Permíteme que te diga que te quiero...
***
La mujer que se ocupaba de la casa en ausencia de Yoongi y a la cual Hyeyeon nunca había visto, la recibió con una sonrisa inmensa. Todas las cajas con sus cosas estaban debidamente ordenadas y desprecintadas en una de las habitaciones de invitados.
—Señorita, vaya colocando sus cosas sin prisas, el resto déjelo aquí y así no la molestará y podrá ir colocando un poco cada día. Yo le guardaré lo que quiera en los armarios.
Hyeyeon miró alrededor y abrió el armario.
—¿Qué hace, señorita?
La mujer tendría unos cincuenta años. Era algo regordeta, con nariz chata y pelo castaño.
—Pues empezar...
—No, señorita, aquí guarda las cajas, sus cosas van en la habitación principal, la suya y la del señor.
Le dio la risa. Qué extraño sonaba aquello. «La suya y la del señor.»
La empleada la acompañó a la habitación de Yoongi. En uno de los extremos, una puerta corredera daba a un enorme vestidor de varios metros cuadrados, donde él tenía su ropa totalmente organizada. Largas hileras de camisas, pantalones, ropa de calle más informal cubrían todas las paredes; el vestidor era casi tan grande como su antiguo salón.
—¿Lo ve, señorita?
Dentro del vestidor había otra puerta que daba a un hueco casi idéntico, totalmente vacío.
—Éste es su vestidor.
Aquello era impresionante; dos vestidores casi ocultos, con filas de estanterías arriba y cajones abajo, perchas, zapateros. Todo para ella. Una inmensa habitación exclusiva para guardar sus cosas y su ropa.
—Es enorme...
—Todas las habitaciones tienen su vestidor anexo. El señor mandó construirlos cuando compró la casa.
Durante todo el día, ordenó con tranquilidad todo lo que le dio tiempo. Al final de la tarde, la empleada se despidió de ella y, cuando se fue, Hyeyeon, totalmente agotada, decidió dejar la tarea hasta el día siguiente. Se había duchado y estaba rebuscando en su nuevo vestidor algo que ponerse, cuando la puerta de la habitación se abrió y Yoongi entró sin percatarse de que ella estaba al otro lado de la puerta corredera. Cuando salió del cuarto le dio un susto de muerte.
—Joder... Hyeyeon... Nena, por Dios... Vas a matarme de un infarto. ¿Qué coño haces ahí metida? —Se sentó en la cama—. No me lo digas, da igual...
Cayó boca arriba sobre la colcha y acto seguido Hyeyeon saltó sobre él y empezó a besarle la cara. Le resultaba muy extraño llegar a casa y que ella estuviera allí. Daba una calidez a todo que lo hacía sentir bien. Cerró los ojos, estaba totalmente agotado. Disimulaba muy bien esas punzadas que sentía cuando la miraba, pero estaba a su lado y ahora formaba parte de su vida en su totalidad.
—Te preparo la cena —le dijo Hyeyeon con efusividad—. ¡Y un baño! Te preparo un baño también.
—La cena ya la deja hecha la empleada... Y si quiero un baño, no te preocupes, que te lo haré saber. Relájate un poco.
Lo veía tan tranquilo y tan maravilloso que durante unos momentos se olvidaba de que él estaba pasando por una época de letargo. Sabía que tarde o temprano se recuperaría, aquel hombre con el que estaba empezando una vida en común y que le parecía tan extraordinariamente perfecto. Lo sabía y no le importaba, era como si una música celestial la envolviera por completo desde el momento en que había puesto un pie en aquella casa para quedarse. Pero no era tonta y cuando la euforia desaparecía y pequeños destellos de racionalidad volvían a su cerebro, se daba cuenta de que Yoongi tan sólo dormía su borrachera de dolor.
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Revenge » Min Yoongi; BTS✔
Fanfiction•VENGANZA ↠(18+) •Min Yoon Gi, es un abogado prestigioso, poderoso y seguro de sí mismo. Aunque posee todo lo que quiere, jamás ha podido olvidar a Hyeyeon, la joven que se reía de él en el colegio. Ella es la razón de su vivir, la ama con la misma...