37 - Lee Seul comete un error

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Todos los errores se pagan con la misma intensidad, no importa quién los cometa.

***

Aquel fin de semana sería el primero de Jungkook bajo el techo de Eoduun bam. No fue un día alentador, su hermana acaparó parte de su atención durante toda la noche. Verla sentada junto a Jimin, hablando con él con su frescura y lozanía, con su falta de temor por aquellos hombres y su facilidad de palabra le oprimió el corazón hasta que logró acostarse, ya de madrugada.

Se había asegurado de que Soon Ji dormía dos puertas más allá, de que nadie irrumpiría en su intimidad. No podía quitarse de la cabeza la posibilidad de que ella se enamorara de cualquiera de aquellos hombres y le hicieran daño. Su hermana era lo único que amaba desde hacía mucho.

Ya era bastante, pensó, saber que dos kilómetros más abajo, en la casa familiar se mantenían ajenos a todo, que su padre creía a su hija en la capital, junto a su hermano. Si supiera adonde la había llevado, se moriría del disgusto. Sin embargo, debía hacerlo, ellos formaban ahora parte de su vida.

Se mojó la cara en el lavabo y se acostó bajo las acolchadas mantas que habían dispuesto para él. El servicio de Sihyuk era meticuloso. Durante toda la noche, dos mujeres de edad avanzada se habían ocupado de que nada les faltara, y sólo se habían retirado del salón cuando empezaron los juegos de

Namjoon con Lee Seul y Eun Jeong y vieron que Taehyung se ponía picajoso con Hyun Ji. ¿Qué habrían llegado a ver durante sus años en Eoduun bam? Quién sabía...

Parpadeó en la semioscuridad. Estaba a punto de dormirse, su mente empezaba a fundirse, cuando el sonido de la puerta lo sobresaltó. Una figura femenina se deslizó entre las sombras, a la tenue luz que entraba por la ventana, y se situó frente a la cama.

—¡Lee Seul, qué susto me has dado! —Casi se había puesto a gritar—. ¿Qué haces aquí?

—Disculpe... Mi Señor no quiere que pase la noche solo... Dice que le acompañe...

Jungkook se incorporó como un misil y miró a la joven. Le resultaba difícil comprender cómo una mujer era capaz de ceder así a los deseos de un hombre. Entregándose a otro sin el más mínimo reparo, sólo con la mera intención de complacerle.

—No es necesario que...

Ella trepó por la cama hasta él como un gato salvaje, sin darle tiempo a decir nada.

—Lo sé... ¿No le gusto?

—No digas tonterías. —Era imposible que no le gustase aquella mujer. Posiblemente la habían esculpido para tentar al más inocente de los hombres—. Pero no tienes que...

—Quiero hacerlo, señor... Deje que lo complazca...

Meneó su melena mientras se contoneaba sobre él y le sonrió suavemente, desprendiéndose de su camisón. Sus pechos emergieron de la nada pidiendo que los devorara, mientras lo besaba con dulzura en los labios.

¡Ah, aquélla era la trampa! El demonio tentaba de esa forma a los hombres, les ofrecía riquezas, mujeres hermosas con las que disfrutar y gozar, ¿a cambio de qué? ¿Quizá de su inocente hermana? Era una incógnita.

Era tarde para pensar con claridad. Sus pechos le apuntaban sonrosados y se acercaban juguetones a sus labios. Hermosa... Lee Seul frotaba su sexo contra el suyo y lo invitaba a colarse entre sus piernas. Lamió con delicadeza uno de sus pechos y mordisqueó el pequeño pezón con suavidad. Tarde... Había probado el fruto prohibido, la pequeña y enjuta vampira de Namjoon, y era tarde para huir. Clavó los dedos en la fina piel de sus caderas y la penetró con delicadeza, mientras ella se contoneaba como una serpiente sobre él. Su boca, unos labios gruesos y perfectamente perfilados, dejaron paso a su lengua, que se coló rabiosa en su boca.

Revenge » Min Yoongi; BTS✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora