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POV CAMILA

-Salgo a las nueve de las prácticas y seguramente estaré cansada...

- No vamos a hacer un maratón, es sólo una cena y si quieres te traigo y te llevo en coche.

-¿No te rindes?

- Con lo que me interesa no. ¿Entonces, qué dices?

- Vale... pero me llevas pronto a casa.

-De acuerdo.- Lauren estaba radiante de felicidad, sus saltitos y su sonrisa lo demostraban.

Las clases se me hicieron eternas, me moría de hambre, guisantito iba a ser un comilón como sus madres. Después tuve que ir corriendo a pillar un autobús y desplazarme hasta el hospital y ahí un par de horas más, de pie. Me dolía todo y con sólo un sándwich en todo el día, me podía desnutrir en cualquier momento.

Ya había acabado con todas mis tareas, me iba a cambiar la ropa a los vestuarios cuando, pasando por atención al paciente, me encontré a Lauren. Me encantaba verla con su ropa de trabajar, esos pantalones largos de traje que apenas dejaban ver sus tacones y esas chaquetas de ejecutiva. ¡¡Se veía tan bien!!

-Perdone ¿Me podría decir en que planta se encuentra Camila Cabello?- Preguntaba Lauren a la mujer.

-¿Me buscabas?- Mi objetivo era seguir en mi papel de ofendida pero no sé que tenía Jauregui que me lo ponía muy difícil. Una sonrisa tonta salió de mi boca.

-¡Anda! ¿Tú sonriendo?- Bromeaba pero razón no le faltaba, últimamente no me reía mucho.

- Si quieres puedo enfadarme, no me cuesta nada... 

-Nononono. Así estás perfecta.

- Me cambio y vamos ¿vale?

No tardé ni diez minutos en cambiarme. La verdad es que no iba muy arreglada, unos vaqueros, una camiseta y unas Converse.

-A tu lado dejó bastante que desear...- Me daba un poco de vergüenza ir a un restaurante con mis apariencias.

- Para donde te voy a llevar vas perfecta. Yo vengo así porque tuve que comer con unos clientes.

-¿No me vas a decir a donde me vas a llevar?

-Sorpresa.

Fuimos en su coche, ella me pidió que me vendase los ojos con un pañuelo que traía. Durante el trayecto, ella estaba concentrada en la carretera y yo... Pues como no podía ver nada, me limité a  preguntarme una y otra vez si estaba haciendo lo correcto, si debía perdonarla, si tomaba enserio lo nuestro...

-¡Llegamos! Ahora te ayudo a bajar.

La puerta del coche se abrió y luego, noté como sus manos tocaban las mías, me ayudó a salir del coche y después se puso detrás de mi, con su cabeza en mi hombro derecho.

-Cuando quieras  te quito la venda.- Susurró en mi oído, provocando que se me pusiesen los vellos de punta. Sus manos se posaron en mis caderas, no me molestó, todo lo contrario, lo hacía de una forma delicada, con respeto, deslizando sus dedos por mis curvas, como si disfrutase volverme loca.

- No aguanto más. ¡¡Vamos!!- Se rió ante mi impaciencia y mientras desataba el nudo, me dijo, con su voz ronca en mi oído, una última frase que me emocionó.

-Antes de que veas nada quiero que sepas que si esto lo hago es porque me tomo enserio lo nuestro. Que cualquier error que cometí en el pasado sólo me sirvió para darme cuenta de la falta que me haces y que en mi futuro sólo me veo contigo.- Justo en ese momento me quitó el pañuelo y mi mandíbula se desencajó.

Crying in the club (CAMREN ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora