lo importante que es la música para ella, como también lo es para ti ¿verdad? -mi pequeña asintió y yo me estire para besar su frente. -Pues entonces debes estar feliz de verla triunfar y convertirse en la mejor. -sonreí con picardía. -Además en unos meses vas a cumplir tus diez años, Mónica puede venir o incluso podemos viajar a verla. ¿Qué te parece? ¿Te gustaría viajar? -pregunte golpeando la punta de su naríz con mi dedo pulgar.

Más allá de La DoñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora