28 - Dos semanas sin ti

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Quién me iba a decir que te encontraría donde menos lo esperaba.

***

Desde la noche en que Jimin le contó la verdad a Hyeyeon, pasaron dos semanas. Taehyung le había dicho a Yoongi que había pedido la baja y no iba a la oficina. Él la había llamado varias veces, pero siempre tenía el teléfono apagado. Tampoco estaba en su casa. Jimin había pasado por allí y los vecinos le habían dicho que no sabían nada de ella. Nadie sabía dónde podía estar y, aunque Yoongi no demostraba excesiva preocupación, Jimin cada día estaba más angustiado por la falta de información.

—He de reconocer —dijo Taehyung—, que cuando me enteré de que eras su hermanastro casi me corro del gusto.

—No seas gilipollas —contestó Jimin con tono de reproche—, no tiene gracia. No somos parientes, su padre me crió. Es más complicado de lo que...

—Por Dios... ¡sois mis ídolos! ¡Vuestras fotos están en la entrada «retorcido» del diccionario! —Una carcajada retumbo en el salón.

Yoongi entró.

—Ya sé dónde está. —Se quitó el abrigo y lo tiró en el sofá—. Así que tranquilízate, Jimin.

—¿Dónde?

—En Eoduun bam —rió.

—¿Eh? —contestó sorprendido.

—Me ha llamado Sihyuk. Llegó hace unos días, bastante tocada, de noche y empapada, pues estaba lloviendo. Cuando le abrió, Soomin se llevó un susto de muerte.

—¿Por qué no ha llamado antes?

—Joder —bramó Taehyung—. Lógico. Conociendo los arranques de Yoongi, pretendería que se calmaran las cosas.

Este lo miró amenazadoramente y luego se dirigió a Jimin.

—Voy a salir para allí ahora mismo. Tú ve con Taehyung el viernes, será mejor.

—¿Por qué esta allí? —No entendía nada.

Yoongi se levantó, cogió nuevamente el abrigo y, poniéndoselo, posó una mano en el hombro de su amigo.

—Jimin, fíate un poco más de mí.

—Lo lógico es que fuera con sus padres, una amiga, un familiar, no sé, pero ¿Eoduun bam?

—Es lo mejor que puede haber pasado amigo... Piénsalo...

Taehyung encendió un cigarrillo y se sirvió una copa.

—Que la princesita esté en Eoduun bam significa que es nuestra y que tú tienes una leve posibilidad de salir bien parado.

—Me voy —repitió Yoongi—. Os veré allí el fin de semana.

Tras un par de horas, llegó a la enorme mansión. Eoduun bam estaba en medio de la nada y hacía un frío de mil demonios cuando salió del coche.

Sihyuk abrió la puerta de la entrada, de negro, como habitualmente: pantalones y una camisa a juego. Una cadenita de oro brillaba en su cuello, regalo de su difunta mujer, y de la que nunca se desprendía.

—Mi chico, apresúrate, está a punto de caer una tormenta. —Le dio un abrazo y ambos pasaron dentro.

—¿Cómo está?

—Llegó como un vampiro, de madrugada y empapada. Supongo que debió de perderse y, al preguntar, la pilló la lluvia. Soomin ha estado con ella todo el tiempo, la veo mejor.

Le sirvió una copa. Soomin, la joven hija de Sihyuk, apareció por la puerta y saltó a los brazos de Yoongi.

—Tu princesa ha cambiado, mi querido Yoongi. —Apoyó la cabeza en sus hombros y sonrió—. Ha perdido su bondad.

Revenge » Min Yoongi; BTS✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora