Capítulo 5

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Altagracia Sandoval:

Observo a Luna jugar con Trigve en la alfombra. Después del susto que nos dio ayer, hoy la veo más alegre y con más color. El médico dijo que era un virus estomacal normal en niños tan pequeños. Le receto un medicamento y algunos cambios en sus alimentos por unos días. La vi pasarle una pelota de peluche a Trigve y el la tomo haciendole una mueca, para luego lanzarmela. Yo bufe y lo mire.

-Este estilo sería perfecto para Luna. -comentó la organizadora de fiestas que contrate para realizar la fiesta del primer cumpleaños de mi bebé. Observe la revista que me paso con algunas imagenes de fiestas temáticas.

-Me gusta esta. -le señale una fotografía de el tema de coronas y princesas de colores rosa y dorado. -Creo que también se podria poner alguna que otra luna dorada para hacer alusión a su nombre. La organizadora asintió.

Luna gateo hasta mi, intentando recuperar su pelota, se sostuvo de mis piernas y con un poco de esfuerzo se puso de pie. Le pase la pelota y Trigve comenzo a llamarla. Espere a ver si la veia dar sus primeros pasos, mas Luna solo se sento en el suelo y comenzo a gatear hacia Trigve.

-Veo que será como su madre, se hará de rogar. -se burlo Trigve y yo rode los ojos. Al mismo tiempo que regresaba de nuevo mi vista a la revista.

-¡Altagracia! -se escucharón gritos a fuera de la casa. Me puse de pie -¡Sueltala...! -¿Saul? miro a Trigve.
-¡Altagracia! -escuche de nuevo los gritos y la puerta se abrio dejando ver a una agitada Mónica y a Saul detras.

-¿Qué pasa? -pregunte con severidad. -¿Qué hacen aquí?

-Quiero hablar contigo. -me responde Mónica.

-Lo siento, Doña no pude detenerlos. -intervino uno de los nuevos guardaespaldas.

-Debería despedirte. -contesté enojada.

-Oyeme no, tampoco, fue nuestra culpa. -intervino Mónica dando un paso hacia él frente.

-Si los dejo pasar a ustedes, puede dejar pasar a cualquiera. -la mire. -Su deber es cuidarnos.

-Soy tu hija, no una delincuente. -me aclaro ella y yo respire profundo.

-Hablaremos luego. -me dirigí al nervioso guardaespaldas y este me hizo un asentimiento de cabeza antes de retirarse. Sentí a Trigve posicionarse a mi lado, con Luna en sus brazos.

-Seguiremos con esto después -le dije a la organizadora, mientras le entregaba la revista que tenía en mis manos. -¡Matamoros! -grite y a los pocos segundos el apareció. -Acompañe a la señorita a la salida. -lo vi asentír antes de hacerle señas a la mujer para que lo acompañara.
-Trigve, lleva a Luna con Laia. -le pedí y lo vi por la esquina del ojo asentír antes de dar un paso.

-No, espera -lo detuvo Moníca -¿Es mi hermana? - pregunto mirandome y yo voltee la mirada y asentí. La ví dar un paso hacia ella y yo levante un brazo para impedirlo, mas me contuve y lo baje de nuevo; después de todo es su hermana. La veo acercarse a Luna y acariciar su mejilla. Y como si la conociera de toda la vida mi bebé se lanza a sus brazos y Mónica rie mientras la toma.

Me siento incomoda y volteo la mirada encontrandome con la mirada de Saul puesta en mi.

-Veo que su matrimonio va muy bien. -no puedo evitar comentar y el eleva una ceja.

-No es lo que piensas. -me dice y yo me cruzo de brazos mirandolo con suspicacia.

-¿Como así? -cuestiono y veo como aparta la mirada de mi para ponerla en Trigve quien se acerca hasta mi y coloca ambos brazos alrededor de mi cintura. Ugh marcando de nuevo el territorio. Evito rodar los ojos, me desesperan los hombres celosos y posesivos. Y Trigve lo sabe por lo que me dedica una mirada de disculpa y yo la ignoro. Mientras veo como Mónica se acerca hasta Saul con Luna y él acaricia la mejilla de nuestra hija. Ambos le hacen una mueca y ella rié.

Más allá de La DoñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora