Y por primera vez, me sorprendiste... Y desde ese mismo momento supe que eras un reto para mí. Supe que también podías enseñarme muchas cosas.
Mi hermosa Hyeyeon, mi preciada niña de cabellos negros, tú y sólo tú me haces sentir vivo.
***
Se despertó con los primeros rayos de sol de la mañana. La luz entraba por la ventana a través de los pequeños listones de la persiana. Yoongi no estaba a su lado. Miró el despertador de la mesita, los números rojos marcaban las nueve de la mañana, se estiró y se levantó torpemente. Tras darse una ducha y vestirse, bajó al salón. Él leía el periódico sentado a la mesa, mientras sujetaba una taza de café humeante. Levantó la vista y le sonrió.
—Buenos días, princesa. ¿Has dormido bien?
—Sí, gracias.
Era sorprendente cómo pasaba de ser un hombre aterrador a alguien totalmente normal y sencillo. Se sirvió una taza de café y se sentó frente a él. En la mesa había un plato con tostadas, mantequilla, zumo de naranja natural y varias piezas de fruta.
—Ayer preparaste una cena exquisita. ¿Quién te enseñó a guisar? — preguntó.
—Recuerda que cuando era pequeño no tenía muchos amigos, los niños como yo pasan muchas horas con sus madres.
Tomó una de las tostadas y, tras untarla con mantequilla, buscó la mermelada.
—Me he permitido la libertad de pedirle a Jimin que vaya a tu casa y traiga el collar que te regalé —le informó—. Espero que no te moleste.
—En absoluto.
—¿Buscas esto? —Tenía el bote de mermelada en una mano y la miraba fijamente.
Hyeyeon asintió con la cabeza y sonrió.
—Ven por ella.
Apartó el periódico doblado y dio un golpecito en la mesa para que se sentara encima; acto seguido introdujo los dedos índice y corazón en el bote de mermelada y se los pasó a Hyeyeon por los labios.
—¿Está buena? —le preguntó.
—Sí —contestó relamiéndose.
—¿Quieres más?
Sonrió y Yoongi volvió a meter los dedos en el bote y luego en su boca.
Con la otra mano, le desabrochó los botones de la camisa y sus pechos asomaron discretamente por la abertura. Se chupó los dedos y, levantándole la falda, le quitó la ropa interior.
—Así —susurró—. Preciosa.
Se reclinó en la silla. La tenía enfrente, con las piernas abiertas, la camisa entreabierta y la falda levantada.
—¿Te gusta mirarme? —inquirió.
—Me gusta mirar lo que es mío.
Jimin entró en casa y se quedó de pie en mitad del salón; empezaba a acostumbrarse a parecer un monigote en medio de ciertas situaciones poco habituales.
—Me encanta el rollito Nueve semanas y media que os habéis montado.
—Se acercó a Hyeyeon y le puso el collar—. Pero es un poquito temprano, ¿no?
—Nunca es temprano para tomar mermelada.
Mientras Yoongi trabajaba un poco en el despacho, Hyeyeon pasó parte de la mañana acurrucada en el sofá con Jimin. En poco tiempo se había convertido para ella en un gran amigo, alguien que le daba un cariño inmenso y una atención que agradecía. Tenerlo cerca le proporcionaba una paz interior que muchas veces necesitaba y además sabía que Yoongi le permitía ese contacto. Era como si supiera que el papel de su amigo era indispensable para aquel equilibrio del que tanto solía hablar, una ficha más en su tablero de ajedrez, lo que le indicaba a Hyeyeon que todo estaba sutilmente organizado.
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Revenge » Min Yoongi; BTS✔
Fanfiction•VENGANZA ↠(18+) •Min Yoon Gi, es un abogado prestigioso, poderoso y seguro de sí mismo. Aunque posee todo lo que quiere, jamás ha podido olvidar a Hyeyeon, la joven que se reía de él en el colegio. Ella es la razón de su vivir, la ama con la misma...