Porque todo lo que hago no sé hacerlo de otro modo.
***
Yoongi se despertó en mitad de la noche, sobresaltado. Estaba sudando y con la respiración acelerada. Se incorporó intentando orientarse y recordó que, después de la fiesta, Hyeyeon le había pedido que durmiera en su casa. Miró a su izquierda; ella dormía profundamente, con el pelo extendido sobre la almohada.
Se levantó y se dirigió a la cocina, se mojó la nuca en el fregadero, cerró los ojos y, apoyando las manos en la encimera, bajó la cabeza y empezó a llorar. Ya no recordaba cuándo había sido la última vez que había llorado.
Los músculos de la espalda se le tensaron por la presión que ejercía con las manos, su cuello y su pecho brillaban por las gotas de agua que le caían desde la nuca. Se mojó la cara, se secó y miró a su alrededor.
Todo estaba en penumbra, la poca luz que entraba por la ventana dibujaba formas en las paredes del salón. Un sonido de sirenas interrumpió el silencio de la noche, y después, nada. Sobre la mesa del salón divisó un paquete de tabaco; no solía fumar mucho, pero aquella noche le apetecía.
Encendió un cigarrillo y se acercó a la ventana.
—¿Yoongi?
La voz de Hyeyeon desde la habitación interrumpió sus pensamientos. La oyó levantarse, sus pisadas en el suelo del salón. Podía verla en mitad de la estancia a través del reflejo de la ventana. Se había puesto su camisa, las mangas le sobraban por todos lados y sus finas piernas parecían aún más delgadas. Él no se volvió, dio otra calada al cigarrillo y tensó otra vez los músculos de la espalda.
—Yoongi, son las cuatro de la madrugada. —Se frotó los ojos.
—¿Sabes cuántas veces he estado delante de esta ventana en noches como ésta? —Bajó la cabeza—. He perdido la cuenta.
—Podías hacerlo de otra manera.
Yoongi ladeó la cabeza. ¿El tono de Hyeyeon había tenido un atisbo de sarcasmo o prepotencia?
Apagó el cigarrillo y se dio la vuelta. Su figura, con el pecho descubierto y unos finos pantalones largos negros, era imponente.
—¿Invitarte a cenar? ¿Al cine? —se rió—. No quería hacerte feliz... Recuérdalo... Quería hacerte daño.
—Tu fin era someterme, hacerme tuya. Había otras formas.
—No hubieran sido tan divertidas como la que escogí. —Dio dos pasos al frente y una tenue luz iluminó sus ojos—. Quería usarte, que sufrieras un poquito, que el terror te consumiera.
Sonrió y sus ojos brillaron, dándole un aire de demente.
—Tu cara aquel día que entré en tu casa, la forma de suplicarme que no te hiciera daño... ¿Quién me iba a decir que mi preciosa princesa iba a ser tan zorra?
Se acercó dos pasos más y, cogiéndole la mano, se la besó. Hyeyeon se sorprendió.
—Que me iba a dar tanto... —Apoyó la mejilla en su mano—. Tanto...
Ella no sabía qué decir. Aquella situación la descolocaba. Yoongi permanecía pensativo, con su mano en la cara y la vista fija en el suelo.
—Yo no puedo cambiar, Hyeyeon. No estoy representando un papel, como muchos. Yo llevo todo lo que me rodea en mi vida así... No sé hacerlo de otro modo.
Ella le cogió la cara con ambas manos.
—¿Por qué me dices esto?
—Es lo justo. No pongo a una mujer de rodillas porque necesite un minuto de gloria en una triste vida que no controlo. Mi trabajo, mi vida, todo se rige por el mismo orden por el que me rijo contigo. Soy siempre del mismo modo. Soy egoísta, todo lo que me genere beneficio o placer, lo cojo.
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Revenge » Min Yoongi; BTS✔
Fanfiction•VENGANZA ↠(18+) •Min Yoon Gi, es un abogado prestigioso, poderoso y seguro de sí mismo. Aunque posee todo lo que quiere, jamás ha podido olvidar a Hyeyeon, la joven que se reía de él en el colegio. Ella es la razón de su vivir, la ama con la misma...