Todo lo que pasa a nuestro alrededor queda debidamente unido a nosotros, aunque sea tan sólo sea por el pasado.
***
Había llegado de madrugada, tras una larga reunión, y cuando entró en la habitación, Hyeyeon dormía profundamente. Sabía por la empleada que se había pasado todo el día ordenando las cosas que había traído de su casa. Se sentó al borde de la cama, su pelo caía sobre la almohada, se lo apartó de la frente y la besó. Todo olía a ella. Desde el momento en que entró en la casa, todo tenía otro color. Varias figuras desconocidas decoraban las estanterías del salón y su perfume se extendía por todos los recovecos, impregnándolo todo.
—Es preciosa hasta cuando duerme, ¿verdad?
La voz de Jimin lo hizo volverse. Apoyado en el canto de la puerta, observaba a Yoongi mientras la acariciaba y éste le sonrió y volvió a mirar a Hyeyeon. La tapó, apagó la pequeña lamparita de la mesilla y salió de la habitación.
—Si no te conociera como te conozco, pensaría que estoy delante de otra persona —comentó Jimin.
Se sentaron en el salón. Yoongi se quitó la corbata y, desabrochándose la camisa, se dejó caer totalmente agotado.
—La necesito cerca...
—El dolor se va, Yoongi. Tarde o temprano, el dolor... se va...
Yoongi era egoísta, ambicioso con todo lo que rodeaba, y Jimin tenía claro que esa necesidad de tener a Hyeyeon cerca no era sólo por su bajón anímico por todo lo acontecido en su pasado. Sí, era cierto que el dolor que sentía lo hacía débil frente a la soledad, que posiblemente había escogido ese momento por ello, pero también era cierto que cada paso que su amigo daba en la vida no tenía una única razón. ¿Y si había cambiado? A veces lo imaginaba y le producía congoja. Los instintos eran difíciles de modificar, pero no era imposible; a fin de cuentas, él lo había hecho tiempo atrás.
—Me voy a volver loco con ella en casa, Yoongi.
—Tú ya perdiste la cordura hace mucho tiempo.
—Sabes a qué me refiero. Si me resultaba difícil verla dos días a la semana, ahora que está aquí...
—Disfrútala cuando te plazca, eso ya lo sabes...
—No frivolices así —le imploró.
—Tengo que acabar unas cosas en el despacho. Intenta tomarte las cosas con calma, Jimin. No frivolizo, separo el amor de los juegos. Tú le das un equilibrio que yo ahora mismo no podría darle...
Tras marcharse, Jimin volvió a subir a la habitación y se acercó a Hyeyeon, que dormía plácidamente sin percatarse de su presencia, mientras Yoongi se perdía entre papeles en la planta de abajo. Le acarició la mejilla, le apartó el cabello con sumo cuidado y besó con dulzura su frente. Ella se despertó y le sonrió.
¿Cómo explicarle por lo que estaba pasando? Si tuviera una ligera idea del infierno que había vivido varios años atrás, posiblemente hasta ella misma le suplicaría que se apartara de So Hyun. Ésta era demasiado joven para entender hasta dónde podía llegar, hasta dónde podía hacerla disfrutar de su dolor. Muchas veces pensaba en la falta de sensatez de la joven y en aquella entrega tan extremadamente apetitosa que le ofrecía.
Su cabeza le decía que parara, que cesara en aquel juego tan peligroso para él, pero sus instintos, tenerla de pie, suplicándole que le hiciera daño, superaba la poca cordura que aún le quedaba.
—Jimin —dijo con ternura—. Me has asustado.
—Mi dulce y preciosa Hyeyeon, no me perdonaría en la vida hacerte daño.
Se incorporó y él se aferró a su cintura. Ella le pasó sus largos dedos por el pelo y lo apretó con fuerza contra su vientre.
—Esa chica es buena para ti, pero te da miedo, ¿verdad? —le preguntó.
—Saca lo peor de mí, cariño mío —sollozó Jimin—. Si tuvieras una ligera idea de mi triste vida... No me diferencio en nada de los demás...
—No puedes ser lo que no eres, Jimin. Cuando te apartabas de todas las mujeres, sabía que algo te impedía tener una relación, pero si el resto es capaz de vivir así, tú tienes el mismo derecho.
—Con lo que tú me dabas era suficiente, no necesitaba más.
Lo miró con una ternura casi dolorosa. Jimin estaba atormentado por sus remordimientos. Hyeyeon se frotó los ojos y volvió a enredar los dedos en su pelo castaño.
—Disfruta de So Hyun, no vivas aferrado al pasado. —Miró hacia la puerta y lo balanceó suavemente en su regazo—. No hagas como él.
—¿Por qué sigues aquí, Hye? —le preguntó sin mirarla—. ¿No añoras una vida normal, con un hombre normal?
—Sería una vida vacía. Yoongi tenía razón en una cosa, todo lo que venga a partir de ahora, no será suficiente. Estoy tan acostumbrada ya a esta forma de vivir la vida, que no sería feliz de otra manera. —Le cogió la cara con ambas manos y le sonrió—. Por eso —prosiguió—, tú debes ser tú mismo, de otro modo, no serás feliz nunca.
Jimin arqueó las cejas con gesto de curiosidad y se colocó sobre ella.
—Somos unas fichas de ajedrez en su tablero, Hye... Él mueve los hilos de nuestros destinos.
La besó con pasión, mientras le sujetaba la cabeza con la mano.
—¿Vas a quererme siempre, Hye? —inquirió con tristeza—. ¿Vas a estar siempre conmigo, pase lo que pase? —Parecía un niño a punto de llorar entre sus brazos.
—Claro que sí...
—Nunca te irás, ¿verdad? —volvió a preguntar—. Quiero a esa hermana con la que soñé toda mi vida, Hye...
—Claro, Jimin...
Tras decir esto, se acurrucó a su lado. Hyeyeon tuvo la leve sensación de que él temblaba como una hoja. Lo apretó entre sus brazos y volvió a quedarse dormida nuevamente.
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gracias x leer... solo quería informarles que falta poco para que REVENGE termine su primera parte ya que he decidido no alargarla mas :v
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Revenge » Min Yoongi; BTS✔
Fanfiction•VENGANZA ↠(18+) •Min Yoon Gi, es un abogado prestigioso, poderoso y seguro de sí mismo. Aunque posee todo lo que quiere, jamás ha podido olvidar a Hyeyeon, la joven que se reía de él en el colegio. Ella es la razón de su vivir, la ama con la misma...