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POV LAUREN

Camila se había quedado dormida conmigo, está vez era yo la que buscaba cobijo entre sus brazos y se sentía jodidamente bien. Una de sus manos la tenía sobre mi cabeza y la otra tocando mi cintura desnuda debido a que la camiseta se me había levantado algo. Pero poco a poco esa tranquilidad se acabó.

-Mmmm ¿Lauren?

-Buenos días. Ya se me había olvidado lo guapa que estás por las mañanas.

-¿Qué horas son?

- Va a ser la una. Es sábado, hoy no trabajas tranquila, puedes seguir durmiendo si quieres.

-NONONO OH DIOS QUEDÉ EN MEDIA HORA CON BRAD Y SUS PADRES, HOY COMÍAMOS JUNTOS.

-Hey tranquila. Te llevo yo. Dúchate y te presto algo de ropa, ese vestido está muy arrugado.

Se duchó y le presté un mono negro y unos tacones. La maquillé algo y la peiné.

-Wow estás guapísima.

- Gracias.

-Así le va a ser más fácil a Brad perdirte matrimonio.

-¿Qué dices?

-Oh por Dios Camz, viendo como se comporta Brad es lógico que está comida es para pedirte matrimonio y más con sus padres presentes.

- Él no es como lo pintas. Además primero me preguntaría a mi antes de avisar a sus padres ¿No crees?

- Me apuesto lo que quieras a que le sigue escogiendo la ropa su madre.

-Eres tonta.

- Puede... Tendría que haberte pedido matrimonio yo antes.

-¡¡Qué no me va a pedir matrimonio!! Es sólo una comida. Ahora ¿Me puedes llevar al restaurante?

- Tus deseos son órdenes para mí señorita Cabello.- Le hice una pequeña reverencia y salimos del apartamento. Esta vez fuimos en coche, no quería que la princesita que llevaba al lado se despeinase.

-Ahí está Brad con sus padres. Gracias por traerme.

- Gracias por ayudarme con mi padre. Iré ahora a visitarlo, seguramente mis hermanos ya estén allí.

-Mándale saludos.- Me dio un beso en la mejilla y abrió la puerta del coche. Antes de que ya se fuese la detuve.

-Camz, si quieres que te recoja, llámame.

Algo me decía que la comida no iba a salir como Camila esperaba. Conocía muy bien a los tipos como Brad, eran muy formales, no buscaban aventuras en su vida, sólo tener una mujer, ir a comer los fines de semana a casa de sus padres y como no, tener hijos. En mi época de caza-mujeres, muchas de ellas tenían novios así, la monotonía les aburría y me buscaban para cambiar su aburrida vida aunque fuese sólo por una noche.

Fui a ver a mi padre, yo lo veía bien, sufrió una bajada de azúcar pero teniendo en cuenta su enfermedad se tenían de asegurar que sólo era eso. Con algo de suerte le darían pronto la baja y se podría ir a casa.

-Hola papi.- Besé su frente mientras acariciaba su mano.

-Hola Lolo ¿Dónde has dormido? Tus hermanos me dijeron que no pasaste por casa.

-Fui a mi apartamento.

-¿Sola?

- Camila me acompañó.

-Ummm ya veo.- Esbozó una pequeña sonrisa.

-Papá no es lo que piensas, cenamos y vimos una película, luego nos quedamos dormidas y ahora la acabo de dejar con su novio y sus suegros en un restaurante. No pasó nada.

Crying in the club (CAMREN ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora