16 - La última cena

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Un día sólo para volver a tu vida... ¿O no?

***

Taehyung tenía a Hyun Ji entre las piernas. Estaba sentado en una de las sillas, frente a la amplia mesa de madera maciza del comedor, con ella de espaldas a él, de pie, con las manos apoyadas en ésta. Su melena rubia le tapaba la cara y tenía la cabeza inclinada hacia adelante. Taehyung le desabrochó los botones del vestido, que cayó suavemente sobre la alfombra persa.

Su risa predecía algo, mientras los demás se iban sentando en sus respectivos sitios. Pasó la palma de la mano por la espalda de la joven y se recreó en las curvas de su cuerpo. Hyun Ji cogió de la mesa una botella de vino, le sonrió a Hyeyeon, que estaba frente a ella, y levantando la botella sobre sus hombros, empezó a derramar el líquido en su espalda muy despacio. Un fino reguero dorado descendió por ella hasta su rabadilla y la lengua de Taehyung lamió el líquido con sutileza.

—¡Bravo! —Sonaron unas palmadas en el salón—. Ya podemos montar el circo —dijo Jimin con ironía.

Taehyung se levantó de su silla y, con humor, hizo una reverencia.

—Gracias, gracias.

Volvió a sentarse y empujó a Hyun Ji hacia adelante dejando totalmente expuesto su sexo, que brillaba por la humedad del vino que había llegado hasta él. Para sorpresa de Hyeyeon, Taehyung pasó delicadamente la lengua por él y se relamió.

—Deja el postre para luego. —Sihyuk pasó a su lado

Hyun Ji volvió a vestirse y le sonrió con dulzura a su Señor. Hyeyeon pensó que no debía de ser tan perverso cuando la mirada de su sumisa era tan dulce. Al día siguiente por la mañana volverían a casa y se respiraba tranquilidad en el ambiente.

Yoongi se mantenía serio; llevaba dos días sin tocarla, castigando su osadía con su indiferencia. Ella se sentía angustiada, ansiaba que le dedicara un poco de su tiempo y su cariño, pero él apenas la miraba y durante el resto de la noche pasó largas horas sentado en el porche con los hombres, mientras fumaban y bebían. El único que había permanecido en el salón tras la sobremesa había sido Namjoon. El Conde, como lo llamaban, la miró. Era un hombre delicado con sus sumisas, que lo colmaban de atenciones continuamente, se postraban de rodillas a su lado cada vez que se sentaba y, mientras una de ellas lo acariciaba, la otra se afanaba en que nada le faltara en ningún momento. Una copa de su licor preferido, su taza de café... lo suficientemente aliente para su paladar.

Siempre vestía una fina camisa de cordones anudados en el cuello, abierta en todo momento. Eso lo hacía mucho más interesante, le confería un halo de misterio que llamaba la atención a Hyeyeon. Recordó las palabras de Yoongi cuando le recordó que los actos de ella eran reflejo de él, y pudo ver que los modales exquisitos de las mujeres de Namjoon distaban mucho de los suyos. Pero Yoongi era distinto, él no quería eso de ella, no al menos en público. ¿Y en privado? Quizá debía ceder a lo que realmente quería y deseaba, que era complacerlo. Tal vez se sentiría ridícula los primeros minutos, pero luego esa sensación desaparecería. A fin de cuentas, aquellas mujeres estaban allí, de rodillas, sonrientes, sin un ápice de rubor en las mejillas.

Se armó de valor y se levantó de la mesa, salió fuera y, con los nervios a flor de piel, se situó frente a Yoongi, Taehyung y el resto de los hombres.

—Disculpen por interrumpir la conversación —musitó—, pero...

No le salían las palabras. Sintió que se le secaba la garganta y tragó saliva torpemente. Yoongi, que tenía un cigarrillo entre los labios y jugaba con una baraja de cartas, frunció el cejo.

Revenge » Min Yoongi; BTS✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora