Quizá me equivoqué contigo. Igual debí dejarte ir cuando aún estaba a tiempo. Hacerte pagar por el dolor y el sufrimiento que me diste y luego olvidarte, darte la oportunidad de volver a vivir tu vida, que conocieras a un hombre que te amara, que formaras una familia, que fueras feliz.
Te he pedido tantas veces que me perdones... Pero no busco que lo hagas. Tan sólo te lo susurro para sentir que aún soy humano. Forzarte a hacer lo que no quieres, obligarte a acatar mis deseos, me produce tanto placer que a veces pierdo la poca cordura que me queda y me olvido de que eres frágil... Pero me importa tan poco...
Hace unos días te di un respiro y hoy te he visto sonreír. Has llegado a la oficina con un semblante distinto. Te has tomado unas copas con tus amigos de siempre sin dejar de mirar tu móvil... Irradiabas felicidad. Pero no te equivoques, mi preciosa niña de ojos rasgados. No creas que la vida es como en los cuentos de hadas.
El sufrimiento, el dolor, el placer... Tengo tanto que darte... y tanto que quitarte.
El día resultó bastante cargante para Hyeyeon; llevar un equipo de varias personas y proyectar posibles campañas publicitarias para clientes importantes a veces era muy estresante. Poner de acuerdo a todo el mundo, plasmar gráficamente las ideas y transmitírselas al cliente final era una tarea que en época de campañas la dejaba agotada.
Ese día salió de la oficina exhausta, pero aun así estaba animada y no dudó en pasar por el bar de la esquina, donde siempre solía tomarse unas cervezas con su equipo. Miró varias veces su teléfono móvil. Yoongi no la llamaba durante la jornada de trabajo, respetaba ese espacio de su vida y en ningún momento la apartaba de sus tareas diarias. Sin embargo, deseaba sus llamadas. No le importaba a qué hora fueran, ni siquiera con quién estuviera ella en aquel momento, constantemente controlaba el móvil con la seguridad de que tarde o temprano la llamaría.
Y así fue, no llevaba ni veinte minutos en el bar cuando Yoongi llamó para que acudiera a su casa lo antes posible. Hyeyeon se despidió de su gente y, sin dar muchas más explicaciones, se dirigió hacia allá de inmediato.
—Pasa y cierra la puerta.
La habitación estaba iluminada por una simple lámpara de sobremesa y al fondo, sentado en su trono, él. La miró de arriba abajo, estaba preciosa, una camisa blanca de cuello levantado, una falda sencilla color camel y sus ya habituales zapatos de tacón a juego con alguna de las prendas que llevaba.
—¿Estás bien? Me has llamado con tanta urgencia que he salido del bar...
Hyeyeon se hubiera lanzado a sus brazos, como habría hecho cualquiera ante la persona a la que empieza a querer. Lo habría besado, le habría preguntado qué tal le había ido el día. Pero había algo que hacía que se mantuviese siempre a una distancia prudente de Yoongi. Quizá era su forma de mirarla con aquellos ojos negros y una sonrisa irónica. La inquietaba la manera que tenía de inclinar la cabeza, como si buscara la mentira en sus palabras.
—Tengo un tono bastante directo, quizá lo hayas confundido con urgencia. —Se levantó y se aproximó a una mesa, donde tenía dos copas de vino—. No estés tensa, princesa. Toma, bebe un poco y relájate.
Cogió nerviosa la copa y luego se sentó en el sofá, a su lado.
—Bebe —susurró él, dando un trago.
—No suelo beber y no he cenado nada.
—No pretendo que te emborraches, sólo que te desinhibas, es una forma de conocerte un poco más. Estás en mi casa, nadie te ve, estamos tú y yo solos. Es un momento perfecto para que me hables de ti.
Ella bebió varios sorbos y se recostó en el sofá, aún tensa; carraspeó ligeramente y le dedicó una tímida sonrisa. Optó por terminarse la copa de un trago y Yoongi volvió a llenársela.
—¿Qué quieres saber? —le preguntó Hyeyeon.
—Algo que no sepa. Qué te pasa por la cabeza en estos momentos, cómo te sientes, qué miedos tienes... Vamos, princesa...
Bebió de nuevo y se quedó pensativa. Yoongi tenía el cuerpo ligeramente inclinado hacia ella, con un brazo por encima del respaldo del sofá. La observaba con los ojos muy abiertos, tenía la sensación de que incluso analizaba sus expresiones faciales.
—No estoy acostumbrada a ciertas cosas. Situaciones... Me dan vergüenza. Cuando me miras y lo analizas todo de mí me siento insegura. También avergonzada por lo que está pasando. Disfrutar de ciertas cosas que... ¡Oh, Señor!
—¿Te refieres a cómo te comportas? —preguntó.
—¿Qué diría la gente que me conoce si me viera actuar así? Si supieran cómo nos conocimos, lo que hiciste y dónde sigo. Me tomarían por una enferma mental.
—Lo que hacemos nadie lo ve, Hyeyeon.
—Lo veo yo...
—Eres libre de irte cuando quieras. ¿Quieres?
La miró directamente a los ojos y levantó las cejas. Ella se frotó la frente, nerviosa, y bebió otro sorbo de vino. No le gustaba el sabor, pero le empezaba a hacer efecto.
—Eso es lo que más me atormenta. Que no quiero irme.
—Entonces, ¿qué temes?
—Tengo miedo de no saber cómo terminará esto. Lo que quieres de mí o el daño que puedas hacerme. Incluso temo pensar a qué estoy dispuesta yo, hasta dónde puedo llegar.
Yoongi se rió y echó la cabeza hacia atrás.
—¿No será que tienes miedo a sacar de dentro de ti cosas que no esperabas? Es decir, ¿te molesta reconocer que eres capaz de ciertas cosas que la sociedad podría llamar... poco éticas?
—Puede ser.
—Una mujer como tú, independiente, segura de sí misma ante los ojos del resto del mundo, con carácter, triunfadora, que ante un hombre se desprende de todo. —Se inclinó hacia adelante y sonrió maliciosamente—. Y lo que es más, disfruta con ello. Tienes miedo de no saber cómo terminará porque tú no lo controlas, como tampoco controlas lo que quiero de ti o el daño que pueda hacerte. Tu vida ya no es tan ordenada, tu rutina ya no existe.
Hyeyeon bajó la vista y se llenó los pulmones de aire con la intención de relajarse un poco más.
—Tienes razón. Posiblemente sea eso. Yoongi, yo tengo mi carácter, que no es suave. Algún día saldrá. Ahora estoy... descolocada.
—¿Tienes miedo a fallar? Sé sincera.
Dudó unos momentos.
—Sí.
—Entonces, querida mía, empezamos a entendernos.
-
ESTÁS LEYENDO
Revenge » Min Yoongi; BTS✔
Fanfiction•VENGANZA ↠(18+) •Min Yoon Gi, es un abogado prestigioso, poderoso y seguro de sí mismo. Aunque posee todo lo que quiere, jamás ha podido olvidar a Hyeyeon, la joven que se reía de él en el colegio. Ella es la razón de su vivir, la ama con la misma...