My King

No es lo mismo.

Despierto temprano, me doy una ducha y salgo de la habitación rumbo a la cocina. Tomo mi glorioso café negro con unas galletas sin interrupciones ya que es muy temprano para que alguien este despierto. Todo esta tranquilo pero la sensación de incomodidad esta siempre presente, me siento vigilada y cada rato me giro para ver que o quien es la persona o cosa tras de mi.

Termino los informes de mi último paciente y salgo en dirección a la habitación de mi hermano, entro con cuidado viendo que sigue dormido. Abro las cortinas dejando pasar los rayos del sol.

-Buenos días- digo gritando a los cuatro vientos- vamos levántate!!!-

-Oye que te pasa?- dice tapándose con una manta.

-Vamos debemos ir al gimnasio, es hora de tu rehabilitación- se levanta con pereza de la cama, lo ayudo a vestirse y salimos en dirección a la sala de entrenamientos.

-porque tan callado?- preguntó al notar que no ha dicho una palabra desde que salimos de la habitación.

-Nada, solo estoy recién despierto- dice serio. Me parece raro que se comporte así, pero lo dejo pasar ya que recuerdo que cuando estábamos en casa era así de gruñón al despertar. Una ves dentro lo bajo de la silla y comienzo a masajear sus piernas.

-Quieres que ponga música??-

-No gracias- dice sin mirarme.

-Que te pasa?-

-Nada-

-Porque estas así?-

-Nada-

-No es nada, algo te pasa...no puedes estar así por nada- no contesta y decido dejar de intentar entablar una conversación. Nos levantamos de las colchonetas y lo llevo hasta la caminadora. Lo sostengo de su hombro y trato de que comience a caminar.

-Vamos Gabriel ayúdame aquí...-

-Pues no tengo ganas de caminar- dice tratando de zafarse de mi agarre.

-Debes hacerlo, no podrás caminar nunca y yo nunca recuperare a mi hermanito-

-NO LO RECUPERARAS NUNCA!!- se suelta y cae sobre la caminadora- NUNCA LO HARÁS MUJER NO SEAS TERCA, SOY UN MALDITO LISIADO Y ASÍ ME QUEDARÉ, AHORA DEJA DE JODER Y VETE DE AQUÍ, NO QUIERO ESCUCHARTE...NO SÉ COMO NO TE CANSAS DE ESCUCHAR TU PROPIA VOZ-

-Adiós Gabriel-logro articular y salgo de la sala con lágrimas en los ojos, nunca me había tratado así, pero tiene razón debo dejarlo en paz ya es una persona adulta y sabe lo que hace. Puede ser que haya apresurado un poco las cosas, pero ese no es mi hermanito, el nunca me gritaría así o eso creía yo.

Unos metros fuera del gimnasio choco con un gran e increíblemente esbelto torso.

-Lo siento- digo sin mirar quien era y sigo mi camino. Entro lo más rápido que puedo  busco mi chaqueta y sin importar mi ropa salgo de allí.

Bajo las escaleras de emergencia y salgo a la calle.

Vago por la ciudad unas 3 horas, caminando y observando todo por ahí, viendo las familias felices reír y jugar sin llegar a imaginar los peligros que este mundo puede resguardar bajo las máscaras de buenos profesores de historia o buenos vecinos.

Camino unas cuadras más y mi estomago comienza a gruñir. Busco algún lugar cerca que pueda satisfacer mi apetito y encuentro una pequeña cafetería abierta. Me adentro en ella, busco un lugar alejado junto a la ventana y veo que un lindo chico se acerca.

-Buenos días, ya sabe que ordenara señorita?- dice el guapo chico frente a mi.

-No lo se, parece que hoy no es mi día en lo que respecta a decisiones, tu que me ofreces??-