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POV LAUREN

-Camz... Estoy cansada ¿Tú sabes la noche que me diste?

- Que chica más aburrida tengo... desde que te casaste conmigo te has vuelto una vieja amargada. Hace unos meses si me hubieses tenido desnuda y encima tuya, no dudarías en hacerme tuya...

-¿Vieja amargada?

- Si...- Dijo sonriendo mientras pasaba uno de sus dedos por su labio.

- Es que tengo sueño. Además me duele la espalda. Igual tengo algún tipo de alergia.

-A ver déjame ver.- Me senté a su lado y le pedí que se incorporase para poder ver su espalda.- ¡¡Ay Dios!!

-¿¡¿¡QUE TENGO?!?!

- Pues una novia muy fogosa... Lo siento amor... Ayer no me controlé y clavé las uñas en tu espalda. Te echaré una pomada ahora. No puedes estar así. Tienes la espalda fatal.

- ¿Me lleva picando la espalda toda la noche por tus uñas?

-Perdón...-Dije avergonzada.

- No tienes por qué pedir perdón. Eso es señal de que te gustó lo que hice. Para la próxima lo hago con la camiseta puesta y ya JAJAJAJA.

-¡¡Lolo!! ¡¡No te rías!!

- Vale ya paro... Nena hoy voy a ver a mi padre y luego me pasaré por la empresa. Si quieres te llevo al hospital y cuando acabes las prácticas vienes a buscarme al trabajo para ir a mirar pisos.

-Mmm vale ¿Entonces ahora nada de nada?- Le dije mientras pasaba mi mano por su abdomen.

- Guárdate las ganas para la noche.-Le di un beso lleno de lujuria.

-Mmmm vale.

Ver a mi padre de tan buen humor me sentó muy bien. Llevé algunos informes del trabajo que me pidió y los revisamos juntos. Hasta enfermito quería trabajar, era todo un ejemplo.

- ¡Bueno lo que me faltaba! ¡Tienes que descansar!- Apareció mi madre y le quitó los papeles de la mano a mi padre.- Lauren y tú guarda todo esto.

- Si yo ya me voy a la empresa. Hoy iré con Camila a mirar una casa. Queremos mudarnos cuanto antes.

-¡Qué alegría cariño! Cada vez que salías de fiesta y no volvía a saber de ti hasta la semana siguiente, rezaba para que encontrases a una chica que te diese tranquilidad y dejases todo ese mundo, no me gustaba esa época caótica tuya. Camila es un encanto, la quiero como mi hija, es tan dulce y se nota que te quiere.- Mi madre estaba muy ilusionada con la idea de que Camz fuese la definitiva.

- Siempre pensé que se casarían antes tus hermanos y mírate ahora... ¡Pensando en hijos!- Dijo mi padre.

- Camila es perfecta... Bueno y yo me voy a la empresa que me pongo a hablar de ella y me dan las tantas.

Llegué a la empresa y me puse a trabajar. Estuve horas inmersa en papeles y contratos. Los hoteles cada vez funcionaban mejor.

-Toc toc ¿Se puede?

- Tú siempre puedes guapísima.- Camila había llegado, la empresa se había quedado vacía, sólo estaban los empleados de la limpieza. No sé cómo lo hacía pero siempre era la última en irme (para que luego digan que los jefes trabajan poco)

- Me encanta verte de jefa seria. Te queda muy bien ese papel.-Me dijo sentada en mi mesa. Llevaba una falda y podía ver parte de su muslo que no dudé en acariciar.

-A mi me gustaría verte de enfermera sexy... ¡Sólo de pensarlo me emociono!

-¡Qué pena! Yo no soy enfermera... pero tú si eres jefa de esto.

-Nos queda una hora para ver casas...- Fui a cerrar la puerta y bajar las persianas para que no nos viese nadie, aunque en ese momento me daba todo igual. Me acerqué a Camz pero ella me frenó poniendo un pie en mi abdomen.

-¿Y si ahora soy yo la que no quiere?

-¿Segura?- Sonreí.

Tomé su pie y me puse de rodillas. Le quité las sandalias que llevaba y fui repartiendo besos por su larga pierna.

POV CAMILA

Sin dejar de mirarme, posó sus manos sobre mis muslos y remango mi falda hasta la ingle, acarició mi piel con sus dedos avanzando hasta mi entrepierna, donde se detuvo en mi tanga. Con uno de sus dedos fue deslizándolo por el centro de mi pubis. Sentí como presionaba mi clítoris y eso me hizo encogerme de placer.

Al notar mi reacción continua con sus dedos hasta pasarlos por debajo del tanga, estiró y me hizo levantarme un poco para quitármelos. Una vez que mi sexo estaba desnudo frente a su rostro, hundió su lengua en él, sujetándome firmemente de los muslos.

Lamió con pasión mi pubis y mi clítoris, y jugo con mis labios vaginales como si de un caramelo se tratase, ya mis gemidos aumentaban y puso una mano en mi boca.

-Shhhh no querrás que nos oigan.- Dijo con una sonrisa pícara.

Yo no podía ni moverme del placer que su lengua estaba produciéndome, acariciaba su pelo con una de mis manos invitándole a seguir, entonces se detuvo y se metió los dedos en la boca, así humedecidos, los introdujo suavemente en mi vagina.

Me mordí los labios para evitar gritar de placer, su lengua seguía paseándose y jugando con mi clítoris mientras sus dedos, entraban y salían.

Deseaba poder expulsar mis gemidos de mi garganta pero era imposible, su lengua tan jugosa me hacia temblar cada vez que se deslizaba por mi piel.

Sus movimientos comenzaron a ser más rápidos y constantes, yo apenas podía aguantar más, ya empezaba a notar como mi cuerpo se estremecía y entonces llegó el orgasmo. Me puse a temblar gimiendo muy alto, pero ella seguía lamiéndome y penetrándome con sus dedos.

La sensación era increíble, muy placentera. Cuando terminé ella se separó suavemente y me miró sonriente, yo me sonrojé aunque con la poca luz que había no podía percatarse de ello. Se acercó a mi oído y me dice:

-Tus gemidos son música para mis oídos.

-¡¡Calla!! Me da vergüenza...

- No es para avergonzarse.-Me acarició la mejilla.

En esto, uno de seguridad llama a la puerta y rápidamente Camila se viste. La cara de angustia de la morena era graciosísima. Decidí no abrir la puerta no me apetecía dar demasiadas explicaciones. No se me daba bien mentir.

-Señorira Jauregui ¿Se encuentra bien? He escuchado gritos y me he preocupado.

-Ah sisi sólo me he tropezado.

-¿Quiere que llame a un médico?

- ¡¡¡No!!! No hace falta, ya llamo yo a mi médica personal.-  Tomé por la cintura a Camz y le mordí el labio, sabía lo mucho que le gustaba. Escuché como el hombre se alejaba.

-Nos tenemos que ir a buscar pisos.- Dije recogiendo mi bolso del suelo y observando la cara de Lolo.

-¿Y mi parte? Yo también quiero notar mis piernas temblar.

-Vamos a mirar casas y luego... luego te recompenso.

-Pero hoy vuelve tu hermana a casa.

-Ni que fuese la primera vez que lo hacemos con mi hermana en casa.

-Pero me siento incómoda.

-Creéme. Esta noche estarás de todo menos incómoda.- Le di un suave azote en su culo.

- Me has convencido.

-¿Vamos?- Abrí la puerta del despacho para que pasase mi chica.

-Vaaamos.








Crying in the club (CAMREN ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora