Capítulo 9

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Altagracia Sandoval:

Me sontiene entre sus brazos y tiemblo, muerdo su labio inferior antes de romper con el beso. Él une su frente con la mia y nuestras respiraciones agitadas se entre mezclan. Siento su necesidad por mi, como yo por él. Me sonrie debilmente y observo su sombra en la oscuridad. Una lágrima rueda por mi mejilla y lo siento secarla para luego sentir sus labios por donde se deslizo. Mi respiración se entrecorta y lo miro a los ojos y aunque se que esta mal coloco una mano sobre su cuello y lo atraigo hacia mi; lo beso con anelo, con toda la pasión controlada que en estos momentos amenaza con escapar. Le doy pequeños besos antes de separame, haciendome a la idea de que tengo que dejarlo.


-Esto que estamos haciendo esta mal. -cierro los ojos y su respiración es entrecortada. -No debe pasar. -suspiro y lo miro.

-Olvidate de ese imbecil. -me suplica y muerde mi labio inferior. -No pienses en él.

-Ni siquiera es por Trigve. -coloco ambas manos sobre su pecho y lo alejo. -Es por Mónica, por ti, por mi. No puedes decir que amas a mi hija, te casas con ella y casi dos años después decir que siempre no; y que a quien amas es a mi. - lo miro a los ojos y siento las lágrimas picar mi ojos, el dolor se instala en mi pecho y otras vez escucho sus palabras en mi mente.

"-Saul eres lo único que quiero en mi vida, tu.
-Es increible que apesar de todo lo que vivimos, yo no pueda dejar de sentir esto que siento por ti, aunque ame a otra mujer"

Otra lágrima se desliza por mi mejilla. Y siento que me quiebro, vuelvo a unir mi frente con la de él y me mira a los ojos.

-Perdón... -me suplica y acaricio su mejilla. -Se que es tarde para aceptar mi error y tengo miedo por Mónica también. Se que la voy a herir, pero te amo y te necesito conmigo.

-Saul... -suspiró

-Altagracia, ahora lo se, lo supe cuando te vi entrar al mar aquella vez, lo supe cuando te declararon muerta. Lo acepto quise a Mónica, todavía la quiero; pero no con la misma intensidad y el mismo amor. Ella solo represento todo lo bonito de la vida, represento una vida libre de problemas y maldades, lo que mis padres querían.

-Es mi hija... -susurre y sentí más lágrimas bajar por mis mejillas.

-Lo se y no quiero romper una posible reconciliación entre ustedes. -me miro a los ojos y vi su dolor y su miedo.

-Pero lo harás y lo hiciste hace mucho. Yo solo quería recuperar a mi hija, protegerla, pero no solo no pudo ser; ahora ni siquiera puedo mirarla a los ojos sin sentirme incomoda. -me separe de él para buscar aire y secar mis lágrimas. -Y si, hace dos años atras te hubiera dicho, no me importa, no siento nada por ella. Puedo verla como una rival de amor porque ella y yo solo compartimos la biología, pero desde que tengo a Luna. Se que puedo amar, que puedo buscar que Mónica este conmigo, que puedo protegerla y hacerla feliz. Ser una verdadera madre para mis dos hijas, pero si tu estas en medio no podre. -siento más lágrimas rodar por mis mejillas y me apresuro a secarlas.

-Altagracia...

-¿Han visto a Altagracia? -escuchamos la voz de Trigve afuera y yo corro a terminar de secar mis lágrimas.

-Tengo que irme, es hora de cantarle a Luna y ni siquiera se con quien esta. -lo mire y lo vi llevarse ambas manos a la cara con desesperación. -Si... Si quieres te puedes quedar. -le comento y no se porque lo hice, solo se que fue como una necesidad de compartir ese momento juntos. Él se me queda mirando para luego en un impulso volver a acercarse a mi y besarme. Suspira y acaricia mi mejilla.

Más allá de La DoñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora