15 - Remordimientos

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No creas, mi hermosa Hyeyeon, que me has defraudado. Tu impulsividad era algo que escogí, que venía contigo desde el principio. Tus defectos forman parte de lo que me obsesionó de ti, y tus fallos son lo que me da la vida.

***

Durante el resto del día y de la noche, Yoongi la ignoró totalmente. Hyeyeon estaba atormentada; se sentía mal, pero no por el castigo o la rabia que sentía hacia Taehyung. Lo que la consumía era que había fallado. Había defraudado a Yoongi y eso era algo que le provocaba un intenso dolor en el corazón. ¿Qué extraño, verdad?

Hyun Ji había pasado gran parte de la tarde consolándola; le repetía que era normal fallar al principio, que no debía preocuparse, que era humano y que los fallos formaban parte del proceso. Las chicas le habían traído del pueblo una bonita sortija como regalo y ese detalle la había animado mucho. Sentirse aceptada por ellas era algo que necesitaba como el aire en aquellos momentos tan difíciles.

Después de la comida, Yoongi se había marchado con Jimin y volverían entrada la noche; todos los demás se retiraron a sus dormitorios a descansar y ella se quedó sola en el jardín. La amable sirvienta, de una edad similar a la de Sihyuk, le dio una taza de café y unas galletas diminutas que Hyeyeon se comió con gusto. Se preguntó cómo una mujer tan mayor y sencilla era capaz de soportar lo que veía en aquella casa con tanta tranquilidad.

Vio a Sihyuk descender por el camino de losetas, se sentó a su lado en otra de las sillas de mimbre y le sonrió con ternura, con su eterno puro en la boca.

—No debes darle vueltas a las cosas, niña —dijo.

Llevaba la fina perilla muy cuidada y tenía una piel clara que le recordaba a los beduinos de las películas de televisión. Sihyuk era un hombre sin apenas una arruga en su rostro. Sus ojos transmitían frialdad, pero ésta contrastaba con sus sonrisas dulces y refinadas.

—Mis chicos son impulsivos, viscerales por naturaleza, y destructivos con lo que más aman. —Se sirvió un café de una especie de tetera grande que la sirvienta depositó en la mesa y miró a Hyeyeon—. Pero eso no significa que no amen, sólo tienen otras formas de demostrarlo.

Ella no dijo nada. Lo escuchaba mientras observaba los gestos de sibarita con que se servía el café en la pequeña taza de porcelana.

—Taehyung es un joven retorcido que adora la vida y la exprime al máximo. Cuando está aquí no controla sus impulsos y sus necesidades, pero de eso se trata, ¿no? —Hizo una pausa y se apoyó en el brazo de la silla—. Te sorprendería hasta dónde llega su humanidad fuera del entorno «sexual» que lo rodea.

—Es tan cruel...

—El único que conserva la esencia de su personalidad, dondequiera que va, es Yoongi; con el resto conseguí que supieran diferenciar ese lado salvaje en su día a día.

Notaba la franqueza en sus palabras.

—No me esperaba que Yoongi usara a Jimin para castigarme —musitó.

—Querida, cuando cedes algo tuyo, siempre recibes algo a cambio. Tenían un asunto pendiente entre ellos y contemplar tu cara cuando viste a Jimin detrás de ti fue el mayor regalo que pudo recibir Taehyung.

—Está claro que no le caigo bien.

—No acabas de entender que lo que pasa en esta finca no sale de ella, niña. No confundas los impulsos con los sentimientos que puedan tener hacia ti.

—Lo que pasa en Eoduun bam se queda en Eoduun bam, ¿no? —dijo con tristeza.

Sihyuk dio una calada a su puro y se reclinó en la silla.

—Exacto. Debe ser así. Si el equilibrio se rompe, tu vida personal y tus negocios pueden salir dañados. Querida, la sociedad no está preparada para ver esto.

—No he debido pegarle a Taehyung —se lamentó—. Yoongi está muy enfadado.

—Niña, vienes con Yoongi, dábamos por hecho que eras distinta. Mi primogénito es complicado e incontrolable, pero recuerda que no ha sido tu fallo lo que le ha dolido, sino el precio que paga si pecas de osadía con otros miembros. Ha tenido que cederte, compensar a Taehyung. A mi chico no le gusta.

—¿Por qué me cuenta todo esto? ¿Por qué me consuela?

Se apoyó en el canto de la mesa y la miró dulcemente.

—Porque llevo diez años oyendo tu nombre.

Le guiñó un ojo y se levantó para irse.

—Sihyuk.—Le cogió la mano y suspiró—. Gracias. 

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Revenge » Min Yoongi; BTS✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora