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POV CAMILA

Llegamos al hotel por la noche, agotadas. Lolo y yo dormiriamos en la suit presidencial, era enorme, con jacuzzi,  piscina en la terraza y un gran salón, parecía una casa y en la habitación de al lado dormiría Sofi. La peque estaba muerta de sueño, apenas se había parado a observar su cuarto que también era bastante grande. La acosté en la cama, dándole un besito en la cabeza y me fui a mi habitación.

-¡Lolo! ¿Dónde estas? Madre mía esto es enorme...

-¡Aquí! En el jacuzzi.

-¡LAUREN! ¡Has llenado todo esto de agua! ¡Oh Dios! A veces pareces una niña pequeña. ¡Pero mira cómo te has mojado!

- ¡Ay Camz no exageres! Es sólo agua. Es que me distraje fumando y deje el agua correr... Ahora tendremos que aprovecharla.

Lauren se quitó la ropa mojada, dejándola en el suelo, quedándose en ropa interior. Se acercó a mi dando saltitos, con una sonrisa picarona y abrazándome, buscando con su boca mi cuello.

- No me vas a convencer...

- Pero si te encanta que te bese en el cuello...- Siguió besándome, provocándome cosquillas.

- Lauren...

- Ajá.- No me prestaba atención, ella sólo estaba concentrada en los besos.

Sus manos tiraban hacia arriba de mi camiseta, yo me dejé llevar, comenzamos a basarnos la boca.

-¿Vamos al Jacuzzi?- Le pregunté mientras me quitaba lo que me quedaba de ropa.

-Nah eso para luego...

Me llevó hasta la cama, nos acostamos a la vez, sin separar nuestras bocas. La temperatura de la habitación ascendió rápidamente. Yo notaba como mis ganas de notar a Lauren tocando mi punto débil aumentaban.

- Camz ¿Qué haces?

La volví a besar con la misma intensidad de antes.

—Tu déjate llevar y disfruta —fue el consejo que le di.

Y eso hizo, dejarse llevar.

Recostada sobre la cama, notó como mi mano se adentraba de nuevo entre sus piernas y acariciaba su húmedo y apretado centro. Se estremeció nerviosa cuando percibió como los dedos se abrían paso.

—Esta noche déjamelo todo a mí.

La colmaba de besos por su rostro, descendiendo por el cuello hasta llegar al torso, donde sus pechos eran también besados justo antes de que la lengua dejara rastros de caliente saliva sobre ellos. Entretanto, la mano seguía acariciando su sexo. Abriendo con sus dedos por completo los pliegues superiores. Emitió ya un gemido más sonoro, incapaz de controlar todo el gozo que sentía. Con mi dedo índice y corazón, aprisioné el abultado clítoris, iniciando un suave masaje que enturbió del todo a Lauren.

—¡¡Oh, Dios mío!! —Exclamaba mientras masajeaba su sexo—. ¡No pares, no pares!

Los gritos no cesaban y el placer resultaba excelso. Todo el cuerpo se sacudía con cada pulsación y no tardó en alcanzar el orgasmo. Las fuertes contracciones de su coño y la electrificante sensación de orgasmo la dejaron destrozada. Pero yo deseaba darle algo más. Tras lamer y succionar sus puntiagudos pezones, los cuales estaban bien duros, descendí por su cintura de avispa hasta llegar a la entrepierna. Tras besar su pubis, me interné en la húmeda cavidad, hundiendo mi lengua en lo más profundo de ella. Eso le arrancó más gemidos.

—No te detengas, ¡por lo que más quieras! —pidió desesperada.

Y sus suplicas fueron escuchadas. Lamí y chupé su sexo sin piedad, sin detenerme por nada del mundo. Ella se retorcía, se aferraba a las sabanas y no despegaba sus verdes ojos de mi desnudo cueroo, extasiada por el pacer que le proporcionaba. Todo se prolongó en lo indecible hasta que alcanzó de nuevo el orgasmo. Su vista y mente se nublaron mientras sentía los besos y caricias por todas partes.

Me incorporé de nuevo y le regalé otro dulce beso en su boca, degustando los sabores de su propio sexo. Nos habíamos vuelto a entregar a otro torbellino de pasión desenfrenada.

-Wow...Camz...-Dijo cayendo agotada en la cama, con su melena despeinada y una gran sonrisa.

-¿Te gustó? Este fue mi agradecimiento por apoyarme en el juicio.

Me levanté de la cama, de una forma muy sensual, mirando a Lauren que se estaba mordiendo el labio. Me dirigí al jacuzzi.

No tuve que decir nada. Los ojos de Lauren desprendían deseo. Me sumergí en el agua caliente y eché mi cabeza hacia atras, disfrutando de las vistas tanto de la Torre Eiffel como del cuerpo desnudo de Lauren que se dirigía hacia mi. Ella no quería que eso se acabase. Se metió en el agua y me dejó que pasase mis manos por su nuca, consiguiendo que su piel se erizase.

-Mmmm como necesitaba esto. -Dijo apoyándose en mi, poniendo su cuerpo entre mis piernas.

Comencé a masajear su espalda mientras le daba pequeños besos en su cuello.

-¿Sabes qué? Hoy en el avión, cuando te vi durmiendo a Sofi... Pues... Bah da igual.

- No dime. ¿Hice algo mal? ¿Tú crees que llevar a Sofi mañana de nuevo a Disneyland es consentirla demasiado?

- No, no es por eso bebé aunque subes verdad que la conscientes demasiado. Es sólo que... bueno que... Es que me imaginaba como serías como mami.

-Wow... eso no me lo esperaba. -Abrió demasiado los ojos y sonrió de forma algo nerviosa

-¿Ves? Era una tontería. Sé que no te gustaría tener hijos. No tendría que haber dicho nada.

-¡Hey! Eso era antes de conocerte. Yo contigo me imagino hasta escalando el puto Everest en bikini.

-¿En serio?- Se giró y me dio un beso en los labios.

-¡Claro! Pero antes quiero que acabes medicina, creo que tienes un gran potencial y necesitas desarrollarlo. Quiero llevar las cosas con calma pero si las cosas siguen igual de bien... podemos barajar la idea de agrandar la familia. Podemos empezar por un perrito, a Sofi le haría mucha ilusión.

- ¡A esto me refería! Haces todo lo que la niña te pide.

- Es que los genes Cabello... Me pedís algo y no me puedo resistir, es mi debilidad.

- Te quiero ojitos.- La abracé y la besé en la mejilla.

- No creo que tanto como yo morena. ¿Por cierto, dónde habíamos quedado?

-Por aquí.- Tomé su mano y la llevé hacía uno de mis pechos.

Crying in the club (CAMREN ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora